Dubái

Fueron golpes que sonaron como balas en mitad de una guerra de trincheras. El miércoles por la mañana, Fernando Verdasco se clasificó para los cuartos de final del torneo de Dubái venciendo 6-4, 3-6 y 7-5 a Roberto Bautista en un cruce encarnizado que el madrileño se llevó usando la potencia de sus golpes, que es muchísima, pero también la cabeza para saber mimar la bola cuando fue necesario. A los 33 años, y tras haber visto de todo desde que apareció en el circuito en 2001, Verdasco se medirá este jueves a Gael Monfils (6-4, 3-6 y 6-1 al británico Evans) por una plaza en las semifinales con algo más claro que nunca: la mayoría de las veces no gana el que destroza la pelota a palo limpio.

“Estoy muy contento de poder haber sacado el partido adelante”, celebró el madrileño. “Es muy complicado ganar a Bautista en cualquier superficie porque es el típico jugar que ofrece un nivel muy alto sin importar la pista”, prosiguió Verdasco, elogiando al número 16 del mundo, que hace unas semanas celebró el título en Sofía. “Es un rival muy sólido, que siempre te mete una bola más y eso se hace mentalmente muy duro”, añadió sobre Bautista, que no es el segundo mejor español del ranking por casualidad. “He salido preparado para darlo todo desde la primera pelota a la última. Hay veces que las cosas no salen, pero tanto hoy como contra Seppi tengo que estar contento por cómo estoy mentalmente. Este es el camino para hacer grandes cosas”.

A principios de año, en su primer torneo de la temporada, Verdasco se plantó en las semifinales de Doha y dejó escapar cinco bolas de partido contra Novak Djokovic. Unas semanas después, el español se volvió a encontrar con el serbio en la primera ronda del Abierto de Australia y se fue sin dejar huella, muy lejos del jugador que tuvo agarrado por el cuello al número dos en Catar. Así, Verdasco llegó a la gira europea de pista cubierta y dijo hola y adiós (derrotado en la segunda ronda de Montpellier por Daniil Medvedev y en la primera de Rotterdam por Martin Klizan). Ahora, y después de dos buenas victorias en Dubái, el número 35 vuelve a estar convencido de que insistir por la vía del control es una buena idea.

Mi nivel hoy es parecido al que mostré en Doha”, aseguró el español tras imponerse a Bautista. “En cualquier caso, partidos perfectos tienes muy pocos durante la temporada y lo importante es seguir adelante como puedas”, prosiguió. “En mi caso, puedo tener más golpes que otros, pero también hago más errores porque con mi potencia acabas descontrolando”, siguió. “Los tenistas que juegan más despacio hacen menos errores y los que jugamos más rápido cometemos más, aunque también consigamos un número mayor de ganadores”, explicó Verdasco. “Si los que jugamos más fuertes nunca hiciéramos errores seríamos invencibles. Muchas veces es una cuestión de ser consistente y no fallar. Es un balance, intentar ser agresivo sin pasarte de revoluciones. Esto es lo que estoy persiguiendo y buscando”.

Ese “balance” que persigue Verdasco no lo encontraron ni Marcel Granollers, derrotado 6-3 y 6-4 por Damir Dzumhur, ni Guillermo García-López, superado claramente por Andy Murray (6-2 y 6-0), ahora máximo favorito al título después de la sorprendente derrota de Roger Federer contra el ruso Donskoy en el último cruce del día en Dubái.

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