Con la punta de los dedos. El Madrid ya olía el ambiente de Belgrado. Un triunfo en casa, como otro más, y la sexta Final Four en los últimos ocho años sería una realidad. De nuevo, el pabellón respondió con un ambiente inigualable y siempre pendiente del banquillo visitante. Y es que los griegos no pararon. Quejas, quejas y más quejas con la amenaza de abandonar el partido en cualquier momento. (Así vivimos el partido en directo).

No sorprendía Laso en su cinco inicial. La potencia defensiva de Taylor y Causeur y el buen hacer en ataque de Doncic, Ayón y Thompkins. Aunque el inicio no fue tan frenético como en el primer duelo de la semana, la tensión era palpable. Menos puntos, menos velocidad y un marcador más bajo de lo que se preveía. Si Calathes no abaja el pistón con cuatro puntos tampoco lo hacía Ayón. El mexicano, más titán que nunca, logró hasta ocho tantos. Dominó la zona y el rebote fue prácticamente una cosa de él.  Algún que otro despiste impedía romper el encuentro. Bien Lojeski a la contra y también Rudy, que se enchufaba en una personal muy concurrida. El 19-14 reflejaba lo que estaba siendo un partido en punto muerto.

Y LLEGÓ LLULL

El base volvió a inspirar al equipo. No tardó tanto en anotar y rápidamente se hizo ver por sus habituales lares. El triple, esas mandarinas que tanto se habían echado de menos, ya estaban en la capital. Había logrado romper el Madrid con un gran 25-16 y con Taylor como protagonista. Pero James y Calathes, obcecados en dar guerra, frenaban esa carrera que buscaba el cuadro merengue. A mitad de cuarto, Llull clavaba dos de sus dardos de tres puntos e incluso forzaba una antideportiva que, posteriormente y con alguna duda legal, anulaban los colegiados. Carroll le seguía y Reyes empezaba a destilar ganas de guerra. 37-24.

El infierno de Madrid se pide la Final Four

DESATADOS ANTES DEL DESCANSO

Desde ese momento en el que el de Mahón insufló una vida distinta al Madrid, el partido fue rodado. Tres minutos para aumentar exponencialmente la anotación. Tavares empezaba su guerra en la pintura, Reyes lo bordaba con el rebote y anotación y en el perímetro se empezaban a recoger frutos. Carroll y Rudy sumaban desde dicha línea mientras que Payne era el que tomaba el mando en Panathinaikos. No era suficiente. El capitán merengue se le comió y levantó al WiZink Center. Esta vez sí, antideportiva sobre Doncic, y el Madrid desatado que cerraba el cuarto con un esperanzador 51-35.

DONCIC DICE BASTA A LAS EMBESTIDAS GRIEGAS

Pocos jugadores son capaces de anotar nueve puntos casi consecutivos en algo más de cinco minutos, en el tercer cuarto y con Panathinaikos delante. Era Doncic, alguien de otro mundo. El esloveno sabe que la NBA le espera pero la Final Four es su gran objetivo para cerrar una etapa casi perfecta de merengue. El mejor Doncic estaba de vuelta. Rompía a Gist, se cebaba en el triple y ese dribiling que acostumbra a lucir destrozaban por completo la defensa verde. Y eso que James y Pappas tiraron de heroica o de fortuna para mantenerse en el partido lo más vivos posibles con varios triples. El +20 no hacía más que aumentar y con el '7' blanco como culpable. Solo tras tomarse un descanso logró Panathinaikos recortar diferencias con James y Singleton para buscar la barrera de los 10 de desventaja. Pero apareció el otro crack. Llull y una de sus mandarinas cerraban con un notorio 78-60. El último cuarto pintaba bien.

El infierno de Madrid se pide la Final Four

LA TENSIÓN NO SE BARAJA

Despistes defensivos, fallos en ataque y una racha que parecía intocable en el bando heleno. Los triples llovían y Calathes no fallaba. Se fue hasta los 18 puntos con varios triples imposibles en el último cuarto. Apretaron los de Pascual y fueron poco a poco. Primero la barrera de los diez, luego la de los cinco... hasta ponerse a tiro. Metían tensión en la cancha y Antetokounmpo buscaba las técnicas. Querían meterse en el partido como fuera y la ayuda arbitra nunca viene mal. Pero los colegiados no picaron. Reyes y Doncic no entraron en su juego y mantuvieron la calma. Un triplazo a tablero de Doncic puso el 88-82 que remató a Panathinaikos. Llull anotaba un tiro libre y ahí cerraba la cosa. Se cayó el pabellón, el Madrid celebro y una nueva Final Four está en manos merengues. La afición, clave, supo sacar tajada y convirtió Madrid en un infierno intratable.

REAL MADRID 89-82 PANATHINAIKOS

Real Madrid: Doncic (17), Taylor (6), Causeur (1), Thpmpkins (9), Ayón (12) -cinco inicial- Reyes (12), Carroll (10), Tavares (2), Randolph (4), Rudy (5), Randle (-), Llull (11).

Entrenador: Pablo Laso.

Panathinaikos: Calathes (18), James (18), Singleton (21), Rivers (0), Vougioukas (1) -cinco inicial- Antetokounmpo (2), Pappas (6), Denmon (0), Gist (2), Gabriel (0), Lojeski (10).

Entrenador: Xavi Pascual.

Árbitros: Radovic, Rocha, Latisevs.

Parciales: 19-14 | 32-21 | 27-25 | 11-22

Incidencias: Cuarto partido de la serie de playoffs que se disputó en el pabellón WiZink Center (Madrid).

  89 - 82  
REAL MADRID vs PANATHINAIKOS

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