Si ya la distribución de asientos entre los hinchas del Liverpool y el Real Madrid levantó ampollas por la desproporcionada cantidad que se reservaban miembros del organismo de fútbol europeo para sus intereses, ahora los clubes implicados están viendo como sus propios seguidores están devolviendo una cantidad de entradas más amplia de lo normal. Está claro que hay una lista de reservas de aquellos que se quedaron sin adjudicación en el primer sorteo realizado, pero la situación invita a pensar en el peor escenario de los posibles.

La cosa no queda ahí. Hasta los propios futbolistas de ambos equipos están haciendo llegar las entradas que sus clubes les facilitaron para familiares y amigos. Si en Lisboa, Milán o Cardiff la demanda casi doblaba a la oferta, ahora el panorama es radicalmente distinto. Más concretamente, la solicitud de accesos por parte de los jugadores a sus clubes para ver la final ante el Atlético en Lisboa era tres veces mayor que la oferta que el club ofreció. Este año, el Real Madrid ha dispuesto para empleados del club, futbolistas y demás hasta un total de 800 entradas para ver la final de la Champions League en Kiev.

MOTIVOS DE LA 'ESPANTADA'

Todo apunta a que el Estadio Olímpico de Kiev no registrará un lleno a reventar el próximo 26 de mayo. El motivo, la lejanía, precios desorbitados para el alojamiento, dificultades para encontrar acomodo... la UEFA vuelve a no mirar por el verdadero capital del fútbol: los aficionados. Muchos seguidores, en previsión de la entrada del Madrid en la final, adquirió una noche de hotel para el día 26 de mayo con suficiente antelación. La indignación sobrevino tras hacerse efectivo el pase de los blancos a la final. Fue entonces cuando diversas cadenas hoteleras anularon todas las reservas previas para revender las mismas con un precio exorbitante. 

Lo mismo sucede con el transporte. Iberia y Air Europa se comprometieron a fletar numerosas plazas para los aficionados que corrieses la suerte de trasladarse a Kiev para presenciar la final. Sin embargo, los precios se han puesto por las nubes y el poder adquisitivo de muchos aficionados les obligará a quedarse en Madrid.

ALTERNATIVAS

Tras el descontento de los aficionados muchos son ya los que se plantean seriamente qué hacer para ver al conjunto de Zidane jugar su tercera final de Champions consecutiva. Bares, casas con amigos... varias son las opciones económicas que se presentan dentro del territorio nacional. También el propio Real Madrid pondrá a disposición de sus socios y abonados, un año más, el Santiago Bernabéu para que a través de pantallas gigantes puedan disfrutar del encuentro con un ambiente envidiable. 

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