Dos años después de su primera fecha de estreno anunciada, Disney por fin lanza Los nuevos mutantes, última película que guardaba en la nevera de la época Fox tras su adquisición de la compañía. La saga X-Men se ha convertido en todo un filón para Hollywood, que desde el año 2000, cuando se estrenó la primera, lleva ya siete películas oficiales a sumar las tres de Lobezno con Hugh Jackman. Con una duración de hora y media y una producción algo más modesta que los títulos protagonizados por los mutantes adultos, en esta nueva entrega se trata de preparar el terreno para que una nueva generación de superhéroes tome el relevo de los personajes de Jennifer Lawrence, James McAvoy o Michael Fassbender.

Los nuevos mutantes cuenta la historia de Danielle Moonstar (Blu Hunt), una adolescente india cheyenne que sobrevive de manera milagrosa a un ataque a su poblado. Debido a sus poderes sobrenaturales, por dilucidar ya que ni ella misma sabe cuáles son, es encerrada en una especie de internado de aspecto siniestro en el que comparte residencia con otros mutantes adolescentes como ella bajo la supervisión de la doctora Reyes (Alice Braga). En teoría, son enjaulados para protegerles de ellos mismos ya que deberán aprender a controlar su propia fuerza sobrenatural para integrarse en la sociedad sin provocar accidentes o ser señalados por su rareza. Poco a poco, descubrirán que hay gato encerrado. La idea de que lo extraordinario molesta en una sociedad donde impera la mediocridad siempre ha sido el leit motiv filosófico de la historia.

Dirigida por Josh Boone, quien triunfó con el drama adolescente Bajo la misma estrella en 2014, Los nuevos mutantes tiene la virtud de la sencillez y el defecto de la irrelevancia. Partiendo de una parábola de los nativos americanos según la cual todos tenemos dos osos en nuestro interior, uno que siente amor y compasión y el otro que se deja llevar por la ira y la rabia, el aprendizaje de la protagonista pasa por aprender a controlar su ira. No es que los guionistas se hayan roto la cabeza, la reflexión sobre el rencor como causa de todos los males se ha convertido en un clásico del cine de acción actual, excesivamente obsesionado con mostrarnos los males asociados a la venganza y el odio.

Protagonizada por un elenco de estrellas juveniles como Anya Taylor-Joy o Henry Zaga y a ritmo de una versión del Another Brick on the Wall de Pink Floyd, emblema eterno de la rebelión juvenil, quizá lo más sorprendente y estimulante sea comprobar la forma en que Hollywood comienza a cambiar para abrazar una mayor diversidad. En un lugar conservador donde los haya, creador de imágenes que se propagan en el mundo entero, parece que la industria ha revitalizado su vena contestataria desde que existe Trump. No solo la protagonista es una chica, también es india cheyenne y vive un romance lésbico con otra mutante. Más allá del aspecto sociológico, lo más agradecido de Los nuevos mutantes es su absoluta falta de pretenciosidad.

@juansarda