Borrón y cuenta nueva o… no. El martes, Garbiñe Muguruza se estrenó en el Abierto de Australia venciendo a Margarita Gasparyan 6-4, 6-0 y dio el primer paso hacia un título que nunca ha ganado, pese a que el año pasado estuvo bien cerca (cayó en la final ante Sofia Kenin). La española, derrotada este pasado domingo por Ashleigh Barty en el partido decisivo de uno de los torneos WTA 500 de las Melbourne Summer Series, empleó la trampa que escondía el cruce para salir beneficiada: superando el cansancio físico y mental, Garbiñe se nutrió de las buenas sensaciones con las que avasalló a la mayoría de sus rivales la semana pasada.

“Estoy satisfecha”, resumió Muguruza frente a los periodistas. “Había jugado varios partidos seguidos. Afortunadamente, y gracias a la organización del torneo, he tenido un día de descanso. Estoy contenta de haber mantenido la concentración y el nivel, pese a haber empezado un evento nuevo”, añadió la campeona de dos grandes. “Vengo de una final a una primera ronda y lo noto. No es fácil, pero todavía voy con la inercia de la semana pasada”.

Garbiñe jugó bien el primer parcial, pero fue en el segundo donde realmente marcó las diferencias. Incisiva en los paralelos y ágil en los desplazamientos, la española se pegó un festín en la cara de Gasparyan y solventó su debut con éxito en un torneo que en 2020 le ayudó a recuperar el rumbo. 

“El año pasado fue muy importante para mí porque hice mi mejor resultado en un par de temporadas”, recordó Muguruza sobre su final en Melbourne, que le permitió ver la luz tras bastantes meses negros. “Muchas veces, trabajas duro y es posible que los resultados no lleguen de inmediato. Creo que en ese momento el rompecabezas se resolvió y pude jugar al nivel que quería”, continuó. “Sentí que podía disputar finales como esa otra vez. Fue como la confirmación de que estaba haciendo lo correcto. A veces, se necesita tiempo”.

Así, solo Muguruza avanzó de las cuatro españolas clasificadas para el cuadro final del torneo. Liudmila Samsonova eliminó a Paula Badosa (6-7, 7-6, 7-5) para citarse con Garbiñe este mismo miércoles, Jennifer Brady apeó 6-3, 6-1 a Aliona Bolsova y Daria Gavrilova venció 6-1, 7-5 a Sara Sorribes. En consecuencia, la ex número uno mundial se ha quedado sola ante el peligro tras dos días de competición.