Los 20 de diciembre son un día de mucho trabajo para el teléfono móvil de Kylian Mbappé. El francés cada día tendrá miles y miles de notificaciones por toda su actividad en redes sociales y por los mensajes que recibirá. Pero en esta fecha seguro que su pantalla principal se llena de felicitaciones. Solo hace falta ver sus 'stories' en Instagram para comprobarlo.

Este viernes Mbappé cumple 21 años. El delantero encara un nuevo año con muchos objetivos en la mente. El PSG, como cada temporada, aspira a todos los títulos tanto nacionales como continentales. De hecho, su figura es imprescindible para que los parisinos logren alguno de esos objetivos.

Hasta ahora suma 16 goles y nueve asistencias estableciendo una bonita lucha por ser el máximo goleador francés de las grandes ligas con Karim Benzema; y por ahora ambos están empatados. El joven campeón del mundo ha sufrido problemas en su muslo izquierdo y se ha perdido siete partidos en lo que va de temporada.

Pero hoy Mbappé soplará las 21 velas con un deseo muy presente en su cabeza. Desde que llegó al PSG hay algo que no ha podido cumplir. De hecho, lo más cerca que se ha quedado de completarlo fue con el Mónaco. El parisino solo pide una cosa en su cumpleaños.

Su preciada Champions

La Orejona lleva en la cabeza de Kylian desde la temporada de su explosión. En la 2016/2017, el delantero aparecía en los octavos de final de la Champions League para aniquilar a Pep Guardiola en su primer intento de hacerse con la máxima competición continental con el Manchester City. Su sueño se acabó en semifinales ante la Juventus, a pesar de su gol en el Luis II que complicó la clasificación de los italianos.

Mbappé celebra un gol con el Mónaco EFE

Mbappé completó una competición impresionante donde anotó seis goles, todos ellos en las rondas finales. Marcó en todas y cada una de las eliminatorias que disputó el Mónaco en esa edición de la Champions y dejó su carta de presentación para toda Europa; algo que captó la atención de todos los grandes clubes.

La siguiente temporada, la primera como jugador del PSG, su sueño se terminaría ante el club en el que sueña jugar alguna vez. En la 2017/2018 el Real Madrid se cruzó en su camino y el 3-1 de la ida en el Santiago Bernabéu fue determinante. Fue su primer contacto con el estadio que también desea verle jugar de blanco. En la vuelta en París no hubo opción y Mbappé se marcharía en el minuto 85 del partido sin marcar en la eliminatoria.

Mayor fracaso fue el de la última temporada. Un Manchester United herido y con Ole Gunnar Solskjaer estrenándose en el banquillo apearía de la competición a Mbappé y su PSG. Su gol en Old Trafford en la ida sirvió de poco después de que los Red Devils remontasen en el Parque de los Príncipes.

Mbappé, consolado por Marcus Rashford tras la eliminación frente al Manchester United EFE

La paciencia de Kylian...

... se explica con su contrato. Cada año que el PSG fracasa en la máxima competición continental, más se aleja su futuro de la ciudad en la que nació. A cualquier club de Europa le gustaría hacerse con los servicios del delantero francés. Pero solo estará al alcance de los que le aseguren luchar por la Champions League.

Y ahí aparece el Real Madrid. El club blanco ha firmado una década impoluta en Europa. Los cuatro títulos que ha cosechado y sus actuaciones en las fases finales después de superar el bloqueo mental de los octavos de final ha supuesto que sea el equipo de todo el continente que más puede asegurar su favoritismo para este torneo.

Las muestras de amor entre Real Madrid y Kylian Mbappé son continuas y públicas. El deseo de uno es marcar goles de blanco y el del otro es que el Santiago Bernabéu presencie por fin el día de su presentación. Esta temporada el estadio ya le brindó su cariño en el choque de la fase de grupos y el francés se lo agradeció en las redes sociales.

Kylian Mbappé celebra un gol con el PSG en la Ligue-1 Reuters

Además, esta temporada está caracterizándose especialmente por las faltas de entendimiento con su entrenador. Las decisiones de Thomas Tuchel de cambiarle en momentos intrascendentes no le han gustado nada a Mbappé. Su relación está en su estado más tenso desde que el alemán llegó al Parque de los Príncipes.

Todos estos son alegatos favorables a que Mbappé, en una parte de su cumpleaños, piense también en su futuro. A sus 21 años aún le queda mucho fútbol por delante. Si bien es cierto que él llegó a París con la ambición de triunfar con el club de su ciudad, los fracasos continentales están minando su moral.

Él solo se imagina levantando La Orejona, sin importar el color de su camiseta. Este 20 de diciembre, Mbappé vuelve a soplar las velas con el deseo de la Champions League detrás de sus ojos cerrados.

[Más información: La pieza que busca Zidane para completar su Madrid]