Los usuarios tenemos una impaciencia en Android que no podemos reprimir en la mayor parte de las ocasiones. Y sí, es algo inevitable. Pero nos nubla la vista ante los razonamientos más evidentes.

Porque en el Mobile World Congress no sólo hemos visto dispositivos que van a salir, sino información sobre prototipos de otros teléfonos o sistemas como el de la doble cámara de Sony de cara al futuro. Y sobre todo, ha habido mucha expectación y decepción a partes iguales.

Y no porque los productos fueran malos, al contrario. Sino porque en algunos casos estos prototipos no sólo morirán en eso, en ser prototipos, y en otros, porque lo que se espera tardará mucho más de lo debido. Y aquí radica el tema: ¿de verdad queremos que se hagan las cosas ya para luego hacerlas mal?

Un futuro que genera expectación

Hay que ser justos; lo que hemos visto hoy en la Mobile World Congress ha sido más que suficiente para que las ansias echen a andar. Y no sólo lo que hemos visto, también lo que nos han contado. Primero fue VIVO y su espectacular APEX Concept, móvil con un ratio de pantalla impresionante, y luego fue Samsung hablando de su futuro smartphone plegable.

Las palabras de Samsung han desilusionado a muchos, ya que básicamente han asegurado que no veremos este teléfono hasta que tengan «plena confianza de que estamos brindando la mejor experiencia de usuario cuando estamos lanzando una nueva categoría», según podemos ver en Android Authority.

Esto se traduce en que, por una parte, cuando veamos este teléfono en el mercado estará lo mejor optimizado posible para el usuario. Pero por otra parte, esto consigue prolongar y bastante el tiempo que tardaremos en ver el teléfono. Alegría por la precaución… desilusión por el otro lado.

Samsung no lanzará su móvil plegable hasta que pueda ofrecer una experiencia óptima.

¿Es justificada tal reacción?

Obviamente todos queremos ver cómo la tecnología avanza. Lo que antes era «el futuro» ahora es «el presente», y ver cómo cada día se consiguen más y más logros en este campo satisface a cualquiera. Pero por otra parte nos maleduca, y no vemos el razonamiento lógico que se esconde detrás de estos experimentos.

Estos experimentos cuestan dinero, tiempo y recursos por un motivo: porque son casi imposibles o difícilísimos de conseguir. Pantallas flexibles, casi inexistencia de marcos… Incluso la idea de un lector de huellas bajo la pantalla, experimento ya logrado, aún está en fase de desarrollo y falta tiempo para que lo veamos activamente.

Estos prototipos muestran cómo serían modelos finales de conseguir las hazañas que pretenden

Por lo tanto, en la mayor parte de los casos nos dejamos impresionar por tales logros, por el hype, y esto nos nubla la vista. No caemos en la cuenta de que para realizar eso ha habido que invertir esfuerzos y recursos, y que es preferible que esa tecnología se afine antes de presentárnoslas a medias y tener un producto hecho de la misma manera: a medias.

Y esa es la base de la falta de razón: el no pensar en que de tener dichas tecnologías ahora tendríamos que enfrentarnos a productos incompletos. Por ejemplo; el sensor de huellas que VIVO ha conseguido poner bajo la pantalla es algo más lento que un sensor normal y por ahora precisa obligatoriamente de un panel OLED para funcionar.

Y hay más. ¿Os imagináis la cantidad de materiales y de experimentos que habría que realizar para crear una pantalla que no se destrozara con combarse? ¿O lo costoso que sería implementar el sistema que ha propuesto Sony para aunar un doble sensor  con una unidad de procesamiento de imágenes aparte?

Las bondades de continuar un camino

Hay muchos en la comunidad que se están quejando de que los fabricantes ya están dejando de innovar y se están manteniendo en el llamado «continuismo». No es difícil llegar a este razonamiento, ya que el viejo dicho lo dice: «si funciona, no lo toques». Y viendo lo bien que les han ido estas estrategias a algunos fabricantes, cobra más sentido si cabe.

Pero ¿es tan malo el continuismo? ¿De verdad necesitamos estar viviendo permanentemente en una burbuja de pasión tecnológica lejos de toda base lógica? Personalmente, a excepción de algunos casos, prefiero que se pula lo que ya funciona antes de que me presenten algo increíble pero de dudosa funcionalidad.

A veces el odio a lo que ya se conoce viene por la necesidad imperiosa del «hype»

No podíamos obviar al gran exponente de este ejemplo: el Samsung Galaxy S9. La renovación del fabricante coreano ha dado que hablar, y muchas de esas voces remarcan lo obvio: el escasísimo número de cambios que ha habido de una generación a otra.

