Nuestro patrimonio escénico sigue de enhorabuena. Esta vez es la Fundación Juan March –con su director musical Miguel Ángel Marín al frente–, la que recupera una obra que había caído en el olvido: La noche de San Juan, un ballet con música de Roberto Gerhard, coreografía de Léonide Massine, escenografía de Joan Junyer y argumento de Ventura Gassol que fue creado a comienzos del siglo XX pero que quedó inédito por el comienzo de la Guerra Civil.

"Es una oportunidad para adentrarme en el universo dancístico de los años treinta pero siempre desde una visión actual”. Antonio Ruz

Más de ochenta años después, la institución madrileña, en coproducción con el Liceo de Barcelona, la estrena de forma absoluta el día 23 en su auditorio (el 8 de octubre llegará al Foyer del escenario catalán) con nueva coreografía de Antonio Ruz (Massine no dejó ninguna referencia), Miguel Baselga al piano, Olga García (habitual de Ruz) a la iluminación y Rosa García Andújar firmando el diseño de vestuario. Inspirada en la tradicional noche de San Juan y en las celebraciones del fuego del Pirineo catalán (se sitúa en la localidad de Isil), está compuesta por ritmos frenéticos que aglutinan danzas con antorchas, desfiles de figuras mágicas y movimientos eróticos de parejas que sin quererlo se toparán con el amanecer…

Ruz, premio Nacional de Danza 2018, continúa así su agitada producción coreográfica tras su reciente vuelta a la CND con In Paradisum. “El proyecto es una joya. Siempre me interesó la época de las vanguardias. Por eso, La noche de San Juan es una oportunidad para adentrarme en el universo dancístico de los años treinta pero siempre desde una visión actual”, explica a El Cultural el director de la obra, que incluye entre sus producciones más recientes dos incursiones cinematográficas: Aún, que estrenará en otoño, y Las niñas de cristal, película de Jota Linares que se encarga de coreografiar y que protagoniza María Pedraza.

A los buenos vientos que empujan la carrera de Antonio Ruz se añade ahora este proyecto de la Fundación Juan March, que se presenta con “aire historicista” para saldar una deuda histórica con un título compuesto por una “música compleja y de aire modernista” pero repleto de melodías, canciones y danzas populares de la geografía catalana. “La idea es que la danza ayude a ‘ver’ la música de una manera diferente a como la escucharíamos en versión concierto. Hay claras referencias a La consagración de la primavera de Stravinski y a Bartók, compositores admirados por Gerhard. Para abordar la coreografía hemos tomado el fuego como punto de partida, creando un movimiento –las chispas, las llamas, las ascuas…– que reflejara lo caprichoso del amor. Estamos ante un viaje que se mueve entre la abstracción y lo popular”.

Ruz, que aún celebra los diez años de su compañía desde que en 2010 iniciara su andadura con No drama, ha conseguido con La noche de San Juan una propuesta “colorista” que se refleja en las creaciones originales de Junyer y en las máscaras utilizadas en el segundo acto, que dotan al conjunto de un plus de ensoñación y fantasía. Los bailarines Melania Olcina, Elia López, Carmen Fumero, Begoña Quiñones, Pau Aran Gimeno, Miguel Zomás y Julián Lazzaro llevarán a la Juan March y al Liceo esta “adaptación libre y de cámara” que rescata una de las piezas más significativas de nuestra danza.

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