De blanco a negro en un segundo. Sin ofrecer señales previas de estar en peligro, Garbiñe Muguruza pasó de tener 5-4 y saque para llevarse el primer set de su partido de segunda ronda del US Open ante Tsvetana Pironkova a romper por la mitad una raqueta tras ver cómo la búlgara ganaba tres juegos seguidos para birlarle esa primera manga (5-7). Fue el primer paso hacia la eliminación de la española, que cedió su saque en el segundo set con una doble falta (3-5) para terminar marchándose derrotada (5-7, 3-6) a manos de una rival sin ranking, tan inesperada como inspirada.

“Ha jugado muy bien”, reconoció Muguruza. “Yo también he ayudado, pero ella ha jugado suelta, sin responsabilidad. “Decidí venir aquí dos días antes, y he pagado la falta de preparación. Sabía que tenía riesgos al no encontrarme como me gustaría, sin partidos anteriores. Seis meses sin competir y de repente jugar… es normal que el cuerpo necesite adaptarse”, siguió la española. "La sensación de competir no se puede encontrar entrenando. Así es el tenis. Tengo que mirar hacia delante”.

Después de pasarse más de tres años fuera del circuito (retirada en 2017) y convertirse en mamá, Pironkova, exsemifinalista de Wimbledon una década atrás, tomó la decisión de usar su ranking protegido (le permite disputar 12 torneos) para regresar a la competición en el US Open. Lo hizo el pasado martes con una sólida victoria frente a Liudmila Samsonova (6-2, 6-3) a la que le dio una continuidad excepcional el jueves en el encuentro ante Muguruza. 

Al principio, sin embargo, el partido estuvo en manos de la campeona de dos grandes.

A diferencia del primer día, que comenzó con el paso cambiado, Muguruza arrancó con las cosas claras. Un break de entrada (2-0) confirmó la buena entrada al cruce de la española, que se abrió paso siendo agresiva, dominando, llevando la iniciativa de los puntos ante su contraria. Llevando a Pironkova de lado a lado, apostando con éxito por atacar los paralelos de la pista, la número 16 del mundo se fabricó la oportunidad de sacar para llevarse el primer parcial, y ahí empezaron a apagarse sus opciones de triunfo.

Pironkova se enganchó al duelo rompiéndole el saque a Muguruza para igualar el primer parcial (5-5) y a la española se le vino el mundo encima. Desde ese momento, la búlgara disfrutó haciendo lo que mejor sabe: contraatacar y jugar bolas envenenadas por encima del hombro para hacerse con la primera manga y apuntalar la segunda. A Muguruza, una enamorada del juego plano, se le atragantó el plan de asalto de su oponente y se marchó maldiciendo a todas partes después de encajar otro golpe en un torneo que se le sigue resistiendo: jamás ha pasado de los octavos en el US Open y lleva tres años sin llegar más lejos de la tercera ronda. Demasiado tiempo para una ex número uno mundial y doble campeona de Grand Slam.