El momento más polémico del arranque del US Open 2025 sacudió el debut de Daniil Medvedev, que terminó con una derrota inesperada. La escena ocurrió en el tercer set cuando un fotógrado acreditado invadió la cancha antes de un punto decisivo.
La intrusión se produjo justo cuando Bonzi iba a ejecutar su segundo saque para cerrar el partido. El juez de silla, Greg Allensworth, decidió dar al francés un nuevo primer servicio tras la interrupción provocada por el fotógrafo.
Esa decisión desató la furia de Medvedev, que se encaró con el árbitro y el público en una tensa secuencia de más de seis minutos. El tenista ruso exclamó: "¿Eres un hombre? ¿Eres un hombre? ¿Por qué tiemblas? ¿Qué pasa, eh?".
Además, se dirigió a la grada con la frase: "Chicos, se quiere ir. Le pagan por partido, no por hora" y encendió la animosidad del público. Entre gestos provocadores, lanzó besos y dibujó corazones con las manos, generando abucheos masivos.
El fotógrafo fue expulsado y ahora ha salido en los medios a dar su versión. Su nombre es Selcuk Acar, un periodista independiente y fotoperiodista de amplia trayectoria que asegura ser la verdadera víctima del escándalo.
"Soy una víctima y totalmente inocente", dijo Acar en declaraciones que recoge el Daily Mail. Acar afirmó al citado medio que está siendo objeto de un linchamiento mediático y que, tras la revocación de sus credenciales, está buscando asesoría legal y representación.
Según su relato, recibió indicaciones contradictorias y terminó entrando a la pista tras escuchar la orden "el partido está detenido". "Si hay una cámara ahí, si está monitoreado, mostrará que regresé y no entré", explicó.
Acar insistió: "No lo sabía y no quise ver si Medvedev me había visto". El fotoperiodista, que ha cubierto visitas presidenciales, cumbres de la OTAN y Mundiales, se defendió: "No soy un fotoperiodista que pueda cometer semejante error".
El impacto en el desarrollo del choque fue claro: Medvedev ganó el cuarto set y forzó un quinto, pero sucumbió finalmente ante el francés en un desenlace que nadie esperaba en el estadio Louis Armstrong, en Flushing Meadows.
Tras el incidente, la organización del torneo actuó rápidamente y la credencial del fotógrafo fue revocada.
Los portavoces de la USTA contradijeron a Acar en una declaración también al Daily Mail: "El fotógrafo había recibido instrucciones de seguridad del US Open para que no se moviera". "El fotógrafo ignoró estas instrucciones y entró indebidamente en la cancha entre saques en punto de partido".
Acar, por su parte, afirma sentirse destruido y declara que ha "envejecido 10 años" desde aquella fatídica noche del domingo. Ahora se mantiene en contacto con varios abogados para explorar vías de defensa y tratar de recuperar su reputación profesional.
El caso deja preguntas sobre protocolos y la presión sobre árbitros, jugadores y prensa en escenarios de alta tensión. Mientras tanto, la controversia sigue viva y el US Open afronta otra jornada marcada por la polémica. La investigación oficial permanece aún abierta.
