Huawei vuelve a la carga con el P9 y lo hace más en serio que nunca. Su ascenso mundial en los últimos años no es casualidad, ni tampoco el nivel de calidad y rendimiento que han alcanzado.

Habemus nuevo “P”, el P9, con el que el gigante de las telecomunicaciones chino quiere, no sólo consolidar su posición entre los mejores del sector, sino competir cara a cara con los mejores smartphones del planeta.

El 2015 no pudo acabar mejor para Huawei: consiguió colocarse como el tercer fabricante del mundo en número de ventas. Lo que se traduce en más de 100 millones de unidades vendidas, sólo por detrás de Apple y Samsung, siendo además el primero si filtramos sólo China.

El pasado año yo mismo analicé el Huawei P8, un teléfono bien construido y buen rendimiento, un teléfono que seguía madurando la línea P de Huawei, pero que no acababa de alcanzar a modelos top del mercado. Este año vuelven pisando fuerte, aquí va nuestro análisis del Huawei P9.

Análisis del Huawei P9: sus principales armas

Como viene siendo habitual, comenzamos haciendo un repaso a las características del P9, a los componentes sobre el papel, a sus armas frente a la competencia cada vez mayor. Mientras que en la mayoría de modelos de gama alta hay una lucha clara entre procesadores Qualcomm y Exynos, Huawei mantiene su estrategia con procesadores HiSilicon.

Si el año pasado el P8 montaba un Kirin 930 y el Mate 8 un Kirin 950, el Huawei P9 tiene como corazón a su nueva evolución, al Kirin 955 un procesador de ocho núcleos (cuatro A72 a 2.5GHz y otros cuatro A53 a 1.8GHz). Además, en el caso de nuestra versión, le acompañan 3GB de memoria RAM y 32GB de almacenamiento interno.

Por aclarar, también existe una versión con 64GB de almacenamiento y 4GB de RAM, aunque sólo disponible en color Haze Gold. En cualquier caso, ¿es más potente el Kirin 955 que el Snapdragon 820 que tanto estamos viendo? Yo no haría esa pregunta, si no ¿está a la altura? y la respuesta es: sin duda, sí.

Más allá de benchmarks y otros test que simplemente nos dan un numerito más, nos quedamos con que el rendimiento del Huawei P9 con este Kirin y los 3GB de RAM es muy bueno, es veloz y se comporta en el día a día, que al final es lo que queremos: un terminal que responda a lo que le pedimos.

Especificaciones técnicas del Huawei P9

  • Pantalla IPS de 5,2 pulgadas con resolución Full HD
  • Medidas de 145 x 70,9 x 6,95 milímetros
  • Lector de huellas
  • Procesador Kirin 955 de ocho núcleos, GPU Mali-T880MP4
  • 3/4 GB de RAM
  • 32 GB de memoria interna (en Europa), 64 GB en otras partes del mundo + microSD
  • Android 6.0 Marshmallow con EMUI 4.1
  • Doble-cámara principal de 12 megapíxeles
  • Cámara frontal de ocho megapíxeles
  • Batería de 3.000 mAh de capacidad
  • Puerto USB Tipo-C

Al final me he liado, sigo con las características. La GPU es una Mali-T880 MP4, capacidad para doble SIM o una SIM y una microSD con la que extender el almacenamiento, y en cuanto a su pantalla, tenemos un panel LCD IPS de 5.2 pulgadas con resolución FullHD (1920×1080 píxeles), de la que hablaré a continuación.

De conectividad va bien servido: Bluetooth 4.2, NFC, soporte 4G LTE Cat 6, GPS – GLONASS, WiFi 2,4G/5G a/b/g/n/ac e incluso utiliza el nuevo conector USB Tipo C, sin embargo Huawei nos ha confirmado que utiliza el estándar USB 2.0. Sí, echamos en falta la Radio FM, el P9 no la incluye.

Por su parte, la batería tiene una capacidad de 3.000mAh, no extraíble y sin carga rápida (que sí está incluida en la versión P9 Plus). El Huawei P9 llega directamente al mercado con Android 6.0 personalizado con la interfaz EMUI 4.1 de la que también daremos más detalles a continuación.

Diseño y construcción del P9: muy bonito y realmente bien acabado

Si tuviese que definir la construcción del Huawei P9 con una palabra sería: genial, o fantástica.

Hace ya algunas generaciones que los distintos fabricantes se dieron cuenta que un gama alta no debe serlo sólo por dentro, también por fuera. Se deben utilizar materiales de calidad, construir dispositivos robustos, que den una gran sensación en mano, agradables.

El diseño importa. En dimensiones, el P9 se mantiene muy cerca del P8, sin embargo hay diferencias. Con un peso de 144 gramos, el diseño general se ha refinado y ahora es mucho más bonito (obviamente es una opinión, pero sin duda ha habido un salto con respecto al anterior).

