Lorenzo Sanz fue el artífice de un gran Real Madrid. Su proyecto de fichajes internacionales llevó a la consecución de dos Champions League durante su etapa como presidente del club blanco. 

Las llegadas de Davor Suker, Pedja Mijatovic, Roberto Carlos, Bodo Ilgner y otras muchas contrataciones cambiaron la mentalidad de un equipo que no conseguía superar un bloqueo mental en la máxima competición continental y llevaron al equipo a recuperar el trono europeo.

Pero también hubo otros fiascos durante su gestión, juguetes rotos que no llegaron a cumplir las expectativas y que se quedaron a medio camino entre promesas y jugadores con el nivel suficiente para estar en la primera plantilla del Real Madrid.

Uno de estos casos es el de César Prates. El brasileño llegó hace 25 años al Real Madrid con la vitola de gran promesa brasileña, pero el lateral nunca llegó a triunfar como madridista. Sí desarrolló una carrera por Brasil, Portugal, Italia y Turquía hasta que, en 2010, se convirtió en pastor feligrés.

Eso sí, siempre acompañado de su guitarra y su micrófono. La gran pasión de César era la música religiosa y acompaña sus homilías con himnos evangélicos. Esta semana, en una entrevista en Globoesporte, explicaba que "un pastor no se hace, siempre lo fue y lo tenía dentro de mi".

La competencia con Panucci, Secretario y Chendo no le permitió llegar a tener muchas oportunidades con el primer equipo y desarrolló su carrera como blanco principalmente en el Real Madrid B. Después de varias cesiones a clubes brasileños, el equipo blanco le vendió definitivamente al Sporting de Portugal donde ejerció de maestro de Cristiano Ronaldo para lanzar las faltas. Su vinculación con el club blanco pasa por el Clinic de la Fundación Real Madrid en Coritiba donde está dentro del cuerpo técnico.

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