En cualquier caso, yo adoro a los Henrys. Me gano la vida contándoles oscuras historias de guerras, traiciones, venganzas, decapitaciones y otras lindezas en el seno de las grandes empresas. Éste lleva pantalón sin hebillas y sin tirantes, tiene menos pelo que garantías democráticas el 1-0 y su aspecto es del de alguien que va al gimnasio tres veces por semana más que yo. O sea, dos veces por semana.

Este Henry no se anda con rodeos y, antes de sentarse, ya me está preguntando por la situación del Grupo Planeta, máximo accionista de Atresmedia. Está muy preocupado por las recientes noticias que ha leído sobre la querella que ha presentado contra su cúpula el bando encabezado por Javier Pérez-Dolset, y que podría ascender a más de 200 millones de euros. “¿Podría afectar al futuro del coloso multimedia?”, me pregunta.

Tiene suerte, conozco bien el tema. Ni siquiera tenemos que concertar una cita posterior. Me acabo de ganar un buen puñado de euros sin tener que hacer largas investigaciones. Le digo que se ponga cómodo y empiezo a largar. Eso sí, después de cobrarle la tarifa correspondiente con tarjeta de crédito y pago sin contacto. Para compensar tanta modernidad, enciendo un puro, incumpliendo la ley antitabaco de 2006 y dejo que las volutas de humo enmarquen una historia llena de tinieblas.

Juego de Tronos en Zed

El caso es que, efectivamente, la compañía que dirige José Creuheras se encuentra en una situación muy complicada por culpa de su implicación en el Juego de Tronos del Grupo Zed, que durante mucho tiempo pudo considerarse una de las grandes tecnológicas europeas, con facturaciones anuales de más de 400 millones en su mejor año completo y que pasó de registrar crecimientos del 20% a terminar como el rosario de la aurora, con empresarios rusos, panameños y españoles disputándose los restos como buitres.

Lo más importante que tiene que saber Henry es que la demanda de 200 millones es sólo el principio. Pérez-Dolset fue a la cárcel durante 21 días porque, supuestamente, había escondido en Panamá 101 millones de euros procedentes de presuntas subvenciones obtenidas de manera irregular. El problema es que el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón recibió por parte de la familia pruebas inapelables sobre cómo la documentación sobre la que Anticorrupción había basado el proceso contenía burdas falsificaciones.

Para colmo, en una declaración lamentable, el secretario del consejo de Planeta, Luis Elías Viñeta, se achantó ante el juez y reconoció que el perro le había comido los deberes y que los papeles mojados que había presentado le llegaron en un sobre en blanco a través de la familia Saint Malo, que hoy son sus aliados en la lucha por hacerse con el control de Zed.

Guillermo y Jaime de Saint Malo, primos de la vicepresidenta panameña, han formado parte de la historia de Zed Latinoamérica desde hace años, hasta el punto de que Guillermo llegó a ser vicepresidente entre 2009 y 2012. Y ahora están del lado de Planeta. Si bien con amigos como estos, ¿quién quiere enemigos?

Le explico a mi Henry que el verdadero problema en todo esto es que los Pérez-Dolset están convencidos de que la compañía de medios montó una campaña mediática en su contra para respaldar sus amenazas y la alimentó con las pruebas falsas de las que hablamos. Retransmitió todo lo relacionado con el encarcelamiento con tanto entusiasmo como si hubiese sido la final de la Champions. El hecho de que Mauricio Casals, el llamado Príncipe de las Tinieblas, haya reconocido en conversaciones grabadas por la UCO un modus operandi basado en utilizar los medios del grupo como látigo contra sus rivales, no ayuda a la causa de Planeta.

Así pues, es muy difícil que la guerra entre Planeta y los Pérez-Dolset se quede en los hechos que dieron con Javier en la cárcel. Esos 21 días en Soto del Real fueron para él como un campamento. “Seguro que cuando salió de allí era el p%to amo del patio”, me dijo un amigo suyo hace poco. Pero su familia ha sufrido mucho y el directivo va a poner todo de su parte para hundir a los responsables de su caída en desgracia y revertirla.

¿200 millones? Si Planeta sale de ésta teniendo que pagar sólo eso, puede darse por satisfecha y respirar con alivio. Lo que pretenden los Pérez-Dolset, que veremos desenvolverse durante las próximas semanas, puede suponer no un bache, sino toda una carrera de obstáculos, para el principal accionista de Atresmedia.

Pálido, ‘Henry’ abandona mi despacho. Abro el Lagavulin de 16 años que escondo en mi cajón, y que ya está en las últimas, y lo saboreo, pensativa. Llega el invierno para Planeta. Cuando William Congreve escribió aquello de que el cielo no tiene rabia, como el amor convertido en odio, ni el infierno furia como la de una mujer despreciada, los Pérez-Dolset aún no habían nacido.

Para contarle nuevas aventuras confidenciales a Mar Lowe, puedes escribir a mar.lowe@elespanol.com