Con aluminio por todo su cuerpo, los únicos botones físicos (también metálicos) los encontramos en el marco derecho. En el frontal está cubierto por cristal con el ya conocido acabado 2.5D, es decir, ligeramente curvado en las esquinas para mejorar la transición al aluminio. No es tan “cortante”, la sensación es bastante agradable al desplegar menús laterales. Junto a la cámara frontal (de 8MP), tenemos los sensores de proximidad y luminosidad, así como la rejilla del auricular. Y sí, hay LED de notificaciones multicolor.

En el marco inferior está el conector USB Tipo C, la rejilla del altavoz (que no es de los más potentes, pero se escucha bastante bien) y el conector jack. El P8 llevaba dos “altavoces”, al menos a la vista, porque en realidad sólo una parte era salida de audio, así que no hemos perdido nada entre generaciones.

Es en la parte trasera donde el P9 gana un poco más de personalidad y no porque tenga un diseño revolucionario, sino porque ahí es donde está la cámara, o mejor dicho la doble cámara, que es su principal atractivo por esa sonada colaboración con Leica.

La trasera es plana por completo, no hay ni un elemento que sobresalga más de la cuenta, ni un milímetro. Me recuerda mucho a la del Nexus 6P, también fabricado por Huawei. En la franja superior encontramos la doble cámara (ahora detallamos sus funciones), un flash de doble tono, justo debajo el sensor láser de enfoque y, bajo esa franja, el lector de huella.

Sobre el lector de huellas del Huawei P9

El lector de huellas está justo en la posición del dedo índice de ambas manos cuando agarramos el terminal, no se pulsa, no es un botón, sólo se coloca el dedo sobre él. Es MUY rápido, en serio, en décimas de segundo tenemos el terminal desbloqueado y el margen de error es muy bajo.

En todos estos días utilizándolo ha fallado muy pocas veces y estoy seguro que siempre ha sido por colocar sólo una parte del dedo en el interior (cosas de acostumbrarse a un nuevo smartphone).

Este sensor se ha convertido en imprescindible en todo terminal de gama alta, nos permite añadir un punto extra de seguridad y, en este caso, también han añadido extras muy útiles como la posibilidad de bajar la barra de notificaciones con sólo deslizar por el sensor (genial para los que no llegamos con el pulgar hasta arriba) o pasar entre las imágenes de la cámara. El sensor de Huawei P9 es rapidísimo, de los más veloces del mercado y muy preciso.

En definitiva, el P9 tiene una construcción soberbia. Los acabados son muy buenos, no hay crujidos, ni materiales de baja calidad, ni malas uniones. Se siente muy bien en la mano y pese a tener menos de 7 milímetros de grosor no es tan resbaladizo como el P8, gracias al trabajo en los marcos más curvados.

Pantalla y rendimiento

Otra de las tendencias que estamos viendo en el mercado de gama alta es la del aumento de la resolución. Ya es habitual ver smartphones con pantalla QuadHD (e incluso 4K) por todas partes.

Huawei se ha mantenido con un panel FullHD de 5.2 pulgadas. Se trata de un panel con tecnología LCD IPS-NEO fabricado por JDI que, a decir verdad, cuenta con un contraste y unos negros muy profundos, tanto que en algunos momentos me venía a la mente el AMOLED.

No olvidemos que estamos ante una pantalla con más de 400 píxeles por pulgada, es nítida, el cristal frontal con acabado 2.5D nos da sensación de cercanía con los elementos, el brillo máximo es alto, aunque no muy destacable y el mínimo sí nos permite usarlo sin molestias en entornos oscuros.

La reproducción de color se aleja un poco de la realidad y la temperatura del panel es totalmente configurable desde los ajustes. Pese a que el brillo máximo es de unos 500 nits, me ha sorprendido la buena visibilidad en exteriores. Incluso a plena luz se puede usar sin problemas ya que el modo auto adapta los contrastes, algo que ya hacía el P8.

Es un panel FullHD, sí, pero es más que suficiente para disfrutar de todos los contenidos multimedia que hoy en día abundan en nuestros dispositivos y, además, también mantiene el consumo de energía a raya.

Al comienzo de este análisis del Huawei P9 hablaba del Kirin 955, el procesador que va montado en este modelo. Sí, es cierto que en benchmarks su puntuación queda por debajo de modelos como el S7, el G5 o el iPhone 6s, ¿y qué? Son números, no refleja la experiencia que tenemos con él y os puedo decir la del P9 es buena, más que buena.

