Pocas veces una mujer puede plantearse una disyuntiva laboral tan cruel como la de la astronauta Sarah  (Eva Green), protagonista de Próxima, película de Alice Winocour en la que vemos la problemática de la mujer desde un punto de vista extremo. Elegida para formar parte de la primera misión tripulada a Marte, la heroína debe sufrir a cambio una cruel separación de su hija pequeña, a la que no podrá ver durante el año que estará en órbita y de la que debe alejarse para entrenar en Rusia. Matt Dillon, en la piel de un astronauta con dejes machistas pero buen corazón, es el coprotagonista de este filme en el que la directora mezcla el drama familiar con la fantasía cósmica al hacer un esmerado y realista retrato de las rutinas de aprendizaje de los astronautas, sometidos a una disciplina brutal antes de partir al espacio. La directora, conocida por películas como Augustine (2012) como realizadora y por títulos como Mustang (2015) como guionista, nos cuenta por qué quería hacer una película en la que la heroína por una vez tenga hijos, la resiliencia de muchas mujeres acostumbradas a ser infravaloradas o por qué esta es una película sobre el espacio "en la tierra". 

Pregunta. ¿Por qué quería contar esta historia en el contexto del mundo de los astronautas?

Respuesta. Siempre he estado interesada en el espacio, desde pequeña. Comencé a investigar sobre el asunto y me sorprendió mucho la gran preparación que necesitan. Esta es una película sobre el espacio que pasa en la tierra. Es la historia de una súper heroína pero también de una madre. Siempre me ha sorprendido que en las películas las heroínas no tengan hijos. Todo ello, dentro de la problemática de los astronautas.

P. ¿Quería presentar los problemas de conciliación de muchas mujeres desde un punto de vista extremo?

R. Es una problemática invisible de la que apenas se habla en el cine cuando lo viven todos los días millones de mujeres. Es muy difícil conciliar, es algo que pasa en todo el mundo. Muchas mujeres incluso ocultan en sus trabajos que tienen hijos porque eso se puede ver como una debilidad. Un entrenador espacial me contaba que los astronautas siempre enseñan las fotos de sus hijos como si eso significara que tienen más competencia pero que en cambio ellas lo ocultan porque temen que se pueda ver como una debilidad.

P. El personaje de Matt Dillon suelta algunos comentarios gruesos, ¿las mujeres deben soportar con frecuencia groserías sin inmutarse?

R. Por supuesto, pasa mucho. Estamos habituadas a escuchar frases desagradables y la realidad es que tenemos que hacerlo mejor que los hombres para salir adelante, estamos obligadas a ser irreprochables. Hay unos obstáculos exteriores y otros interiores porque existe el temor a ser señalada. La sociedad sigue mirando con cierto rechazo a la mujer que trabaja. En Alemania tienen esta expresión horrible, “la madre cuervo”, para referirse a ellas como si rechazaran a sus hijos por querer tener una carrera.

P. ¿En el mundo de los astronautas esa falta de mujeres resulta aún más llamativa que en otros ámbitos?

R. El mundo del espacio viene muy bien para hablar de la sociedad porque tiene una parte metafórica y una parte espectacular. Cuando la protagonista deja a su hija en tierra y la abandona lo hace de manera literal porque también se marcha de nuestro planeta. Corta el cordón umbilical. Para la mujer es un lugar que resulta mucho más duro que para los hombres en todo, empezando porque los respaldos de las aeronaves y los equipos están diseñados para hombres.

P. ¿Cree que encontraremos en el espacio la salvación a los problemas de la tierra?

R. A veces se dice que si nos cargamos el planeta siempre tenemos la opción de irnos a otro pero a mí eso no me parece tan fácil. Las condiciones de vida en el espacio son muy duras y hablar de viajes espaciales es una utopía. Me temo que no hay más planetas, estamos apegados a este y deberíamos resolverlo.

@juansarda