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Muchos smartphones han pasado ya por mis manos. Gracias a esto, he conseguido revelar un esquema que siguen todos los móviles a día de hoy: estos dispositivos son una pregunta al consumidor. Una pregunta muy fácil: ¿qué es lo que te ofrezco para que confíes en mí? Y hasta ahora, siempre había tenido esa respuesta para todos los dispositivos que han pasado por mis manos. Hasta el LG Q7 ThinQ.

Hoy analizamos (tarde por motivos personales) uno de los móviles más controvertidos de este año, siendo cuestionado incluso por profesionales del sector cuya opinión neutral conseguían que pocas veces palabras malsonantes salieran de sus reviews. Hoy, me uno a ese grupo, y es que sin temor a equivocarme, estoy ante uno de los peores teléfonos que he probado en lo que va de año.

LG Q7

3,9
  • Pantalla de 5.5"
  • MediaTek 6750S
  • Cámara de 13 Mpx Mpx
  • Batería de 3000 mAh mAh
  • 3 GB GB de RAM
  • 32 GB GB de Almacenamiento
  • Peso: 145 gramos g
  • Dimensiones: 143.8 x 69.3 x 8.4 mm
  • Resolución de Full HD+
  • Más especificaciones Menos especificaciones
PVP 349€
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  • Resistencia al agua
  • USB-C
  • Android 8.1
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  • Rendimiento
  • Pantalla
  • Cámara
LG

Características del LG Q7 ThinQ

Repasamos las características de este Q7, y así podremos ver qué nos ofrece este dispositivo. Aquí va la ficha completa:

  • Pantalla  IPS
    • De 5.5 pulgadas
    • Con resolución 2160 x 1080
    • Ratio 18:9
  • SoC MediaTek MT6750S
    • Octa-core 4 x 1.5 GHz Cortex-A53 y 4 x 1.0 GHz Cortex-A53
    • GPU Mali-T860MP2
  • Almacenamiento y memoria:
    • Modelo básico con 3 GB de memoria RAM y 32 GB de almacenamiento interno.
    • Versión con 4 GB de memoria RAM y 64 GB de almacenamiento interno.
    • Ambas versiones pueden ampliar hasta 512 GB adicionales mediante tarjeta microSD.
  • Cámaras
    • Cámara principal de 13 Mpx con apertura f/2.2 con grabación Full HD a 30 fps.
    • Cámara frontal de 5 Mpx con abertura f/2.2 y enfoque automático.
  • Altavoz situado en la parte inferior con tecnología de sonido de alta fidelidad DTS:X y audio virtual en 3D con canales de audio 7.1.
  • Batería de 3000 mAh
    • Carga rápida vía USB-C.
  • Android 8.1 Oreo con LG UX.
  • Conectividad:
    • Conexión USB-C.
    • microSD.
    • Jack 3.5mm para auriculares.
    • LTE 4G.
    • WiFi ac, Bluetooth 4.2, USB OTG.
    • NFC.
  • Dimensiones: 143.8 x 69.3 x 8.4 mm y 145 g de peso.
  • Sensor de huellas trasero y reconocimiento facial.
  • Extras: 
    • Protección al agua y polvo IP68.

Un diseño que aparenta ser premium, pero no lo es

Empezamos con el apartado más notorio para la gran mayoría de nosotros: el diseño. Este LG Q7 ThinQ está hecho con un marco de metal y una parte trasera que emula al cristal, cuando realmente es un plástico que si bien no es tan premium como otras alternativas del mercado, tiene las ventajas de que es ligero, es manejable y se ensucia mucho menos que los acabados acristalados. Una ergonomía que se ve beneficiada por la curvatura en la parte trasera y la pequeñez del dispositivo.

