La fecha de inauguración del Museo Reina Sofía tiene algo de caprichoso, como cuando una pareja no sabe bien si celebrar su aniversario el día del primer beso o cuando firmó los papeles de matrimonio. Abrió sus puertas en el antiguo hospital de Sabatini en 1986 como Centro de Arte, subía de categoría a Museo dos años después, reabría remodelado en 1990 y recibía su colección permanente en 1992. Lo comentaba Elena Vozmediano en estas páginas con Chus Martínez, Ferrán Barenblit, Norberto Dotor, Daniel Canogar y Juan Luis Moraza, comisaria, director de museo, galerista y artistas, cuando celebrábamos sus veinte años. Manuel Borja Villel ya estaba al frente y algunos de los temas que hilaron ese debate siguen hoy sobre la mesa.

Desde entonces hemos celebrado, también, los 80 años del Guernica (en 2017) con la exposición Piedad y terror en Picasso: el camino a Guernica, comisariada por Timothy J. Clark y Anne M. Wagner, y se ha hecho un esfuerzo ímprobo por contextualizar esta pintura insignia en las salas que la rodean y en un microsite que bien merece varias visitas Repensar el Guernica.

Motivos para ir hoy al museo

Son fastos a medio gas, claro, la nube gris del Covid-19 los sobrevuela sin piedad y ha hecho que este y todos los museos reduzcan drásticamente su número de visitantes, y más ahora en plena celebración y con la Comunidad de Madrid cerrada. Lo vaticinaba ya Manuel Borja-Villel el Día de los Museos: “La necesidad de idear y proyectar en escalas distintas va a ser a partir de ahora esencial, como lo serán el trabajo en red y la solidaridad. Viajaremos menos y compartiremos más. Con la disminución de los desplazamientos, deberemos aprender a vivir localmente. (….) Me gustaría pensar que dejaremos de ser nómadas culturales para plantear un conocimiento localizado”.

Pero no debe todo esto hacer sombra a la energía con la que se ha reactivado la programación desde verano. No dejen de pasear hoy por el Parque del Retiro. El jardín de Petrit Halilaj les atrapará en el Palacio de Cristal. Es una gran instalación con flores y nidos gigantes que continúa más allá de sus muros transparentes, una celebración de la vida y del amor anclada en las vicisitudes biográficas de su autor, de origen kosovar. Está pegado a la recién inaugurada exposición de Anna-Eva Bergman, donde sus enormes pinturas nos embarcan en un viaje entre fiordos, lejanos horizontes y montañas. Y vuelvan también al edificio de Sabatini, la sede de siempre, y permanezcan atentos a todo lo que la artista conceptual Concha Jerez nos cuenta en su retrospectiva. Ella dice que quiere provocar en nosotros "movimiento cerebral" y desde luego, lo consigue. En la vieja Sala de Protocolo encontrarán muchos apuntes y curiosidades y una entrevista fascinante.

Visitantes admirando el 'Guernica'. Foto: Joaquín Cortés / Museo Reina Sofía

Abran los oídos (y los ojos) al arte sonoro, la apuesta en distintos formatos del museo de este cierre de año. Disonata tiene que ver con el arte de vanguardia hasta los ochenta, desde los futuristas y dadaístas a Le Corbusier, Calder, Tinguely, John Cage, los Fluxus, el Grupo Zaj la irrupción del rock. Y El Niño de Elche y Audioesfera le cogen después el testigo. Esta última, a partir de 1980, es una propuesta más arriesgada con la que por primera vez vemos las salas de exposiciones literalmente vacías, llenas, eso sí, de sonidos.

Y apunten en su agenda una cita imprescindible: Mondrian y De Stijl el 11 de noviembre, la gran apuesta del año. Un centenar de obras, un tercio de ellas de Mondrian, que ponen el foco en subrayar la importancia que tuvo este movimiento que llegó a la abstracción a través de las líneas rectas y el color. El punto de vista es novedoso y la investigación de su comisario has sido exhaustiva. Pronto les contaremos más en El Cultural. Nos vemos antes en el museo.

@LuisaEspino4