Pero en el continuismo encontramos una ventaja primordial: con los fallos del primer intento se previenen y arreglan los que se cometan en el segundo. En el S9 vemos un mejor procesador, mejoras en hardware aquí y allá y detalles que muchos agradecen como la nueva posición del lector de huellas, ubicada en un sitio más lógico y tradicional.

Aunque claro, no podemos esperar pervivir siempre del mismo diseño. Seguro que muchos habéis pensado en Sony y en su sobreexplotadísimo diseño Omnibalance. La clave de que el continuismo sea eficiente es que mantenga lo que te hace ser tú, tu esencia, y que además te permita ofrecer algo diferente conforme a los avances.

Eso ha conseguido Sony con su nuevo Xperia XZ2, presentado en el Mobile World Congress. Dispositivo que, junto al Xperia XZ2 Compact, ha logrado volver a tener la esperanza de que Sony se adapte más a los tiempos modernos sin dejar de lado todo aquello que le caracteriza.

Y como todo en esta vida, el continuismo tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. No podemos pretender que todo nos satisfaga, por lo cuál hay que saber ver el lado bueno y el lado malo de las cosas. Estas son sus ventajas y desventajas:

Ventaja: somos personas, no experimentos

Quitando algunos casos puntuales, estas innovaciones se producen para un simple fin: vender. Las empresas se guían por las tendencias del mercado, qué es lo que vende y cómo lo hace y de ahí se sacan ciertos productos y modificaciones para generar ese hype que es tan necesario a la hora de captar potenciales clientes.

Y esto, aunque no lo parezca, muchas veces es perjudicial para la compra de un smartphone. Muchos usuarios quieren tener claro qué compran, sin experimentos raros. Y es en estas ocasiones cuando tenemos la sensación de que somos el laboratorio ideal para saber cómo captarnos mejor hacia sus productos. Esto hace que elegir smartphone para algunos sea un suplicio.

Si has elegido algo que te gusta y el fabricante mantiene esas líneas mejorando lo que debe mejorar, tan sólo tienes que tener el dinero para renovar tu smartphone, ya que la elección está clara. La marca pasa de pensar en vender a pensar en el cliente, y es algo que muchos agradecemos.

Desventaja: lentitud en la innvocación

Aunque soy abiertamente contrario de sacar una renovación cada año, tampoco es plan de relajarse durante mucho tiempo. El problema de ser muy ambicioso es que nos quedamos con la miel en los labios durante mucho y lo que conocemos empieza a cansarnos. 

No nos engañemos; aunque esté mal dejar de ser realista de vez en cuando, el saber que esa tecnología cuya mera existencia sería el desencadenante de una compra instantánea va a tardar años en comercializarse deprime a cualquiera. Esto va ligado al aspecto de las filtraciones, que nos hacen ser más impacientes si cabe.

Además, sabemos que los intentos de experimentar a veces causan tendencia. El Xiaomi Mi MIX inició una oleada que a día de hoy vemos crecer sin cesar, y hay algunas como las pantallas flexibles que harían que a más de uno se le caiga la babilla si se estandarizaran. Y pensar que queda tanto tiempo para que esta situación se de… exaspera.

Conclusión: el relax es la clave

Ya lo he dicho en otras ocasiones, y mi posición se resume fácil: tenemos que relajarnos, amigos y amigas. Considero que el lanzar las antorchas al cielo por algo que no podemos controlar supone una pérdida de tiempo que nos distrae de otros logros tecnológicos que pasan desapercibidos.

Quiero decir; el mercado manda, eso está claro. Pero cuanto más exijamos los usuarios, más nos exigirán a nosotros. Más hype intentarán provocarnos y más increíbles intentarán que sean sus lanzamientos. Y sabiendo que las ventas de smartphones han bajado por vez primera en la historia, esto debería hacer que nos diésemos cuenta del ritmo que estamos adoptando.

Tened paciencia. Si vemos lo que era Android hace tiempo, veremos que los sueños del pasado se han hecho realidad sin que nos demos cuenta. Los modelos «todo pantalla» que antes veíamos en vídeos conceptuales se han hecho realidad, y podemos disfrutar de ello. A día de hoy, el panorama móvil está mejor que nunca, y nos olvidamos de ello.

A si que ya que hemos pasado de un sistema caótico y rudimentario a los tiempos actuales, donde Android se ha postulado como el estándar más estable de la telefonía móvil… ¿por qué no lo disfrutamos y ya está?