Hola, amigos.

Me han arreglado la puerta de la terraza y puedo decir, sin exageración, que es el día más feliz de mi vida. De lejos. ¿Qué tienen las terrazas que son tan atractivas para el mercado inmobiliario y, a la vez, tan inquietantes, tan problemáticas, tan puñeteras para la vida doméstica? Por ellas se cuela el agradable sol de la mañana, pero también el inquietante caco de la noche. Por ellas entra la brisa del mar o de la sierra (si los tienes cerca), pero también el hedor del guiso del vecino o su música infernal. La semana que viene escribiremos sobre las terrazas. Sobre esa cubierta plana y practicable de un edificio, provista de barandas o muros. A ver qué tal se os da.

Veamos entretanto quiénes son los finalistas de la semana dedicada a las farmacias:

MiguelMolina

Cuando anunciaron el fin del mundo algunos se refugiaron en la iglesia, otros en los bares; los ancianos prefirieron hacerlo en la farmacia.

Prado

Cuando los farmacéuticos encontraron el elixir de la inmortalidad, se lo callaron.

Magnifiqus

Reunió de urgencia a sus colegas farmacéuticos en la trastienda. Corría el rumor de que una banda de narcotraficantes operaba en el pueblo.

McEwan

Se dieron cuenta de que los medicamentos de mayor venta eran aquellos cuyos prospectos había redactado un poeta.

ANA

Después del best seller de terror inspirado en las farmacias, se observa un considerable descenso de hipocondríacos.

Benimar

Todas las noches el farmacéutico era visitado por fantasmas. Nunca sintió gemidos ni arrastre de cadenas, sólo el correteo de bebés nonatos.

AlonsoCuriel

En la habitación acolchada, sentado en el suelo con la camisa de fuerza, el farmacéutico repite sin cesar: "¡No puedo dárselo sin receta!".

Castañeta

Por tercera vez en esa mañana, se dirigió a la farmacia para preguntar si había llegado ya el ansiolítico.

Plcd

¡Qué guapo era ese cliente! Le lanzó una sonrisa, que se borró de su rostro cuando leyó la receta que le tendía.

Juanbadaya

Coincidieron en una procesión y charlaron un rato. Conozco los secretos del pueblo, se ufanó el cura. Más que yo no, aseguró el boticario.

Machango

Aunque escribía buenas novelas de terror, envidiaba secretamente la capacidad de amedrentar que tenían los prospectos de los medicamentos.

gpm

Entró a por sus antidepresivos. Por primera vez en años, notó una mejoría cuando la farmacéutica salió del mostrador y le dio un abrazo.

ManolitaTacatá.

En las fiestas del pueblo, la última caseta que visitaban los noctámbulos era la del farmacéutico.

Machango

Quizá la medicación que tenía prescrita no fuera tan vital, pensaba mientras sobrevivía felizmente pescando y cazando en la isla desierta.

Marta

Desde que se sienta en la esquina de la farmacia, la salud del mendigo ha mejorado mucho.

PilarAlejos

Los confesionarios están vacíos desde que en la farmacia saben escuchar a los clientes.

Benimar

Le pareció una jodida vergüenza que el cabrón del farmacéutico le negara unas putas pastillas para el control de la ira.

gpm

El médico dejó una nota de suicidio. Sus familiares, consternados, visitaron una farmacia para que se la leyeran.

gpm

Cuando el farmacéutico vio las medicinas que quería llevarse, le dijo que era más efectivo rezar.

AnaBelén

El farmacéutico sentía impotencia viendo que la mayoría de sus clientes padecían soledad, paro o desesperanza.

Marta

Le encanta su trabajo; cara al público, oculta tras su mascarilla, dispensa medicinas, y en la rebotica deja la escoba y prepara pócimas.

Chimpum

Mientras colocaba los preservativos en el mueble, el boticario pensaba en la baja natalidad que había en el pueblo. Entonces vio el alfiler.

Y uno, de regalo:

ManolitaTacatá

Vació su cargador en el cuerpo del farmacéutico. Si quieres saber qué paso, las redes sociales están llenas de fotos y vídeos del momento.

Para aparecer en el anuncio del ganador con nombre y apellidos escribid a cuenta140@elcultural.es

Gracias.

Saludos cordiales.