Porque este teléfono no es que sea especialmente grande, y se agradece entre tanto phablet en el mercado. Concretamente, sus medidas son de 143.8 x 69.3 x 8.4 mm con un peso total de 145 gramos. Dejando a un lado las sensaciones en la mano (es plástico después de todo), es indudable que el manejo de este teléfono es muy satisfactorio, aunque en detrimento de un tamaño mayor y por ende un tamaño de pantalla que hubiéramos deseado que fuera más grande.

En la parte delantera, protagonista de este teléfono, tenemos una pantalla con marcos redondeados a lo LG G6 de 5.5 pulgadas en resolución Full HD+, esta siendo aumentada por el ratio 18:9 que caracteriza al panel. Tenemos una cámara frontal, un altavoz en la parte superior y nada de botonera, esta queda reservada a la pantalla.

En la parte trasera nos encontramos el acabado en plástico, una única cámara de 13 Mpx junto al flash LED de doble tono, el lector de huellas y la serigrafía del modelo. En la parte superior no tenemos nada y todo queda reservado a la parte de abajo, donde nos encontramos el altavoz, el USB-C (buenas noticias) y el jack de 3.5 milímetros, el cuál no se nos ha extraviado por el camino.

Detalle: el plástico y el calor no se llevan especialmente bien, y aunque este LG Q7 no se calienta en exceso, notaréis su calor de una forma más notoria. Si le dais demasiada caña al teléfono, tened cuidado, podría ser incómodo.

Además de los botones de subir y bajar volumen y la bandeja para nuestra SIM y nuestra micro-SD, no encontramos anada más en el cuerpo. Lejos de gustos, el diseño del Q7 no es demasiado rompedor si nos fijamos en la generación pasada, el LG Q6. La mayor novedad es el lector de huellas, el cuál no estuvo en el Q6 y teniendo en cuenta que el diseño bebe bastante del LG G7 reciente, era impepinable que se incluyera.

Lejos de gustos, el Q7 es un dispositivo pequeñito, ya que su tamaño de pantalla siendo conservador tiene unos marcos de pantalla muy bien aprovechados y redondeados, por lo que el tamaño del terminal se traduciría al de uno de un panel de 5 pulgadas. ¿Es esto un defecto? En absoluto, aunque quizás se quede atrás en la época de los phablets y las pantallas grandes, máxime en su rango de precio.

Digamos que su diseño se traduce en una mejoría híbrida entre el LG G6 y el LG Q6, mezclándose en un terminal que acorde a su tamaño, es manejable, muy llevable y sobre todo que no entraña ningún problema a la hora del agarre. Este es quizás su punto más a favor, ya que es complicado encontrar dispositivos que den estas sensaciones. Aunque la verdad, el plástico resta lo que podemos esperar a la experiencia de agarre de este Q7.

No podemos olvidarnos de la certificación al agua IP68 que extrañamente vemos en este Q7. Decimos «extrañamente» debido a que es un añadido del que suelen prescindir muchos fabricantes, y no nos parece que tenga excesivo sentido en este teléfono, aunque lo agradezcamos.

Hay que decir que siendo un móvil tan pequeñito, es un dispositivo del cuál podemos olvidarnos en ciertas ocasiones. En esas situaciones en las que te tiras a la piscina con el móvil en el bolsillo o en que una bebida se te cae encima, este añadido es muy útil aunque seguimos pensando que no era un must en este teléfono.

Potencia, el punto más crítico del Q7

Empieza una parte amarga de este análisis, ya que nos encontramos sin lugar a dudas con el peor punto del LG Q7: su potencia. Como procesador tenemos a la firma china MediaTek, con su MT6750S. Sobre el papel, tenemos un Octa-core a 1.4 GHz, junto a la GPU Mali-T860MP2. Y aquí no nos vamos a andar con rodeos, el rendimiento es propio del de un terminal de gama de entrada. Es decir, muy mejorable.

Si bien en el uso del día a día se nota menos y se puede usar bien el teléfono, es en los juegos y aplicaciones pesadas donde vemos que este MediaTek simplemente carece de potencia. A excepción de juegos casuales de bajo rango, los juegos en general tienen tirones, bajadas de frames que empañan y bastante la experiencia, llegando a ser injugable en juegos que requieran de habilidad.

