El 11 de mayo, según el plan de desescalada del gobierno, podrían reactivarse todos los rodajes que quedaron interrumpidos durante el estado de alarma provocado por el coronavirus. Sin embargo, hay muchas dudas en el sector audiovisual sobre cómo abordar este regreso, por lo que por ahora prima la prudencia. Eso sí, instituciones como la Fundación Secuoya, la Academia de Cine o la Spain Film Commission trabajan en el desarrollo de protocolos que garanticen la seguridad de los trabajadores en la llamada 'nueva normalidad'. En los próximos días está previsto que presenten al Ministro de Cultura un manual que sirva de guía en los futuros rodajes.

Entre las propuestas que se contemplan están la posibilidad de hacer test al equipo -al menos a los actores, entre los que es indispensable que haya proximidad-, reducir el número de trabajadores, priorizar el teletrabajo, respetar la distancia de seguridad, prohibir visitas o extremar las medidas de higiene. Si el gobierno y las Comunidades Autónomas, que son quienes otorgan los permisos definitivos, dan el visto bueno a este manual ya habría una base para que las más de 300 producciones que se suspendieron, según cálculos de la Spain Film Commission, retomen la actividad. Siempre y cuando el equipo se encuentre en España, ya que el tráfico aéreo sigue restringido. 

“Hay muchísima incertidumbre”, comenta a El Cultural Javier Méndez, el director de Contenido Global de The Mediapro Studio y Productor Ejecutivo de Competencia Oficial, la película de los directores argentinos Gastón Duprat y Mariano Cohn que reúne a Penélope Cruz y Antonio Banderas delante de la cámara. “Nosotros estábamos terminando la segunda semana cuando tuvimos que suspender, llevábamos un poco menos de un tercio del rodaje. Iba todo fenomenal, en tiempo y forma, y el material que tenemos y con el que hemos seguido trabajando como hemos podido durante la cuarentena es excelente. Sin embargo, tanto los directores como el actor Óscar Martínez se marcharon a Argentina cuando el estado de alarma era inminente”.

Coproducciones en peligro

La película de Duprat y Cohn trata sobre un empresario multimillonario que decide hacer una película que deje huella y, para ello, contrata a un equipo estelar formado por la celebre cineasta Lola Cuevas (Cruz) y dos reconocidos actores, dueños de un talento enorme, pero con un ego aún más grande: el actor de Hollywood Félix Rivero (Banderas) y el actor radical de teatro Iván Torres (Martínez). "La producción a día de hoy no corre ningún riesgo pero, al contar con estos actores tan potentes y con agendas tan complicadas, volver a reunir a todo el equipo va a ser como hacer un sudoku”, comenta Méndez. “Es además, junto a Rifkin’s Festival, de Woody Allen, el filme más importante que tenemos para los próximos meses. Y a Rifkin’s Festival también le ha afectado porque estamos tratando de ver en qué fecha podemos lanzarla y a qué mercados podemos llevarla”.

Además del retraso que puede acarrear el hecho de contar con un equipo internacional para activar un rodaje, otro hándicap que puede complicar el regreso al trabajo es la participación de niños en la película, ya que están especialmente protegidos por el gobierno. Es lo que le ocurre al director Igor Legarreta, que se encontraba en la cuarta semana de grabación de Ilargi Guztiak. Todas las lunas, el relato fantástico de un viaje hacia la luz emprendido por una niña huérfana a la que se le da la posibilidad de sortear la muerte, cuando se vio obligado a suspender. “Además, sabemos que el tiempo juega en nuestra contra porque nuestra protagonista, Haizea Carneros, va a cumplir 13 años y es una edad en la que los niños cambian muy rápido”, comenta Legarreta. “En cualquier caso, tendremos que reorganizar todo el plan que teníamos para las tres semanas que nos faltan porque, por ejemplo, la legislación no nos deja rodar con menores más allá de las 10 de la noche y cuando volvamos a esa hora será prácticamente de día y eso compromete mucho a nuestra propuesta de terror. Habrá que ver si las localizaciones siguen operativas, que gastos añadidos nos ha supuesto el parón…”.

