La seguridad ha sido algo uno de los aspectos más importantes desde que se inventaron los teléfonos móviles. El PIN o código de seguridad nos acompaña desde la popularización de estos dispositivos,y, a medida que han ido avanzando, también lo han hecho los métodos para mantener nuestra información a salvo.

En el paso de los móviles a los smartphones vimos cómo sistemas como la contraseña o el patrón de desbloqueo se popularizaban pero no fue hasta la expansión del sensor de huellas que produjo el iPhone 5S que los métodos de hardware entraron en juego. O al menos de forma mayoritaria.

Un bisnieto del iPhone 5S, el iPhone X, ha sido el primero de los teléfono de Apple desde entonces de prescindir de esta forma de bloqueo, siendo sustituido por el desbloqueo facial. Samsung también había jugado con algo similar con el desbloqueo por iris pero no ha sido algo visto fuera de sus smartphones más caros.

Pero aunque la sensibilidad y velocidad de los sensores de huellas han mejorado mucho en los últimos años, no ha sido hasta la integración de los mismos debajo de las pantallas cuando hemos asistido a un gran cambio.

Aún en pocos dispositivos

Esta tecnología está aún en pañales y son pocos los móviles que presumen de implementarlo. El primero fue el Vivo X20 UD, que pasó luego su tecnología mejorada a los Vivo APEX y más recientemente a los Vivo Nex.

Xiaomi se subió al carro de eso con la versión Explorer Edition del Xiaomi Mi 8 pero antes de eso, antes incluso de los Nex, Huawei realizó su propia apuesta, dentro de un móvil espectacularmente caro, el Huawei Mate RS Porsche Edition, una variante del P20 Pro que he podido probar durante una semana.

Este terminal está claro que no es para todo el mundo, pero nos ha permitido tener un primer acercamiento con una tecnología que, más pronto que tarde, sera muy común en móviles mas asequibles.

Mas cómodo de lo que esperaba

Este modelo es el único que conozco que cuenta con dos sensores de huellas, uno detrás convencional y otro delante, bajo la pantalla, que es el que vamos a analizar.

En las pruebas que hemos realizado ha sido agradable ver cómo la posición del mismo, casi en medio de la pantalla, era todo un acierto. Los sensores convencionales están obligados a ser puestos en la parte más baja y eso los hace más incómodos de alcanzar.

La posición del sensor es inmejorable

Huawei ha implementado un sistema bajo la pantalla que resulta eficaz aunque no tanto como el trasero, siendo ese también más rápido. No hace falta despertar la pantalla para usarlo y poniendo el dedo encima del mismo, con la pantalla apagada, se desbloquea.

Si tocamos en otro lugar se encenderá un icono encima del sensor, con forma de huella, que nos dice dónde hemos de poner el dedo. También aparece ese icono cuando movemos el terminal o lo levantamos de la mesa.

Es curioso como todo esto no lastra la autonomía de este modelo, algo que queríamos comprobar de primera mano.

Cualquiera que haya usado un lector de este tipo dirá que es más lento que uno convencional, y tendrá razón. No es una diferencia exasperante y desde luego no nos aburre como para querer apagarlo. Pero ¿cuán lento o rápido es? La realidad es que para un usuario avanzado la diferencia es palpable, no dramática, pero notoria. Para un usuario normal esto pasara desapercibido.

Aquí es cuando se nota que esta tecnología es muy nueva y necesita algunas generaciones más para ser tan invisible como el usar un sensor tradicional. Sobre todo es notorio que tenemos que dejar el dedo más tiempo encima del sensor, no simplemente tocarlo por lo que tenemos que acostumbrarnos.

Pocas aplicaciones compatibles

Pero los sensores de huellas no sólo se usan para securizar el móvil, sino también para verificar pagos, por ejemplo. Sin embargo, no todas las aplicaciones permiten el uso del sensor de huellas delantero, lo que explicaría que Huawei hubiera apostado por implementar los dos.

Algunas apps como AliPay sí deja usar este nuevo sensor para verificar pagos y compras pero la mayoría de las aplicaciones requiere de un sensor tradicional.

La configuración de los dos sensores es idéntica y la única diferencia que vemos en las opciones se da en las posibilidades que tiene el trasero, por ejemplo para usarlo de disparador de fotos o para bajar la cortina de notificaciones, algo que hemos visto en más móviles de esta marca.

Un primer paso, útil y prometedor

Aunque sigo siendo un gran defensor del desbloqueo facial creo que tras él mi favorito es el sensor de huellas en pantalla. Resulta más cómodo que esté en el frontal que en la zona trasera y al no estar fuera del panel no necesitamos que los marcos se mantengan. Por si fuera poco permite que esté en una posición mucho mejor para coger el terminal de manera natural, sin forzar el pulgar a la parte inferior o lateral.

No sé si la mayoría de marcas optarán por esto o por un sistema de seguridad 3D como el de Apple, OPPO o Xiaomi. Salvo por el apartado económico no veo motivo para que todos los móviles de gama alta de 2019 y años posteriores no tengan un sensor de huellas de este tipo.