A la quinta va la vencida. Al menos, ese es el lema que le queda repetirse una y otra vez a la hinchada argentina, que tiene más cuentas pendientes con la Copa Davis que el Atlético con la Champions. Nada menos que en cuatro ocasiones se ha quedado la Albiceleste con la miel en los labios, a las puertas de la gloria, moldeada en forma de ensaladera. Y este domingo, 27 de noviembre, puede quedar grabado en la historia como el día en que el tenis hizo justicia. Con permiso de Croacia, eso sí.

Paradójicamente, los balcánicos, que se llevaron la única final de Copa Davis a la que han llegado en los más de 100 años de historia que acumula este centenario torneo, son los claros favoritos para esta edición. Hasta las casas de apuestas parecen reflejar esa maldición que planea sobre el tenis argentino desde que en 1981 la mítica pareja formada por Guillermo Vilas y José Luis Clerc perdiesen ante EEUU su primera opción de alzarse con el título.

Es una cuestión de números. Croacia ha ganado el 100% de sus finales -la única, en 2005 ante Eslovaquia- y llega a esta final liderada por Marin Cilic -número seis del ranking ATP- e Ivo Karlovic -número 20 del mundo-, mientras que Argentina apela más a la devoción por las viejas glorias. Juan Martín Del Potro, otrora cuarta raqueta del circuito y actual número 38 de la ATP, vuelve a ser la gran esperanza. Como lo fue en Río, donde logró la plata tras vencer en una agónica semifinal ante Rafa Nadal y perder, exhausto, ante Murray.

Davis Cup Idols - Goran Ivanisevic

Le acompañará otro viejo conocido del circuito, Federico Delbonis -41 en el ranking ATP-, quien formará en individuales junto a Del Potro. La pareja formada por Leonardo Mayer y Guido Pella se medirá en un a priori reñido dobles Ivan Dodig y Franko Skugor, un duelo que se antoja clave para inclinar la balanza a uno u otro lado, a pesar de las tendencias y favoritismos que otorgan público, prensa y casas de apuestas.

Una final tan inédita como inesperada

En cualquier caso, ni siquiera se esperaba a principios de temporada que Croacia estuviese en condiciones de disputar su segunda ensaladera. Ni que lo pudiese hacer ante 15.000 compatriotas en el estreno en la Davis del espectacular Zagreb Arena. Ni que tendría a su favor la pista dura -de cemento- del pabellón. Unos ingredientes que hacen a los balcánicos favoritos ante los argentinos, a pesar de que no llegan ni siquiera como cabeza de serie.

Será, de hecho, la primera vez que Croacia dispute una final de Copa Davis en casa. En 2005, cuando se impuso a Eslovaquia en Bratislava, tanto Mario Ancic como Ivan Ljubicic tuvieron que forzar el quinto partido ante un estadio hostil. Y que ganarlo, ante un público que fue testigo de una de las finales más insólitas de la historia, en la que el legendario Goran Ivanisevic ni siquiera participó en los encuentros, a pesar de estar en la convocatoria.

Y es que Croacia también sabe vivir de la fe en sus mitos y leyendas. Durante esta temporada, se 'cargó' en primera ronda a Bélgica, cabeza de serie número dos de la Davis, mientras que en Cuartos se deshizo de EEUU. En semifinales, los balcánicos apearon a Francia de la final contra todo pronóstico. Y todo gracias a hombres incostantes como Borna Coric -que resolvió las dos primeras rondas- y en un Cilic pletórico en semis ante los galos.

Un partido contra la historia

Por su parte, Argentina llega a esta final tras superar un cuadro bastante más benévolo. Como cabeza de serie número seis, se midió a Polonia en primera ronda, mientras que se deshizo de Italia en Cuartos. En semifinales, Del Potro y Murray se volvían a ver las caras tras la victoria del británico en la final de los Juegos de Río. Sin embargo, Del Potro se impuso en el partido inaugural de la eliminatoria, en cinco sets, en lo que a la postre significaría el punto de ventaja que permitió a los sudamericanos pasar a la final.

España gana la Copa Davis 2008

Una final que permanece maldita para Argentina, tras cuatro intentos fallidos de conquistar la ansiada ensaladera. Además de la derrota en 1981, perdió en 2006 ante Rusia y en las ediciones de 2008 y 2011 ante España. Aunque, sin duda, ninguna de ellas supuso tal fiasco como la de 2008, la única final celebrada en tierras argentinas. Allí, la Armada Invencible, sin Rafa Nadal, se impuso por 3-1 ante un encendido público presente en Mar del Plata, que dejó una de las eliminatorias más broncas de la historia. Y que aún escuece.