Hacemos un repaso a todas las características que Google ha mejorado en sus relojes inteligentes durante el año, haciendo que una plataforma que considerábamos como muerta volviera a ser interesante.

Android Wear, el largo ciclo de ir deambulando sin dirección

Los wearables no han llegado a ser el próximo boom tecnológico que muchos esperaban. Google empezó sus aventuras en 2014 con el sistema Android Wear, y durante años parece haber ido sin ritmo.

Durante dos años he estado utilizando un Huawei Watch, el cual cada nueva actualización lo dejaba en peor situación. Las primeras versiones de Android Wear eran simples, pero Android Wear 2.0, que prometía ser una gran revolución, no terminó de convencernos, ya que la transición de un sistema a otro duró meses, y cuando llegó no terminó de convencernos.

Tras esos dos años de penurias di el salto a un Samsung Gear Sport, y posteriormente a Fitbit Versa, un reloj que me ha terminado encantando mucho más de lo que podría esperar. Sí, es simple, pero lo que hace, lo hace genial, ya que es preferible tener pocas funciones que vayan extraordinariamente bien a tener muchas que funcionen de aquella manera.

Vete tú a saber por qué, pero con un Apple Watch 3 imparable, parece que Google tiene intenciones de dar un golpe en la mesa en el mundo de los wearables. Durante estos últimos meses hemos conocido un gran número de novedades que hacen que Wear OS, así es como se llama ahora Android Wear, sea un sistema que vuelve a ser emocionante.

La salud como foco principal

Los wearables han ganado un hueco en la vida de los deportistas por algo tan sencillo como que la tecnología que integran los convierten en una herramienta muy útil para el deporte.

Apple lo sabe, y por eso miman tanto la aplicación de salud de iOS, Samsung también, y por eso Samsung Health es tan buena aplicación y se sincroniza tan bien con los Samsung Gear. Antes que estas, Fitbit ha cosechado una carrera muy consistente en las mediciones de actividad, y la Fitbit Versa ha funcionado tan bien precisamente por ello. Un foco en la salud claro.

Google Fit no era una aplicación que destacase positivamente respecto a Samsung Health, Fitbit o salud de iOS, lo que hacía que los relojes con Wear OS quedasen un paso atrás en uno de los tres pilares que más importan en un wearable. Sus nuevos cambios apuntan maneras.

Un sistema que al fin apuesta por una personalidad propia

Android Wear 2.0 parecía un sistema sin rumbo, ni personalidad propia. Google Assistant ha funcionado fatal durante meses, las notificaciones habían perdido protagonismo, y no hablemos de la tienda de aplicaciones.

Google Play para Android Wear llegó con la versión 2.0, prometiendo aplicaciones independientes. Pero al final, el control de calidad de las aplicaciones de la Play Store ha permitido que las aplicaciones para Android Wear fuesen aplicaciones que seguían dependiendo del móvil. Yo, al menos, no he encontrado una aplicación independiente que merezca la pena a día de hoy.

Con el cambio de nombre a Wear OS llegó la integración de Google Pay a España, Google Assistant ya funcionaba como debería haberlo hecho desde un momento, y las notificaciones por fin parece que recibirán una mejora sustancial.

Quizás el mejor protagonista de Wear OS sea Google Assistant, que hace que utilicemos mucho menos nuestro móvil. No solo eso, se convierte en una vía para atacar al Apple Watch. Un usuario de iPhone puede tener acceso a Siri en su iPhone y Google Assistant en la muñeca.

Que Google Assistant sea tan potente beneficia directamente a Wear OS.

Los fabricantes adecuados para una carrera que no es la tecnológica

Los primeros fabricantes de Android Wear eran grandes de la tecnología como Samsung, LG, Motorola, Huawei o Asus. Huawei ya declaró no tener claro que Android Wear tuviese sentido para ellos, mientras que Motorola y Asus se han retirado del mercado de los wearables, mientras que Samsung ha decidido hacer la guerra por su cuenta.

Es normal que Android Wear haya pasado años sin gran relevancia, al no haber relojes de interés para el público. Mientras que los primeros socios de Google eran compañías de tecnología que solo buscaban vender tecnología, remontar en el negocio de los relojes inteligentes era posible por otra vía.

Los fabricantes de relojes tradicionales han sido un punto clave en la expansión de Wear OS en los últimos meses. Como fabricantes de relojes, ellos ya tienen una reputación, un público y un know-how. Marcas como Tag Heuer o Fossil han integrado su división de relojes inteligentes en su estructura de venta como una gama más. Si quieres un dispositivo con estilo, es más fácil confiar en estas marcas que entienden de moda. Una sinergia brutal.

También destacar la actuación de pequeños fabricantes como Mobvoi, empresa pequeña que apuesta por relojes asequibles como el Ticwatch E, una forma de convencer a usuarios que Wear OS aún puede demostrar.