Karim Benzema siempre ha estado en el punto de mira del Real Madrid. El delantero galo ha sido criticado en prácticamente todas sus temporadas con el conjunto madridista, aunque siempre se ha repuesto y no ha dejado que la opinión de terceros cambie su modo de entender el fútbol y lo que puede aportar al club blanco.

Tal y como recuerda MARCA, en su primer año no consiguió hacerse con la titularidad y terminó con nueve goles y seis asistencias en 33 partidos, números muy lejos de lo que prometía como jugador del Olympique de Lyon. A Pellegrini no le convencía el galo y apenas le daba oportunidades.

La marcha del técnico chileno y la llegada de Mourinho no cambió mucho su situación. Es cierto que durante todo el tiempo que estuvo en el banquillo madridista, el luso alternaba siempre entre ambos y mejoró notablemente sus números, alcanzando los 32 goles y 19 asistencias. Esa competencia con Higuaín acabó por llevar al argentino al Nápoles, que le ofrecía los minutos que quería, aunque muy lejos del nivel del club blanco. 

Con Ancelotti se convirtió en un fijo, formando la BBC y deslumbrando al mundo gracias a su gran compenetración con Cristiano y Bale. Cuando parecía que todo se iba a calmar, el escándalo con Valbuena en la selección francesa le puso de nuevo en el punto de mira, algo que no ha terminado de cerrarse ya que Blanc sigue sin contar con él. 

Ahora, con la llegada de Zidane al banquillo madridista, Benzema está disfrutando de una confianza plena, lo que le ha llevado a ir de menos a más, terminando con una actuación frente al Nápoles que demostró su importancia en el equipo y por qué sigue vistiendo la camiseta blanca.