Gareth Bale no está pasando por un buen momento anímico. Durante la celebración se pudo ver al galés más serio de costumbre e incluso Cristiano Ronaldo y sus grandes amigos Modric y Kroos intentaron que se integrara más con el grupo en la fiesta del Real Madrid. Ya de por sí el delantero tiene un carácter reservado, pero durante las 24 horas que duraron los actos por la consecución de la 33ª Liga se mostró más introvertido que de costumbre. Y es que la temporada 2016/2017 no está siendo la que siempre soñó. Las lesiones y algún ruido procedente del exterior sobre su vida privada han afectado al de Cardiff. 

LAS LESIONES Y CARDIFF

Tanto en La Rosaleda como en Cibeles se pudo ver por momentos a un Bale retraído y encerrado en sí mismo. El principal motivo es que lo ocurrido en El Clásico ha dejado muy tocado al galés. Esa recaída fue un duro palo para la estrella madridista. Su gran objetivo del año siempre ha sido levantar la Champions en su ciudad natal y para ello sigue trabajando con la vista puesta en llegar a tiempo para la final contra la Juventus. Sin embargo, el domingo Bale era sabedor que tiene más difícil que nunca ser titular en ese encuentro. Sin minutos y con un Isco sobresaliente, las opciones de formar parte del once se reducen mucho para el delantero. 

TOCADO, PERO NO HUNDIDO

Esta campaña está siendo la más difícil para Bale desde que llegó al Real Madrid en 2013. Comenzó el curso siendo el líder de los blancos dentro del campo, pero todo cambió en aquella maldita noche en Lisboa. Desde entonces sus problemas físicos han impedido ver la mejor versión del galés. Tampoco han sentando bien en su entorno algunas publicaciones de los medios británicos en este periodo. De momento, Bale solo tiene un sueño para recuperar la plena felicidad: ser el hombre de la final en Cardiff. 

La mejora de Carvajal y Bale en sus respectivas recuperaciones by footbie.com