El Real Madrid de Zidane tiene ante sí uno de los retos más difíciles de su corta pero intensa historia. El equipo de las dos ligas y las tres Champions tendrá en el Etihad una de las batallas más duras y difíciles con un hándicap complicado de revertir. El mal resultado de la ida pone las cosas muy adversas, pero este equipo tiene ante sí una oportunidad de más reivindicarse y demostrar su grandeza, esa que le ha llevado a no ceder ni una sola eliminatoria de Champions con el francés en el banquillo.

Sin embargo, esta eliminatoria será diferente a la mayoría que ha tenido el Real Madrid en los últimos años. Los blancos se enfrentarán al Manchester City de Guardiola, un equipo que basa su fútbol en la posesión, el juego de combinación y tener el balón en su poder un gran porcentaje del tiempo que dura el encuentro.

Por esa razón, el Real Madrid tendrá dentro de su plantilla tres futbolistas que pueden ser claves en esa labor de robar el protagonismo del juego al equipo de Pep, hecho que si se consigue provocará que el Madrid esté más cerca de la remontada. Esos futbolistas son la guardia del centro del campo de Zidane, la medular de las tres Copas de Europa, uno de los mejores medios del campo de la historia del club.

Zidane dialoga con los jugadores del Real Madrid durante una pausa para la hidratación REUTERS

Casemiro, Kroos y Modric, los elegidos y los favoritos de Zidane, tres nombres que están guardados en la historia del club, tres jugadores que todos los aficionados al club blanco conocen perfectamente, pero, sobre todo, porque son tres jugadores que han demostrado un gran nivel en la recta final de la temporada tras el confinamiento, que han sido claves en el Madrid para alzar el título de Liga y para mostrar el buen juego del equipo. El Madrid, con un Kroos preciso, con un Casemiro comprometido y con un Modric liberado, tiene más opciones de estar en cuartos.

El resurgir de Luka Modric

Luka Modric ha vuelto. O, al menos, eso ha demostrado en la recta final de La Liga que se ha celebrado estos últimos meses. El croata ha vuelto a mostrar su mejor nivel, ese que le hizo acreedor de ganar el Balón de Oro tras llevar a Croacia a la final del Mundial. El nivel de Modric en el sprint final de la temporada ha sido sencillamente soberbio, casi tanto que ya ni se esperaba volver a ver a Luka a ese nivel.

Por ello, Modric ahora mismo es una de las grandes esperanzas que tiene el madridismo para confiar en la remontada contra el Manchester City. Con su calidad, es posible pensar que los de Zidane conseguirán tener el mando del partido ante un equipo que vive de la posesión y de encerrar a su rival en campo propio.

Luka Modric, perseguido por un jugador del Villarreal REUTERS

Además, Luka vuelve a tener esa chispa que le hace ser un jugador diferencial, capaz de cambiar de ritmo y de batir líneas con su conducción, creando superioridad y, por ende, peligro. Y el Real Madrid necesita crear mucho peligro, algo en lo que Luka es único.

Calidad y habilidad para no perder el balón, para jugar hacia delante, para mirar siempre la portería rival, para poner en peligro la defensa contraria con algún pase en profundidad o incluso con algún disparo desde fuera del área. Pero lo que está claro es que, con este Luka, el Madrid está más cerca de la remontada.

Kroos y Casemiro, complementos perfectos

Si Modric ha vuelto a gran nivel, qué decir de la temporada de Kroos y Casemiro, dos jugadores absolutamente claves ahora mismo en el Madrid. Uno es la pausa, la calma, el metrónomo, el que marca el tempo del partido, el que decide cómo y cuándo se juega, y cuándo se arranca y se crea peligro. Kroos ha vuelto a recuperar su frescura natural, su clarividencia y su precisión. Ha vuelto a ser esa brújula que no falla un pase.

Por eso, es el complemento perfecto de Modric, porque sabe siempre estar por detrás, recoger el balón incluso desde los centrales para hacerlo llegar a líneas más avanzadas, porque es capaz de romper la presión rival con un pase largo medido, y porque este año ha demostrado que tiene gol, que, si se atreve y llega a posiciones ofensivas, su enorme calidad le hacen una gran amenaza en el tiro de larga distancia. Además, es el líder del equipo en la presión, el primer jugador que lanza la acción defensiva para intentar robar balón en campo propio, algo que será clave en el partido del Etihad.

Toni Kroos, presionando a Sergio Alvarez REUTERS

Pero si alguien entiende de robar balones, ese es el mejor mediocentro defensivo del mundo, Carlos Henrique Casemiro. El brasileño es un pilar para Zidane, tanto que no tiene sustituto en la plantilla. El carioca ha vuelto a ser uno de los mejores del equipo este año, con una capacidad de trabajo y de esfuerzo que a los compañeros les sirve para guardar oxígeno y seguir inventando. Casemiro es un seguro, un recuperador de balones nato y un jugador que le mete intensidad al equipo y le hace subir una marcha cuando es necesario.