Es un dispositivo muy rápido, la multitarea y su acceso es inmediato, no hay lag alguno y todas las aplicaciones que conocemos y que todos usamos funcionan a la perfección. En juegos, si te gustan los casuales tipo Clash Royale y demás, no tendrás ni un problema, y si prefieres los más potentes como Asphalt 8 y compañía tampoco, se comporta muy bien, sólo que en aleatoriamente rasca un poco, pero nada preocupante. Todo es perfectamente jugable.

Y ahora la pregunta que todos os estáis haciendo, ¿qué tal EMUI?

EMUI 4.1, progresa adecuadamente

Lo reconozco, EMUI no es mi capa favorita. En realidad ni EMUI ni cualquier otra, personalmente prefiero la estética pura de Android, por eso casi siempre acabo instalando algún launcher que me la ofrezca (tipo Nova Launcher, ganando además muchas opciones de personalización).

En el P9 tenemos EMUI 4.1, basado en Android 6.0 Marshmallow, así que no tenemos queja en este sentido, incluye la última versión de Android oficial (en el momento de escribir esto N todavía es una Preview) e imaginamos que el P9 recibirá actualizaciones futuras. EMUI 4.1 no presenta cambios notables con respecto a 4.0 (que está, por ejemplo, en el P8).

Decidí dar otra oportunidad a EMUI, empezar de cero con ella, eliminando de mi cabeza todos los sentimientos (buenos y malos) que ha generado en los últimos años. Considero que EMUI es más que una capa, no es un brochazo de personalización, sino que es su efecto se aplica a todo el sistema, hasta lo más profundo, para lo bueno y lo malo, porque la realidad es que también trae funciones muy útiles.

Como otras personalizaciones chinas, no tenemos cajón de aplicaciones, así que todo estará en el escritorio y lo más cómodo es arrinconar todo lo que no usamos o no necesitamos en una carpeta. Nos permite personalizar los ajustes rápidos, la barra de navegación, añadir un botón flotante, utilizar gestos para controlar el terminal, activar el control por voz…

EMUI mejora, pero su estética no es para todo el mundo

Pero sin duda, lo que más me gusta de Huawei y EMUI es su gestión de la batería y los procesos, y el nivel de control que nos da sobre todas las aplicaciones instaladas. Soy sincero, es un poco pesadete dejarlo al gusto al principio, pero cuando se consigue, es una maravilla. Podemos configurar, aplicación por aplicación, cuáles pueden funcionar con la pantalla apagada, cuáles pueden enviar notificaciones y de qué tipo (banners flotantes, en la pantalla de desbloqueo, en la zona de notificaciones), qué permisos tiene cada una, nos alerta si algo está consumiendo más de lo normal y si una app en concreto puede tener el “derecho” a despertar el sistema.

En definitiva, tenemos control total de lo que ocurre, no hay sorpresas de consumos disparatados (ejem… Facebook) y otorgamos los permisos que consideramos que una app merece. Una vez puesto al gusto del usuario, es una gozada.

EMUI no ralentiza, está los suficientemente optimizada para hacer que todo funcione con fluidez y muy suave. El único cambio que he hecho ha sido rebajar la velocidad de las animaciones a 0,5X desde las opciones para desarrolladores y el cambio se nota mucho en las transiciones.

Tras estas semanas utilizando a diario EMUI 4.1 diría que puedo vivir perfectamente con esta personalización. Me he acabado acostumbrando y es que ciertamente funciona bien. Sólo necesitaría dos cambios más: permitir encender la pantalla del P9 con un doble toque (por favor) y que se puedan cambiar los diseños de los iconos por otros packs. Existe una tienda de temas, pero las alternativas no son precisamente bonitas y el efecto de forzar que todos los iconos sean cuadrados rellenando cuadrados de color es… feo.

Cámara: el doble sensor y la colaboración de Leica en el P9

Sin duda la cámara es uno de los atractivos del Huawei P9 y a la que el fabricante chino ha dado mucha importancia debido a su colaboración con Leica. Leica es una famosísima compañía óptica alemana y que a todos os sonará por sus cámaras de fotos (con un alto precio, todo hay que decirlo).

Lo que hay que dejar claro desde el principio es que la presencial del sello de Leica en el cuerpo del P9 no significa que los alemanes hayan sido los responsables de fabricar la cámara, ni que los componentes sean suyos. El “certificado Leica” significa que ambas empresas ha colaborado en el desarrollo, tanto en el software como en el hardware.

¿Para qué queremos dos cámaras? El Huawei P9 monta en la parte trasera dos sensores Sony Exmor IMX286 de 12MP y apertura f/2.2 cada uno. Eso no significa que en total tengamos 24MP, nuestras fotos finales siempre serán de máximo 12MP, sin embargo ambos sensores actúan conjuntamente para conseguir mejores resultados.

