EFE

El retrato del rey Fernando VII que encargó el Ayuntamiento de Talavera de la Reina (Toledo) para sus dependencias hace 216 años al pintor Francisco de Goya y que desapareció durante la Guerra de la Independencia (1808-1814) ha aparecido en la Comunidad de Madrid.

La persona que ha dado con su paradero es el abogado y tasador de arte Javier Gallego, quien ha confirmado a la agencia EFE que el valor del cuadro —de 69 por 60,5 centímetros— se sitúa entre los 15 y los 20 millones de euros, y ha explicado su historia.

Todo comenzó en verano del año 1808, cuando el Ayuntamiento talaverano encargó al pintor de Fuendetodos (Zaragoza) un retrato de medio cuerpo de Fernando VII a sus 23 años, uniformado con la banda Carlos III, insignias y el Toisón de Oro, la joya real que en enero de 2018 Felipe VI impuso a Leonor de Borbón.

En aquel momento muchos ayuntamientos encargaron a diversos artistas retratos del monarca, como muestra de lealtad.

La Sociedad Galarza y Goicoechea, empresa conformada por los consuegros de Goya, trasladó a finales de verano de 1808 el retrato desde Madrid hasta Talavera en mula; sin embargo, según la teoría de Javier Gallego, durante la Guerra de la Independencia el cuadro desapareció ya que "había orden expresa de saquear".

Para sustituirlo, el ayuntamiento pidió al pintor Vicente López Portaña que hiciera una réplica, que actualmente se encuentra en los espacios de Alcaldía del Consistorio de Talavera de la Reina.

Regalo a Inglaterra

Tras la derrota de los franceses, en 1813, España recuperó algunos cuadros incautados por el ejército de Napoleón, entre ellos este retrato de Fernando VIII, y lo regaló al duque de Wellington, con lo quedaron en propiedad de Inglaterra y sacados a subasta años después.

En la década de 1990 el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIF) publicó que había constancia del pago del Ayuntamiento de Talavera al pintor por el retrato y ahí comenzó la curiosidad de Gallego por este asunto.

Giro reciente de la historia

El pasado mes de marzo, Gallego recibió "una enigmática llamada de un abogado" que le dijo que uno de sus clientes era el actual propietario de la obra, que la había comprado años antes, legítimamente, en una subasta pública y comunicado al Ministerio de Cultura.

Según Gallego, las pruebas hasta ahora realizadas han confirmado que se trata de aquel retrato desaparecido: la firma de Goya en el bastidor del lienzo, el sello de Galarza y Goicoechea, los estudios de pigmento, las inscripciones en el anverso del duque de Wellington, el recibo de pago del ayuntamiento, el recibo de entrega y las dimensiones.

Otro detalle a tener en cuenta son las radiografías que han revelado un segundo retrato de Fernando VII detrás del lienzo, que se va a intentar recuperar con inteligencia artificial.

"En ese momento de guerra, los puertos europeos estaban bloqueados por la armada inglesa, lo que provocaba escasez material y Goya tenía que reutilizar cuadros", ha contextualizado.

Gallego ha manifestado que el actual dueño de la pintura pretende exponer el cuadro en depósito en Talavera durante al menos tres años para que se pueda visitar, y ha agregado que ya lo ha planteado al ayuntamiento y que "hay plena sintonía para que se lleve a cabo".

Relación de Goya con Talavera

No es la única relación de Goya con Talavera de la Reina. En 2008, a raíz de la exposición Goya en tiempos de guerra del Museo del Prado, se conocieron y publicaron los datos referidos a Leonora Antonia Valdés y su hija María Vicenta Barruso, dos nobles talaveranas retratadas por Goya en 1805.

Leonora Antonia, asturiana, se casó con el comerciante riojano Salvador Barruso de Ybarreta y nada más contraer matrimonio se trasladaron a vivir a Talavera de la Reina, donde nació su hija María Vicenta en 1790. Goya retrató a la madre con algo más de 40 años y a su hija con apenas 15.

En 2008 los dos cuadros eran propiedad de un particular londinense, pero a comienzos de 2023 fueron subastados en Nueva York por algo más de 16 millones de euros, la cantidad más alta por un trabajo del pintor.

Javier Gallego también ha subrayado que el pintor frecuentó localidades próximas a Talavera ya que "pasó veranos en Arenas de San Pedro, estuvo en el Palacio de Velada y pintó a la condesa de Chinchón y sus hermanas, que nacieron en Velada"