Burhan Sönmez
Estambul es una ciudad con mucha carga histórica a la que el escritor Burhan Sönmez (Ankara, 1965) dedica su tercera novela. Estambul, Estambul (Minúscula) es la primera de sus obras que ha sido traducida al español, en este caso por Gaizka Etxeberria, a pesar de no ser su primer trabajo como escritor. En ella el autor traslada al lector hasta una prisión subterránea en la que los presos son terriblemente torturados. A pesar de eso, los cuatro protagonistas viven con esperanza y le sirven para resaltar la belleza, pasada y presente, de la ciudad, mediante los relatos que se cuentan unos a otros sobre sus vidas anteriores a la encarcelación.Sönmez, que además de escritor es abogado, profesor universitario, periodista y poeta, ha sido galardonado con el premio Disturbing the Peace, un reconocimiento a los escritores perseguidos por haber desafiado regímenes totalitarios. En su novela ha querido utilizar una combinación de elementos cuyo máximo exponente fuera la misma ciudad turca, que a pesar de no ser la capital, es, según él mismo, "el corazón del país, la capital de la vida social, de la cultura y de la vida política". Para conseguir crear lo que considera la mejor versión de Estambul ha querido fusionar el dolor y la belleza en una alegoría sobre la vida "underground" y "overground" (términos que utiliza para hacer referencia a una dicotomía entre la vida subterránea, entendida como una vida oscura, y la vida en la superficie, entendida como la realidad deseada) y la gente que sufre en ambas y que vive en situaciones desesperadas. Se trata de un inusual punto de vista dentro de la temática, considerando que "Estambul ha sido tema principal de la literatura turca", comenta.
Por otro lado, este enfoque supone una novedad en la aproximación al relato, en el que se presenta a la ciudad como un todo, huyendo de la antigua percepción de división entre las diferentes zonas: "Estambul no es este ni oeste, contiene ambos y esa es la diferencia entre el pasado y el presente", comenta el autor. Las historias que los narradores presentan "no tratan de la gloria pasada, sino de la identidad, del derecho a soñar de nuevo sobre una nueva Estambul", explica.
La situación política en el país, según el autor, "siempre ha tenido dos lados que no se aproximan democráticamente sino que se ven como enemigos". De ahí que "la tortura esté normalizada para la población a pesar de ser un comportamiento completamente incivilizado". Sönmez considera que esta visión de la vida existe aún en Estambul y que la mayoría de la gente allí vive todavía en el "underground". Por eso ofrece el humor en su novela, algo que considera una "herramienta de defensa y protección contra la opresión". Para el autor turco, "el sentido de unidad, el amor y sobre todo el humor son los poderes que tenemos como personas," y que nos ayudan "a ver la luz en el futuro".
Burhan Sönmez considera que la sensación de libertad no es siempre real, puesto que "el hecho de no estar en prisión no te hace libre a no ser que te sientas libre". Para él "la libertad se basa en el derecho a la igualdad de posibilidades para todos en la vida".