El Real Madrid ha vivido en las últimas 24 horas el enésimo intento de desprestigio público sin freno alguno. Justo cuando La Liga y el alcalde de Vigo hacían el ridículo dadas las pésimas condiciones del Estadio de Balaídos, las miradas se intentaron centrar en otro lado, como siempre: el conjunto presidido por Florentino Pérez.

Desde el primer momento en el que se conoció que el partido corría peligro, el club blanco se movió rápido en busca de una solución que permitiera que el partido se jugara en su fecha correspondiente, es decir, este domingo. Sin posibilidad de cambio de sede, arreglar los desperdicios causados por el temporal era la llave para la disputa del encuentro. ¿Se podía? Sí. ¿Se quiso? No.

Desde la alcaldía se insistió que esta opción era inviable ante los fuertes vientos que soplarían en la mañana del domingo. La realidad fue bien diferente, vientos leves que hubieran permitido la reparación de los daños. El partido no se ha llegado a jugar pero si algo se ha conseguido ha sido destapar una nueva campaña antimadridista.

Se han intentado tornar las posiciones y hacer ver al Madrid como el malvado todopoderoso que quería jugar a toda costa por encima de la seguridad del aficionado. El Madrid solo buscó soluciones. Soluciones para todos; para los aficionados, para el Celta y para ellos mismos.

Ahora que se ha atacado al club de Chamartín de manera totalmente injusta, a más de uno le vendrá a la mente el caso de los menores. Otra situación en que, de forma injustificada, se quiso desprestigiar el nombre del Real Madrid desde las altas esferas del mundo del fútbol. Una curiosa manía de demostrar constantemente que están por encima del club blanco.

LAS CAMPAÑAS NO AFECTAN A UN MADRID LÍDER

Parece ser que tener el sobrenombre de mejor equipo del mundo es un precio caro que hay que pagar. El fútbol le debe mucho al Madrid, como le debe a otros grandes clubes, pero existe esa extraña fijación en sacar a la palestra al mismo de siempre y hacerle parecer el malo de la película.

Cada cual a lo suyo. El Madrid no va a permitir que estrategias del estilo provoquen que el equipo salga perjudicado. Líderes y con dos jornadas menos, a más de uno le dolerá echar un vistazo a la clasificación.