El iPhone X pasará a la historia por haber sido el primer móvil en invadir un año. Bueno, el móvil en sí, no.

El verdadero invasor ha sido su polémico «notch», la ceja que alberga el módulo de cámara y el altavoz para las llamadas. Aunque personalmente no le tengo demasiado aprecio a Apple y especialmente a los iPhone, he de reconocer que el logro del décimo teléfono de Apple es innegable: un móvil «todo pantalla» de verdad.

Pero hay otro logro por el cuál debo «respetarlo», ya que a mi parecer el iPhone X ha sido el primer teléfono que se recordará por haber conquistado a un año. El 2018 ha sido el fuerte que ha asaltado Apple, y es una mención de honor que vamos a analizar.

El «notch», maldito y necesario «notch»

Hay una frase que me dijo una vez un amigo que a mi parecer tiene muchísima razón: «El iPhone X es la mejor versión 1.0 que he visto en mi vida.» Esto significa que este dispositivo es el primer prototipo del ambicioso proyecto que tiene Apple y que muchos comparten; conseguir un smartphone que literalmente sea todo pantalla.

Y claro está, el iPhone X pese a quién le pese ha sido, antes del VIVO Apex, el que más cerca ha estado de conseguirlo. El ratio del frontal es impresionante, y aunque tenemos cierto marco la totalidad de la pantalla como tal está ocupada por un panel. Esto suscita la pregunta más obvia, y es el qué hacer con al cámara delantera, el altavoz y demás. La solución ha sido el «notch».

Es gracioso, porque a pesar de todas las críticas vertidas hacia el notch, yo lo apoyo en el caso del iPhone. Me parece una solución casi obligada al terrible problema de dónde albergar esos módulos tan necesarios, y si así conseguimos unos marcos laterales e inferior inexistentes. adelante.

Y aunque muchos os estéis acordando del VIVO Apex en este momento, hay un detalle a tener en cuenta. El VIVO Apex soluciona el tema de la cámara delantera poniendo un módulo aparte integrado en el chasis que sale cuando queremos hacer una fotografía. ¿Una idea buena? Sí, lo es. ¿Arriesgada? Mucho.

Esto implica poner partes móviles que en una caída o en un percance se pueden estropear. Y no es lo mismo arreglar una pantalla con muesca que un mecanismo integrado dentro del cuerpo del teléfono. Ya lo expliqué hace un tiempo, y por ello, sin gustarme el «notch», lo veo una solución más segura.

Por ello, pienso que la decisión de incluir el «notch» ha sido beneficiosa, ya que como bien dice la frase, esta versión 1.0 ha preparado a las generaciones de iPhone venideras para lo que pueda venir referente a las siguientes soluciones. Y ha sido este año cuando el «notch», sin quererlo, ha dominado el año 2018.

Notch por allí, notch por allá…

Sabíamos perfectamente que el iPhone X la iba a liar, y que casi todos iban a copiarlo. Históricamente ha sido así, y de hecho, pocos recuerdan que Android nació gracias al iPhone. El problema radica en que la metodología usada por Apple para eliminar el marco inferior está patentada, y hasta ahora, ese marco ha permanecido ahí. Y el notch se le ha sumado.

Pero creo que ninguno de nosotros se imaginaba que el dichoso «notch» repercutiera tanto en Android. Cuando el iPhone X salió, muchos se echaron encima de la ceja. Ahora, lo complicado es encontrar a un smartphone Android que no haya optado por la muesca, inclusive si esto realmente no es necesario como tal.

Todos los gama alta y muchos gama media se están subiendo al carro quitando excepciones. Sólo unas menciones os bastarán para saber la magnitud de esto: LG G7 ThinQ, Huawei P20, OnePlus 6, Nokia X6… La masificación del «notch» ha sido tal que hoy en día es lo más normal de ver.

Y todo apunta a que los lanzamientos del año 2018 que restan estarán condicionados por la muesca. ¿Esto es bueno o malo? Realmente, depende de gustos. Lo que es innegable es que el iPhone X ha sido el precursor de una invasión que no terminará pronto.

¿Falta de originalidad o excusa perfecta?

 

La conclusión fácil sería decir que todos son unos copiones y ya está. Pero analizando detenidamente al «notch», realmente nos damos cuenta de que es una solución al problema de poner la cámara en la pantalla sin marcos. Por lo tanto queda la duda de si el iPhone X les ha dado a los fabricantes la excusa de usarlo o directamente estamos ante una debacle de originalidad.

No sería descabellado pensar en varios fabricantes que tuvieran en mente usar el «notch» en sus pantallas pensando que eso no tendría ninguna acogida, y que al ver el iPhone X han decidido dar el paso. Por un momento dado, el «notch» ha conseguido que los fabricantes innoven un poco más en sus apartados en vez de simplemente copiar al de al lado, ya que la copia ya se asocia con el «notch».

Entonces, volvemos a mencionar 2 efectos del iPhone; conseguir que todos opten por una solución independientemente del motivo, y que por fin, dentro del plagio, se puedan mostrar verdaderos añadidos característicos de la marca. Quizás no es la mejor manera de llevarlo a cabo, pero está ahí.

Por esto, el 2018 será recordado como el año del iPhone X (y de su notch)

Ha habido años icónicos donde teléfonos Android han tenido su protagonismo. Están el caso del Huawei P9 con su doble cámara, o el Samsung Galaxy S6 Edge con la curva de la pantalla. Pero a excepción del P9, ningún dispositivo como el iPhone X ha conseguido tamaño impacto.

Creo que esto es un toque de atención tanto para los fabricantes como para los usuarios para intentar definir qué es lo que quieren. Porque aunque el «notch» pueda entrar en un debate, es innegable que los usuarios nos lo hemos tragado sin que nadie nos consultara, debido a que los usuarios compran el que consideran el mejor teléfono y no el que quieren.

Aunque el «notch» tenga su sentido, no hemos tenido elección: lo tenemos casi a la fuerza

¿Quiere el usuario un dispositivo como el iPhone X? ¿Cuántos son los que están hartos de que les intenten vender un iPhone? Los usuarios cada vez nos vemos más forzados a convivir con el «notch» en vez de tener alternativas reales a él. De ahí que considere la influencia del iPhone X como una invasión.

La pregunta del millón es fácil: ¿qué pasará después? No sabemos si Apple seguirá con la línea de diseño de los X o si renovará levemente la ya desvencijada estética de los iPhone clásicos, y de ser así, dudo muchísimo que sigamos con el «notch» un año más de lo debido, es decir, 2019.

Si tengo que apostar mi dinero, diría que lo siguiente será el concepto del VIVO Apex. Cuando este dispositivo se presente al mercado, muchos quedarán maravillados por su diseño y por su «solución» al asunto del «notch». Claro está algunos lo conseguirán en mejor o peor medida. pero si el año 2018 ha sido marcado por el iPhone X, el 2019 será el año del VIVO Apex.

Y otra pregunta sobrevuela el aire: ¿será esta revolución igual a la del «notch»? Personalmente, lo dudo.