Siete títulos en menos de dos años al frente del Real Madrid respaldan el rol de Zinedine Zidane como entrenador del conjunto blanco. El entrenador francés ha conseguido unir a un vestuario que pasaba por graves complicaciones durante el primer tramo de la temporada 2015/2016, ahora el grupo es una piña, todos reman en la misma dirección y eso es causa y consecuencia de una etapa triunfal forjada bajo tres pilares: Zidane, Cristiano Ronaldo y Sergio Ramos.

El triunvirato se ha consolidado por el respeto mutuo entre entrenador y jugadores. La figura de Zizou se encumbra como el gran jefe, todos le siguen y respetan sus decisiones, pilar para el buen ambiente dentro de un vestuario. Los pesos pesados le respaldan, todo está planificado, desde quién son los encargados de lanzar los penaltis a los descansos pactados para tomar oxígeno en un larga y exigente temporada.

LOS EGOS DEJAN PASO A LA UNIDAD

En un vestuario repleto de estrellas, los egos han quedado apartados a un segundo o tercer plano para prevalecer la unidad. Todos son importantes, todos tienen su dosis de protagonismo durante el curso, aunque la columna vertebral esté liderada por Ramos y Cristiano, capitanes e innegociables en las grandes citas.

LA CLAVE: EL EQUILIBRIO

Zidane ha sabido encontrar el equilibrio entre la mano dura y la complicidad con sus pupilos. Todos los futbolistas del Real Madrid tienen buenas palabras para su míster, nadie se sale del discurso que el técnico galo propone, pero es que, además, este conoce a la perfección las necesidades de cada uno. No tiene reparos en proclamar a Cristiano como el mejor del mundo, sabe que no habrá envidias en el vestuario. Al tiempo que reconoce los valores y puntos fuertes de cada uno del resto de los futbolistas que tiene a sus órdenes.

Zidane, nominado al premio The Best al mejor entrenador 2017 by footbie.com

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