El mayor error de este Q7 es su procesador, insuficiente para un usuario en 2018

Como hemos dicho, en el día a día se nota menos, pero eso no quiere decir que no nos demos cuenta. La multitarea se vuelve más lenta y pesada que en otras ocasiones, y la interfaz tiene problemas a la hora de digerir tareas de mucho movimiento. Si sois de usar el móvil frecuentemente, esta escasa potencia llega a ser incluso enervante, sobre todo si estás acostumbrado a alternativas como procesadores de Qualcomm.

Además, tenemos otro problema que aunque no es grave, es importante de recalcar. En las memorias tenemos 3 GB de RAM y 32 GB de memoria interna… de base. Hay una versión superior de 4 + 64, aunque es más cara por supuesto. Afortunadamente tenemos ampliación de tarjetas microSD de hasta 512 GB, que necesitaremos en el caso de optar por la versión de 32 GB.

La multitarea con los 3 GB no sufren en exceso, aunque sí hemos notado algún que otro cierre de alguna app que consideramos que se debe al apartado del software y su optimización, al cuál llegaremos. De todas formas, si no sois usuarios exigentes, no tendréis mayor problema que unos tiempos de carga más lentos de lo normal. El terreno del gaming en este dispositivo queda por ahora descartado.

Afortunadamente, en conectividad no vamos nada mal: Wi-Fi, GPS, Bluetooth 4.2, USB-C con carga rápida (que tenga USB-C es un buen añadido) y además, en teoría, sonido de alta calidad DTS:X con audio virtual 3D con hasta 7.1 canales de sonido. Luego explicaremos el por qué de ese en teoría.

En los apartados de seguridad vemos lo esperado; un lector de huellas trasero que gracias al tamaño del teléfono podemos alcanzar sin problema (aunque no es excesivamente rápido) y un reconocimiento facial que no podemos poner como punto negativo, ya que siquiera el tenerlo nos parece un añadido interesante y que aunque sea lento, no da problemas (excepto en condiciones de luz dificultosas).

LG UX: hace falta actualizar, LG

La capa de personalización de LG, debo reconocer, era una desconocida para mí hasta ahora. En mi trayectoria como analista de dispositivos faltaba que llegara a mis manos esta capa, por lo que fui cauto y la caté lo máximo que pude. Respuesta rápida: ¿Me ha gustado? No. ¿Es completa? Sí. Y sobre todo ¿necesita una actualización? Totalmente.

Asombrosamente, este LG Q7 cuenta con Android 8.1 de serie, lo cuál es una fantástica noticia. Podemos disfrutar de todas las ventajas de la última versión de Android de Google (a falta de 9 Pie), aunque esta experiencia queda algo empañada por la pesadez de la capa. LG UX es una capa que tiene el mismo efecto que EMUI: es muy completa, está repleta de opciones muy interesantes pero necesita una mano de pintura.

La ventana múltiple pierde todo el sentido en un panel tan pequeño, y algunas de las ventajas más importantes de la capa como la inteligencia artificial (de ahí la coletilla ThinQ) o las aplicaciones añadidas como QuickMemo no nos parecen suficientes como para satisfacer a un usuario algo más experimentado, si bien es cierto que el usuario básico de Android tendrá más que suficiente con esta LG UX.

Pero sí que es verdad que hemos encontrado detalles a mencionar. No sabemos si es cuestión de la escasa potencia del procesador (y que MediaTek no suele ser especialista en optimización) o si es precisamente esta optimización la que está dando problemas en la capa, pero nos hemos topado con algunos bugs bastante molestos que junto a la escasa potencia conseguían que a veces tuviéramos incluso que reiniciar el teléfono.

