“Lo empecé a gestionar desde que acabé el torneo”.

Garbiñe Muguruza está en todo. La española, que este miércoles tumbó a la rusa Samsonova (6-3, 6-1) para alcanzar la tercera ronda en el Abierto de Australia, inició un plan el domingo nada más terminar su participación en uno de los torneos WTA 500 de las Melbourne Summer Series con la idea de mantener la frescura para el objetivo que persigue: conquistar Melbourne y ganar el tercer grande de su carrera.

“Había jugado unos cuantos partidos seguidos”, se arrancó la española, citada por el pase a octavos de final con Zarina Diyas (6-4, 3-6, 6-3 a la estadounidense Pera). “Sabía que estaba a las puertas de un torneo muy largo y agotador donde cada detalle cuenta. Estaba pensando en ello desde que jugué la final el domingo”.

Por primera vez en mucho tiempo, Muguruza decidió competir la semana antes de un Grand Slam. Fue lo mismo que hicieron la mayoría de las tenistas para ganar un poco de ritmo después de la cuarentena obligatoria de 14 días que tuvieron que realizar al llegar a Melbourne, consecuencia de la covid-19. Garbiñe, que se quedó a una victoria del título, disputó el máximo de partidos posible (cinco en seis días), enfrentándose a Alison Van Uytvanck, Anastasia Pavlyuchenkova, Sofia Kenin, Marketa Vondrousova y Ashleigh Barty

Muguruza, golpeando una derecha en su segundo partido en el Abierto de Australia. Jason O'Brien EFE/EPA

Al llegar a la final, que perdió ante la número uno del mundo, Muguruza consiguió que la organización del Abierto de Australia tuviese un gesto con ella y retrasase su estreno un día (del lunes al martes). Eso le dio algo aire, pero le provocó otro problema: tener que saltar a la pista en jornadas consecutivas (martes y miércoles) para igualarse con el resto de jugadoras de su parte del cuadro.

“Pero no me ha afectado”, aseguró Muguruza. “Tuve el lunes libre tras la final y no es nada nuevo jugar dos días seguidos en un Grand Slam. Ahora tengo un día para recuperarme, descansar y preparar el siguiente encuentro”, prosiguió la número 14 mundial. “Me vendrá bien. La clave está en llegar fresca a los partidos que tengo por delante”.

Hasta ahora, la española ha amarrado con triunfo sus dos primeros en el torneo sin mostrar síntomas de fatiga. Ante Samsonova, por ejemplo, demostró ir sobrada de fuerzas, corriendo con alegría durante todo el encuentro. Eso mismo va a seguir necesitando cuando lleguen las primeras curvas, y no falta demasiado: Garbiñe podría enfrentarse con Naomi Osaka en octavos.