Además, Casemiro ha demostrado ser un futuro capitán perfecto por su compromiso y por su defensa del bloque y de cada uno de sus compañeros. Nunca se le verá criticando a nadie, siempre apoyando a todos y siempre dando la cara por todos, algo muy valioso dentro de un vestuario. Jugadores así hacen que el resto se comprometan con el equipo, hecho que será muy necesario en el Etihad, ya que todos necesitan estar implicados en la remontada.

Casemiro empuja el balón a dentro de la red de la portería de Diego López REUTERS

Además, Casemiro va a ser clave en ese partido. El Madrid necesita que el músculo de ‘Case’ se note, que se haga fuerte, que no deje jugar cómodos a los De Bruyne, Bernardo Silva, Mahrez y compañía, porque si no el Madrid estará muerto. Debe imponer su garra para ganar la batalla del centro del campo, intentar robar los mayores balones posibles para siempre se juegue en campo rival, incluso llegar al área si la jugada lo permite, porque Casemiro también tiene gol.

El eclipse

El bueno momento que atraviesan los tres jugadores, y que se antoja clave en la eliminatoria de vuelta con el City ha provocado que haya eclipsado a otros jugadores que han sido muy utilizados por Zidane. El excelente nivel de Modric ha hecho que Valverde se haya quedado sin sitio en el once. Un jugador que antes del confinamiento parecía insustituible, que parecía no tener rival, que volaba sobre el campo, que era capaz de distribuir, robar, hacer jugar, dar amplitud y aparecer en cualquier lado, que ahora mismo no parte con opciones de ser de la partida en Manchester.

Lo cierto es que Valverde no ha vuelto a ese gran nivel que había mostrado antes del confinamiento. No ha sido ese jugador determinante y desequilibrante que volaba sobre el césped, que fue clave en la consecución de la Supercopa de España y que parecía ser imparable. La vuelta de Modric a su mejor nivel ha hecho que Fede solo tuviera sitio en un mediocentro de cuatro, algo quizás demasiado defensivo teniendo en cuenta que los blancos necesitan una remontada importante.

Fede Valverde y Casemiro

Otra de las opciones que también ha podido quedar eclipsada es la de Isco. El malagueño, muy del gusto de Zidane, ha sido elegido en multitud de ocasiones para formar ese centro del campo de cuatro, en forma de rombo, siendo el de Arroyo de la Miel la punta de lanza que conecta con los de arriba, al más puro estilo mediapunta. Sin embargo, el gran nivel de los tres medios y la intención de Zidane de jugar con tres arriba provocan que seguramente Isco no vaya a tener sitio en el once, y que su calidad, su visión de juego y su capacidad para atraer rivales y generar espacios con ello tenga que esperar a la segunda mitad.

El nivel de Casemiro, Kroos y Modric ha vuelto a recordar al de ese centro del campo que hizo historia en el Real Madrid, que ganó tres Champions seguidas y que ya es una de las formaciones que ha quedado grabada en la memoria de todos los aficionados blancos. Estos tres futbolsitas ya son parte de los mejores jugadores de la historia del club por todo lo que han construido juntos en una de las etapas más exitosas de la entidad.

Sin embargo, esta vez tendrán ante sí un reto mayúsculo, el de ganar una eliminatoria, remontando y ante un equipo tan protagonista como el City de Guardiola. Los citizens disfrutan del juego de posesión, amasando el esférico, condurando la jugada para cambiar el ritmo en el momento que lo creen preciso para destrozar su rival.

Pep Guardiola, Ilkay Gundogan, Raheem Sterling y John Stones, durante un partido del Manchester City REUTERS

Necesitan tener el balón durante muchos minutos porque no solo es su mejor baza en ataque, si no que también es su mejor baza en defensa. Y ahí reside el reto del centro del campo histórico del Madrid, en robar ese protagonismo para hacerles sufrir, en ser los amos y líderes del medio para que los jugadores del Manchester no se encuentren cómodos, que lo pasen mal corriendo detrás del balón, que se desgasten para que su talento y su calidad se ven afectados, y para surtir a la delantera de muchos balones con los que crear ocasiones y poder aspirar a darle la vuelta al electrónico.

Si el Madrid de Zidane, con Casemiro, Kroos y Modric, es capaz de quitarle el balón a lo de Pep, tendrá mucho ganado para intentar pasar. Los ingleses no son mancos a la contra, tal y como demostraron en el Bernabéu, pero todo lo que sea alejarles de su plan ideal será estar más cerca del éxito. Sin balón, el City es un equipo menos peligroso, que ataca y defiende peor, y que siente que tiene jugadores sobre el césped inutilizados, desconectados y que dejarán espacios para que generar peligro en superioridad.

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