En la ventana múltiple las apps se quedaban algunas trabadas. Las aplicaciones no se cerraban correctamente incluso cerrándolas desde el apartado de apps recientes, y algunas aplicaciones de LG como QuickMemo nos daban «Forzar cierre» de vez en cuando. Queremos pensar que esto se resolverá en futuros parches, aunque esto está por ver. Por lo demás, una capa que aunque no es mala, no será las delicias de los amantes de Android puro. El público objetivo de este móvil sí verá en LG UX unas bondades que otros no.

Una pantalla ¿demasiado definida?

Vamos a los apartados multimedia, en este caso empezando por la pantalla. Tenía especial interés, ya que LG es famosa por gestionar bien sus paneles IPS (más allá de lo que a veces hace con las OLED) y este Q7 no iba a ser distinto. Sobre el papel tenemos una pantalla de 5.5 pulgadas IPS con un ratio 18:9 y una cantidad de píxeles por pulgada de 442, amén de los marcos redondeados y reducidos propios del LG G6.

En términos de diseño, los marcos están muy bien optimizados y nos encanta la curvatura de las esquinas. La verdad, es que en estética, la pantalla y su ratio son muy notables. Quizás repetimos que el tamaño puede ser un factor diferencial, ya que es un tamaño comedido con marcos reducidos, pero alabamos la intención de LG de ofrecer un panel de tamaño reducido frente a los grandes phablets de hoy en día.

Esta pantalla nos da una de cal y otra de arena. Es un panel con buena interpretación de colores y que cuenta con muchas opciones de calibración dentro del software de LG. Pero por otra parte, vemos dos pequeños detalles. Para empezar, el brillo consideramos que es bastante mejorable, que junto a los reflejos hacen que ver esta pantalla durante el día sea todo un reto.

El segundo detalle que vemos es que la pantalla parece que está «sobredefinida». Me explico. Viendo la pantalla y su contenido, parece que el nivel de detalle y definición están subidos sobremanera, dando una sensación de que todo el contenido tiene demasiada definición, apareciendo bordes extraños en las letras y números que salen en el panel.

No es dramático, para nada. Pero viendo la pantalla de frente y viendo ciertos vídeos de YouTube en el que haya mucho texto, esto puede dar una sensación de falta de realismo. Es como si la pantalla intentara engañarnos diciéndonos que tiene mucho más detalle del que realmente tiene, y aunque esto viene bien para gente con problemas de visión, no nos parece que sea un detalle que pasar por alto.

Pero de los apartados multimedia, lo que sí nos ha decepcionado ha sido el altavoz. LG presume de que en este Q7 tenemos una experiencia de audio superior, con audio DTS:X junto a un audio virtual 3D con hasta 7.1 canales de sonido. Aquí seremos tajantes: no hemos notado en absoluto esa tecnología y la verdad es que la calidad del audio nos ha parecido normal, entrando en la media. Y sí, hemos buceado en los ajustes para ver que todo estaba bien. Y mucho menos en cascos, teniendo una calidad igualmente en la media.

Una autonomía sorprendentemente decente

Este apartado ha sido sorprendente, y no negaremos que es por demérito del resto del teléfono. Tenemos 3000 mAh de batería, junto a la tecnología de carga rápida Pump Express +, que nos otorga un 50 por ciento de batería en media hora, y una carga completa en poco más de una hora. Tenemos por supuesto USB-C reversible, aunque cuidado, 1.0.

La autonomía de este LG Q7 es más que buena, llegando a las 4 casi 5 horas de pantalla activa. Es un amperaje muy correcto para una pantalla «pequeñita», aunque puede que con más miliamperios y un procesador más eficiente obtuviéramos mejor autonomía. Aunque no todos son rosas; si jugamos a juegos o le damos un uso muy intensivo a este Q7 veremos cómo la batería desciende poderosamente, aunque no es de extrañar.

Si le dais un uso normal, no tendréis problemas. Si empezáis a achucharlo de verdad, podréis necesitar el cargador en un momento dado, aunque sabiendo al público al que va este Q7, este no sólo es un punto a favor, sino que dice mucho que este sea de los pocos puntos a favor del teléfono.

