La gestión de los Teatros del Canal ya no descansará en una figura artística como hasta ahora, cuya última directora es la coreógrafa Blanca Li. El consejero de Cultura, Turismo y Deporte de la Comunidad de Madrid, Mariano de Paco, anunció hoy en rueda de prensa que será la un gerente o director cultural quién diseñará la programación.



Solo al finalizar la rueda de prensa, el consejero confirmó a El Cultural que dicho gerente será Ruperto Merino, subdirector de programación de industrias culturales de la Comunidad hasta el pasado mes de agosto, cuando fichó para dirigir el Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla (ICAS); ahora el funcionario vuelve a la capital, pero para hacerse cargo del recién bautizado Centro Dramático y Coreográfico de Madrid, que tendrá su sede en los Teatros del Canal y el Auditorio de San Lorenzo de El Escorial.

Varias son las novedades anunciadas hoy por De Paco, quien profesionalmente procede del mundo de la escena. A Merino, que no estuvo presente en la rueda de prensa hasta su término, le espera una compleja labor de gestión cuando se incorpore en enero de 2024. Contará nada menos que con seis directores artísticos contratados como asesores (15.000 euros al año), que además adquieren la categoría de artistas residentes para producir y estrenar sus obras en estos teatros.



Cada uno de estos directores aconsejará en una especialización: José Luis Alonso de Santos (teatro clásico); Albert Boadella (teatro lírico); Ana Zamora (teatro medieval y renacentista); Ainhoa Amestoy (siglo XX y XXI); Olga Blanco (Artes vivas) y Lluís Pasqual (repertorio internacional).

A estos asesores se suman los seis directores de los festivales que acoge los Teatros del Canal, que ocupan una parte importante de su programación. Destaca que Blanca Li se mantenga como directora del festival Madrid en Danza y que Jesús Carmona, recién nombrado director del Ballet Español de la Comunidad de Madrid, se incorpore también a la estructura asesora. Además, la ORCAM se integra también.

El esquema estructural se completa con la creación de una Oficina de Proyectos, que coordinará Aintzane Conesa Palacios, y a la que las compañías podrán dirigir sus propuestas para ser evaluadas. Y se nombra un responsable de gerencia, relaciones internacionales e institucionales, que será funcionario.

Otra de las novedades, y no menos importantes, es que aumenta el presupuesto de programación en casi dos millones, pasa de 4,2 millones de euros a seis millones, ya que se pretende que el teatro no solo sea de exhibición, sino que participe en la producción de espectáculos, algo que ha ido haciendo progresivamente. Y, además, dijo De Paco, se cumple también una vieja reivindicación del colectivo.

El consejero señaló que considera que el modelo basado en direcciones artísticas no sirve para el momento actual que viven las artes escénicas en Madrid, en feliz crecimiento en su opinión. Si atendemos a los datos del último Anuario de la SGAE, relativo a 2022, se ha invertido en producir espectáculos, aunque está por debajo de los niveles prepandémicos en un 15%. Lo preocupante es que el público ha caído en más del cincuenta por ciento.

En este sentido, De Paco explicó que hay voluntad de ampliar los periodos de exhibición de los espectáculos -todo lo contrario de la época de Li, que ha programado mucho pero poco tiempo- y también de establecer conexiones con el teatro Iberoamericano.

La receta de De Paco tiene mucho de experimento, aunque en otros ámbitos culturales es lo que se lleva. Es, aparentemente, más cara, exige mucha gestión y coordinación, y quizá haga de contrafuerte a una deriva caprichosa en la que han caído las programaciones de los teatros públicos. Lo veremos.