Uno de los sensores es RGB, es decir, como la cámara de otro smartphone, capta “el mundo” en color. Sin embargo, el otro es un sensor monocromo, con lo cual a este le importa un pimiento procesar los colores, sólo le interesa la luz.

Así, el en las fotografías normales, ambos sensores realizan su trabajo y el resultado se procesa al instante combinando la información que han captado en una única imagen. El sensor monocromo capta más detalle, más luz, más contraste, así que también ayuda en las imágenes en condiciones de menor iluminación.

El resultado del sensor monocromo es espectacular.

Según los datos de Huawei, el P9 es capaz de captar un 70% más luz que un Galaxy S7 y un 270% más que un iPhone 6s Plus. Sin duda son cifras impresionantes teniendo en cuenta la calidad fotográfica de esos dos teléfonos, no sabemos si han tirado por lo alto, pero lo que sí está claro es que el rendimiento de la cámara del Huawei P9 es muy bueno (podéis ver las imágenes en la galería).

El enfoque es muy rápido (utiliza tecnología láser y por contraste, según la situación) y por supuesto, el sensor monocromo también lo podemos aprovechar para hacer fotos en blanco y negro nativas, es decir, tal cual salen de la cámara, nada de filtros aplicados. Según mis pruebas, sólo puedo decir que este tipo de fotos son, por lo general, espectaculares.

Fotos con Huawei P9

La doble cámara y los modos de enfoque también nos permiten jugar con la profundidad de campo. Incluye un modo para ajustar la apertura y así forzar una profundidad de campo muy vistosa, centrando el enfoque en una zona. Esto se hace por software y depende de los objetos enfocados también puede fallar su definición, pero podemos re-enfocar y cambiar la apertura a posteriori en cualquier momento desde la galería.

La aplicación de cámara es MUY completa, con muchísimos modos de foto, filtros en directo, disparo RAW+JPG…. pero destaco el “modo PRO”, es decir, el modo de control totalmente manual desde el que podemos seleccionar el tipo de medición, ISO, exposición, apertura, tipo de enfoque, luz… genial para aquellos más aficionados a la fotografía a los que les guste entretenerse.

Por otra parte, echamos en falta un modo de grabación de vídeo 4K, el máximo es 1080p y en esto queda por detrás de la competencia. La cámara frontal utiliza un sensor de 8MP f/2.4 y los resultados son muy buenos, con gran detalle y no falta el modo belleza.

Batería: 3.000 mAh sin carga rápida en el P9

3.000mAh es la capacidad de la batería en el Huawei P9, una capacidad mejorada con respecto al P8 (aquel tenía 2680mAh) y que se agradece mucho para llegar desahogados al final del día, con más que de sobra.

Sabemos que las horas de pantalla no son una buena referencia (no es lo mismo 1 hora viendo una imagen estática que 1 hora jugando), pero con el uso mixto de un usuarios medio, que consulta frecuentemente redes sociales, email, mucha navegación web, alguna partida a un juego casual, mucha mensajería instantánea, fotos… la media se ha situado en torno a 4 horas de pantalla.

Nos falta la carga rápida e inalámbrica.

La mayoría de días es fácil alcanzar la noche con un 20 o 30% restante de batería. El consumo en reposo es mínimo o nulo gracias a esa gestión de procesos de la que hablaba con EMUI. En cualquier caso tenemos tres modos de energía de Huawei, desde el máximo rendimiento al modo ultra ahorro (se limita a llamadas y mensajes). Aunque me ha llamado la atención ante todo un modo en el que la resolución de la pantalla se reduce a 720p.

Es una pena que no tengamos carga inalámbrica ni carga rápida, ésta se reserva para el P9 Plus de 5.5 pulgadas, aunque los tiempos de carga sí han mejorado con respecto al P8. En unos 25 minutos se pasa del 3% al 30%, alcanzado el 100% de carga en poco más de dos horas.

Conclusión de nuestro análisis del Huawei P9

Otro paso más para Huawei, el P9 sube otro peldaño y es más que nunca un digno competidor con la gama más alta de smartphones del mercado. El P9 convence por varios motivos: su construcción y diseño es envidiable, su cámara está a la altura y el rendimiento es el que se espera de un smartphone de esta gama.

¿El mejor del año? Todavía deben corregir algunos aspectos, como una pantalla equiparable a los demás, una resistencia al agua que echamos en falta y que ya es imprescindible y una carga rápida que debería ser un estándar, por no hablar de un rediseño de EMUI, su rendimiento es fenomenal, pero la estética asiática no encaja en mercados como el nuestro.

No es un smartphone «redondo» en todos los aspectos, pero es un muy buen smartphone. Especialmente si tenemos en cuenta que sale al mercado a un precio muy competitivo, inferior al de sus rivales, mejorando todavía más su relación calidad/rendimiento/precio.