Bien de día, mal de noche y con una inteligencia artificial ausente

Volvemos a la carga con uno de los apartados más criticados del Q7, y uno de los puntos en los que un usuario más se fija a la hora de comprar un móvil como es el de las cámaras. Sí, es cierto que no hay que esperar grandes cosas de este LG Q7 en un tema tan delicado como este, pero aquí volvemos a entonar la palabra crítica contra LG y afirmar que esta cámara no es que esté a la altura de su precio. Es que no está a la altura del 2018.

Imágenes reducidas para el artículo. Revísalas sin compresión en el enlace de abajo a Flickr

Sobre el papel, el LG Q7 ThinQ tiene una cámara de único sensor de 13 Mpx con apertura focal f/2.2. Como vemos, una apertura con bastante poca luminosidad. La doble cámara nos ha faltado, aunque no siempre es determinante para sacar buenas fotografías y se usa en muchas ocasiones como reclamo publicitario. Véase el Pixel 2, que tiene la mejor cámara de un smartphone con un único sensor.

Los resultados fotográficos del Q7 son bastante malos, no os vamos a engañar. Las fotos con mucha luz pueden salir bien, aunque si nos fijamos en las tomas con mucho detalle vemos como el balance de blancos y el rango dinámico fallan más de lo que se esperaría. Además, en ciertas zonas el detalle es menor y en otras mayor, como si la toma no acabara de estar bien procesada. Pensamos que esto es cosa de MediaTek.

El problema radica en que, para que esta cámara otorgue resultados decentes, necesitamos mucha luz. Pero es que el post procesado de la imagen es, sinceramente, inadmisible para los estándares de 2018. Sólo hay que fijarse en esta toma, que en la parte izquierda el detalle es palpable, mientra que en la derecha la luz está tan sobreexpuesta que prácticamente vemos un haz de luz blanco fastidiar la foto.

La coletilla «ThinQ» es referida a que este dispositivo cuenta con inteligencia artificial, la cuál reconoce el entorno y nos ayuda a mejorar la foto para que el móvil la procese de forma más eficiente. En las fotos, como pasó en el análisis del P20, lo único que ocurre es que se sobreexpone esa zona. En cuanto a la funcionalidad, no creemos que sea siquiera relevante, ya que al probarla nos ha fallado más que ayudado.

¿Habra fallado al reconocer mi ratón Logitech G502 por el polvo de mi mesa?

Es bastante llamativo que este teléfono, que tiene una apertura focal tan poco luminosa, no tenga la posibilidad de procesar bien los entornos donde la luz debería salvar la fotografía. ¿Podréis sacar fotos buenas de día? Seguramente. Pero la verdad, tendréis que tener una habilidad más que prominente para tener una foto buena, y sabiendo el tipo de público que aguarda al Q7, creemos que este es un fallo que se ha de arreglar con algún tipo de parche.

El punto que sí consideramos dramático de este Q7 es el apartado nocturno. No nos extenderemos demasiado: es imposible sacar una foto buena con un ambiente nocturno. Primero, pensemos que la apertura focal no es luminosa. Luego, recordemos los fallos de procesado que hemos visto en tomas más claras. Juntadlo con la falta de información y ruido que se producen en entornos nocturnos, y ¡voilá! Tendremos fotos borrosas y casi inteligibles.

La noche no es la amiga del LG Q7

Podemos entender que un dispositivo de gama baja o de gama de entrada no pueda hacer fotos realmente buenas de noche. Pero este dispositivo se vende en una familia en la que integraría la gama media, y más por su precio. Por lo que aquí tiramos de las orejas al fabricante coreano por su falta de esfuerzo en este apartado.

Con la cámara delantera de 5 Mpx tenemos un efecto algo parecido. Volvemos a tener esa conducta errática en cuanto al detalle y al post procesado, aunque se solventa mejor. El problema viene otra vez con el balance de blancos, que literalmente quema la fotografía. En Málaga hace mucho sol, pero os aseguramos que no tanto como se ve en estas tomas.

