El destino ha golpeado con furia a Roberto Bautista, pero el tenista ha demostrado ser más fuerte que cualquier puñetazo, y mira que ha recibido varios que habrían dejado KO a cualquier otro. Este domingo, el español hizo una demostración de agallas al ponerse la camiseta de España para jugar el primer punto de la final ante Canadá después de perder a su padre el pasado jueves. La victoria del castellonense ante Felix Auger-Aliassime, sin embargo, fue lo de menos, pese a que terminó siendo clave en la conquista de la sexta Ensaladera para La Armada: el solo hecho de saltar a la pista estando aún de luto demostró una entereza de otro planeta, digna de elogio y admiración.  

“No sé si alguien podría hacer lo que ha hecho Roberto hoy”, se preguntó Sergi Bruguera, el capitán español. “Yo no lo había visto nunca”, subrayó. “El fallecimiento de su padre nos rompió el alma”. 

“El broche perfecto para Roberto no puede existir nunca”, aseguró Rafael Nadal, el número uno de la selección. “En una semana como esta, no hay broche perfecto posible. Cuando ocurren desgracias así, todo lo demás pasa a ser secundario. Nos enfadamos por cualquier tontería de la vida, pero en momentos como este nos damos cuenta de que todo tiene una importancia muy relativa”, prosiguió “Para nosotros, que Roberto volviese significó muchísimo. Ha sido una inspiración grande su regreso, y tenerlo al lado en el vestuario”, insistió el número uno. “Significa muchísimo que en estos momentos tan complicados haya vuelto con España”.

Esta es la cronología de un combate de boxeo contra la vida.

En 2016, Joaquín Bautista, el padre del tenista, sufrió un grave accidente mientras trabajaba en la cuadra de caballos que tienen en Castellón, quedando en un estado muy delicado. Encajándolo como pudo, el jugador siguió adelante, y terminó esa temporada como 14 del mundo con dos títulos (Auckland y Sofía). El 21 de mayo de 2018, dos años después, Esther Agut, la madre, falleció de forma repentina, dejando un vacío en la familia que nadie se esperaba. Una semana más tarde, todavía con la herida abierta, Bautista estaba debutando con victoria en la primera ronda de Roland Garros ante Denis Istomin, al que ganó en cinco sets. “Opté por luchar”, dijo entonces el jugador. “Pensé que sería mejor seguir luchando como hasta ahora, dar un paso adelante, no quedarme en casa y esconderme”, prosiguió. “Ha sido emocional por todo lo que me está pasando esta semana. Están siendo unos días difíciles. No es fácil de manejar todo esto en la cabeza”.

La pérdida de Ximo, como le conocían los suyos, obligó a Bautista a abandonar la concentración de España el pasado jueves de manera urgente. A una semana de su boda, su fallecimiento dejó al jugador conmocionado por algo que podía ocurrir en cualquier momento, pero que ocurrió justo en mitad de la Davis, y días antes de pasar por el altar. Ante eso, y continuando con el ejemplo que exhibió cuando murió su madre, Bautista se armó de valor y... volvió a Madrid para unirse al equipo y darle a España el primer punto de la final.

“Fue muy difícil”, admitió Bautista. “Hablé con Sergi [Bruguera] sobre la situación. Tomé la decisión el jueves y regresé ayer por la tarde para apoyar al equipo y obtener la victoria, y hacer todo para tener la oportunidad de jugar hoy”, prosiguió el español. “Cuando cogí el coche para venir, lo último que tenía en la cabeza era jugar, pero ya en la final mi cabeza tenía ganas de afrontar ese partido, y por suerte ha salido bien”, añadió. “No sabía si podía dar la talla, pero me lo je dejado todo ahí. El momento ha sido muy bonito e irrepetible”, siguió. “Tuve la suerte de estar con mi padre los últimos minutos de su vida y despedirme de él. Él me habría dado un tirón de orejas si me hubiera quedado en casa”.

“Yo he ganado los ocho partidos, pero lo digo con la mano en el corazón: la persona que ha sido vital en esta Copa Davis ha sido Roberto”, se sinceró Nadal. “Lo que ha hecho es algo casi inhumano. No sé explicarlo. Es un ejemplo para el resto de mi vida”, confesó el mejor tenista del mundo. “Se fue. Falleció su padre. Volvió ayer y entrenó por la tarde. Hoy ha estado preparado para jugar a un nivel altísimo. Es algo increíble”. 

Simplemente impresionante, digno de admirar.

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