En el tenis actual, ya no se puede hablar de una era abierta sino de una era compartida entre dos nombres: Carlos Alcaraz y Jannik Sinner.
La temporada 2025 ha confirmado una tendencia que comenzó a perfilarse hace un par de años y que este curso ha tomado forma definitiva.
Ambos tenistas no sólo copan los grandes títulos del calendario, sino que sus enfrentamientos directos son las finales más relevantes del año. Y también las mejor pagadas.
Este sábado en Riad, Alcaraz y Sinner protagonizarán la sexta final entre ambos en 2025, esta vez con el título del Six Kings Slam en juego.
Se trata de una exhibición de lujo organizada en Arabia Saudí, que ofrece el mayor premio en metálico de la historia del tenis: 6 millones de dólares para el campeón y 1,5 para el finalista.
Este botín eleva el total de dinero repartido entre ambos esta temporada solo en finales conjuntas a más de 28 millones de dólares, una cifra sin precedentes.
Alcaraz gana el US Open 2025
Las seis finales conjuntas
En el curso 2025, el español y el italiano han disputado juntos las finales de Roma, Cincinnati, Roland Garros, Wimbledon, US Open y ahora el Six Kings Slam.
Alcaraz se ha impuesto en cuatro de esos seis duelos, mientras que Sinner ha saboreado la victoria únicamente en Wimbledon, el major que más obsesionaba al italiano.
El reparto de premios en esas finales da vértigo. En Roland Garros, Alcaraz ganó casi 3 millones de dólares, mientras que Sinner se llevó cerca de 1,5.
En Wimbledon, la victoria del transalpino le supuso 4 millones, por poco más de 2 para Alcaraz.
Y en el US Open, el murciano se embolsó 5 millones, su mayor cheque del año, por los 2,5 de su rival.
Todo ello sin contar los 7,5 millones de dólares en juego en Riad. Una final extraoficial del circuito que, sin embargo, se ha convertido en la más codiciada por los tenistas de élite.
Una rivalidad histórica
La temporada de Carlos Alcaraz es de auténtico número uno. El murciano ha cerrado el calendario con 67 victorias y solo 7 derrotas, un 90,4% de efectividad que no tiene parangón en el circuito.
Ha conquistado ocho títulos, entre ellos dos Grand Slams (Roland Garros y US Open), tres Masters 1000 (Montecarlo, Roma y Cincinnati) y tres ATP 500 (Rotterdam, Queen's y Tokio). Nadie ha ganado más partidos ni más torneos que él en 2025.
Sinner, por su parte, ha sido su único contrapeso real. Con 43 victorias y 6 derrotas, el italiano ha brillado especialmente en los Grand Slams.
En los grandes torneos presenta un registro de 26-2, sumando los títulos del Australian Open y Wimbledon, y siendo finalista en Roland Garros y el US Open.
Es el cuarto jugador de la Era Abierta que disputa las cuatro finales de Grand Slam en una misma temporada.
Entre ambos, suman 70 victorias en Grand Slams este año, un dominio que ni Federer, Nadal y Djokovic juntos consiguieron en una misma temporada.
Y en el cara a cara directo, Alcaraz ha ampliado su ventaja a un claro 10-5, ganando siete de los últimos ocho enfrentamientos.
Alcaraz y Sinner, tras la final de Cincinnati.
Entre admiración y resignación
La hegemonía de Sinner y Alcaraz ha generado reacciones de todo tipo en el circuito. Novak Djokovic ha admitido: "Al mejor de cinco sets, será muy difícil volver a ganarles".
"Quizás en partidos al mejor de tres aún tengo opciones, pero en los Grand Slams su físico es una barrera casi insalvable", afirma el serbio que perdido sus últimos seis duelos ante Sinner.
Daniil Medvedev ha sido más directo: "Nuestra generación no es tan buena como la suya. Ni siquiera somos tan buenos como lo fue el Big Four. Pero intentaremos ganar alguno".
Zverev, número 3 del mundo, fue aún más tajante: "Están a años luz del resto", mientras que Stefanos Tsitsipas recordó que aún falta recorrido: "Hasta que ganen lo que ganaron Roger y Rafa, no se puede comparar".
En el plano técnico, Ben Shelton ha alabado el juego de Sinner: "Su bola es la más pesada y profunda del circuito. Apenas falla".
Mientras que Andy Murray comparó el estilo de Alcaraz con Ronaldinho: "Ambos juegan con alegría, y nunca sabes qué va a hacer después".
Incluso entrenadores como Patrick Mouratoglou han generado debate: "El nivel de tenis de Sinner y Alcaraz es un poco superior al que tuvieron Federer, Nadal y Djokovic en su mejor momento".
Un calendario infernal
El dominio de ambos tenistas se da en medio de un calendario que muchos consideran insoportable. Alcaraz ha alzado la voz: "Parece que quieren matarnos", dijo hace meses.
Y no es el único. La PTPA de Djokovic ha elevado denuncias a Bruselas, Washington y Londres por la saturación, el control antidopaje intrusivo y las condiciones extremas en ciertos torneos.
Sin embargo, mientras critican el circuito, las exhibiciones como el Six Kings Slam florecen con fuerza.
Arabia Saudí paga 1,5 millones solo por participar, y 3,5 adicionales por levantar el trofeo. A diferencia de los Masters 1000 obligatorios, este torneo requiere apenas dos o tres partidos. Una rentabilidad imbatible.
Este modelo recuerda al efecto LIV en el golf: menos torneos, más dinero. Aunque por ahora no existe un circuito paralelo en tenis, el PIF saudí es patrocinador clave de ATP y WTA, y organiza las Next Gen Finals, las WTA Finals y este Six Kings Slam. El futuro podría pasar por Riad.
Lo que queda de temporada
Tras el duelo en Riad, ambos tenistas tienen marcado en rojo París-Bercy y las ATP Finals de Turín. Alcaraz lidera el ranking con 11.340 puntos, 1.340 más que Sinner.
Le basta con llegar a la final en París para cerrar como número uno del año por segunda vez (tras 2022).
Para Sinner, que debe defender los 1.500 puntos logrados en las ATP Finals 2024, el reto es mayúsculo.
También jugará en Viena buscando sumar 500 puntos más. Su objetivo es claro: recuperar el trono y conquistar Roland Garros en 2026 para cerrar su Grand Slam personal.
Ambos están ya clasificados para Turín (9-16 de noviembre), donde podrían encontrarse de nuevo en otra final.
Sería la séptima del año entre ellos. Una temporada que ha confirmado que el tenis ya no es de uno, ni de tres. Es de dos.
Y mientras los títulos se reparten, los premios también: más de 28 millones de dólares solo en finales conjuntas. Una cifra a la altura de su hegemonía.