De hecho, nos fijamos en algo llamativo; el Q7 acentúa demasiado el detalle de zonas frondosas, con muchas líneas e información que plasmar pero luego por el camino se deja otras zonas, haciendo que el post procesado de la fotografía no sea el idóneo. Y más si se quema la luz; en esas zonas se produce un efecto extraño entre falta de detalle, clarísimo error al procesar la toma y sobre todo se dejan zonas importantes (como mi cara) que detallar.

Y sí, tenemos modo retrato. Aunque el efecto blur que aplica a la toma es correcto, volvemos a tener esa quemazón de imagen y el mal procesado del detalle, provocando que el recorte de la silueta no sea para nada natural, y haciendo que este efecto sea más parecido al de un filtro de Instagram que al de un modo retrato como tal.

Conclusión: su fallo no es el precio, sino su concepto

Si navegamos un poco por Internet buscando información sobre este dispositivo, veremos que su precio es de lejos lo que más se le ha criticado a este Q7. Si quieres este dispositivo en su versión de 3 GB + 32 GB de almacenamiento interno, tendrás que desembolsar la friolera de 349 euros como PVP.

Como dije, todos los teléfonos que pasan por mis manos, para mí, me plantean una pregunta. Esta pregunta es: «Qué me puede ofrecer este teléfono para comprarlo». Dejando a un lado mis gustos y mis preferencias. Si esa pregunta tiene una respuesta, aunque no sea la que a mí me guste, para mí ese dispositivo tiene un propósito, y por lo tanto, es recomendable. Este LG Q7 ThinQ es una pregunta sin respuesta.

Ya no es por el precio, ya que este va condicionado a que este Q7 es un teléfono dedicado a engrosar los catálogos de operadoras telefónicas. Nadie comprará este Q7 libre, sino por oferta, por lo que no es un factor diferencial. Obviamente si lo pusiéramos a pelear con ese precio en la espalda, directamente este Q7 quedaría totalmente derrotado por su competencia.

El problema que tengo con este teléfono es que es el primero en muchísimo tiempo que no me dice absolutamente nada. La cámara no está a la altura de este 2018. El rendimiento es indudablemente un problema. ¿Quizás la certificación IP68? Dudosamente es un factor para muchas personas. Y si encima le añadimos su reducido tamaño de pantalla, hace de este dispositivo un móvil que se me hace difícil de recomendar. Y tengo un Sony Xperia XZ1 como móvil personal que tiene esta certificación, y no es ni mucho menos algo especialmente relevante para mí, menos para un usuario básico.

Si la cámara falla, la pantalla falla, el sonido (su principal baza) falla, y sobre todo, su potencia llega hasta niveles que hacía tiempo que no veíamos ¿entonces qué queda? ¿Qué pretendía LG creyendo que un USB-C, una pantalla «sin marcos» y la resistencia IP68 venderían un teléfono dónde sus demás factores son un descarte en su compra?

Y es una pena. Porque a la gama Q no le hace falta demasiado para prosperar. Un procesador de la gama 600 de Qualcomm, una cámara más acorde al precio y un poco más de memoria hubieran bastado para que este teléfono pudiera brillar con luz propia. Pero este problema está provocado por una caterva de malas decisiones que han llevado a un dispositivo que, personalmente, no creo que tenga ningún sentido.

Finalizo este análisis con un último detalle. LG, mima más a tu gama media. Ya no por nosotros, los usuarios. Ya no por la frenética e imparable competencia que arrecia en el mercado hoy en día (más teniendo en cuenta el precio). Sino por ti misma, para recuperar aquello que hizo a los LG de gama media grandes hace años. Por adaptarse a los nuevos tiempos y ofrecer algo que esté a tu altura. Porque vales, LG. Y debes demostrarlo. El tiempo nos dirá si esto se cumplirá.