Rodaje de 'Ilargi Guztiak. Todas las lunas'

Legarreta se encontraba ante el reto de rodar su segundo largometraje tras Cuando dejes de quererme (2017) y no puede ocultar su frustración ante el infortunio de haber tenido que guardar las cámaras hasta nueva orden. “He tardado tres años en sacarlo adelante y estábamos justo en el momento de más intensidad, un momento que es además excepcional en la vida de un director”, comenta. “Por lo menos yo no ruedo todos los días una película”.

Supervivientes de la pandemia

Algo de más suerte corrió Liliana Torres con su nuevo filme, ¿Qué hicimos mal?, ya que el coronavirus tan solo malogró los últimos días del rodaje y, como ya veía venir la situación que se avecinaba, adelantaron todo el trabajo que pudieron. Sin embargo, todavía les faltaba por capturar algunas escenas indispensables. Pero la situación pudo haber sido mucho peor para su equipo ya que estuvieron rodando en las zonas más afectadas por la pandemia. “Somos como una especie de supervivientes, ya que no hemos tenido ningún contagio, al menos que sepamos”, explica. “Cuando suspendimos estábamos afrontando la última parte del proyecto, que tenía lugar durante dos semanas en México. Pero justo antes habíamos estado en el norte de Italia durante cuatro jornadas, hasta el día en el que estalló allí el estado de alarma, que volábamos de regreso a España. Estuvimos tres días más aquí y partimos hacia México, porque aún no había ninguna sospecha de que fuera a ocurrir lo mismo en España y en el resto del mundo”.

Tras suspender, Torres se reunió con producción para hacer recuento de daños y perjuicios y buscar soluciones. “Estábamos ya al final del rodaje y no nos quedaba mucho margen de maniobra con el presupuesto”, explica la directora, que narra en ¿Qué hicimos mal? una historia de ficción construida desde la realidad que versa sobre los errores de guion en las relaciones de pareja. “Después tomamos la decisión con la montadora de trabajar remotamente. Eso ha implicado un sistema de trabajo diferente que ha costado sacar adelante”.

Rodaje de '¿Qué hicimos mal?'

Y sí Liliana Torres se encontraba en la recta final de su película, Carla Simón estaba a un paso de comenzar a rodar Alcarrás, un filme sobre una familia que tiene que abandonar las tierras de Lleida en la que lleva generaciones cultivando melocotones. “Estábamos cerrando el cásting, que está conformado por gente de la zona en la que transcurre el filme y en el que hemos empleado casi un año, y la localización principal. Pero aún no habíamos fijado la localización de cada escena. Nos hemos quedado como muy a medias, pero sí que tenemos el compromiso del equipo y estábamos empezando los ensayos con los actores”, explica la directora de Verano 1993, uno de las debut más aclamados del cine español reciente.

Aunque el rodaje estaba programado para arrancar el 1 de julio, Simón asume que habrá que retrasarlo al menos un mes aunque, recuerda, “los melocotones no esperan y este año probablemente salgan antes por el calor”. “Espero rodar este año, pero también tengo claro que no tiene sentido hacerla mal y si no rodamos en agosto o septiembre ya no tendría sentido”, explica. “Con lo que pasa en el mundo, sería desde luego un problema menor pero también es verdad que hay algo con la energía creativa de todo el equipo que hay que proteger mucho y que un retraso de un año podría dañar mucho el proyecto".

Sin embargo, la directora valora que la cuarentena también puede influir de manera positiva. “De alguna manera, está siendo un momento bonito porque me permite acercarme al proyecto desde la reflexión, que es algo para lo que no se tiene tiempo cuando entras en la vorágine de la preproducción y del rodaje. Estoy acumulando referencias y planificando en abstracto, pensando desde las imágenes y no tanto desde el guion. Es algo muy necesario de lo que después hay que olvidarse cuando coges la cámara”.

@JavierYusteTosi