“No hace falta que venga un hacker a sacar todo esto”. En mitad de la explicación sobre las filtraciones de sus exenciones de uso terapéutico, Rafael Nadal fue un paso más allá al pedir algo que lleva tiempo buscando con insistencia: el mallorquín, partidario de que los controles antidopaje se hagan públicos, vino a decir con su discurso que no hace falta llegar a este punto, que hay una forma más fácil de terminar con las especulaciones y las dudas. En consecuencia, el español solicitó transparencia también para los permisos que utilizan los deportistas con fines curativos.



“Si cada vez que uno hace un control antidopaje saliera anunciado se acabaría el problema”, razonó el campeón de 14 grandes, que en 2015 fue testado entre cuatro y seis veces durante la competición y en más de siete ocasiones fuera de ella. “Rafa Nadal ha salido negativo. Ahí se terminaría cualquier discusión, no habría problema y sería transparente”, prosiguió el número cuatro del mundo. “Es lo que todos queremos, transparencia. Al final, el deporte no solo tiene que ser limpio, también tiene que parecerlo. Estamos frente a millones de niños y debemos ser un ejemplo para ellos. No podemos fallarle a la gente que nos toma como ejemplos”.



El grupo de hackers rusos Tsar Team (APT28), conocidos como Fancy Bears, consiguió acceder ilegalmente a la base de datos del Sistema de Administración y Gestión Antidopaje (ADAMS) a través de una cuenta del Comité Olímpico Internacional (COI) para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Desde hace días, los piratas han ido publicando en distintas entregas las exenciones de deportistas pertenecientes a varias modalidades, atacando en su cuarta parte al tenista balear entre otros.



En consecuencia, Fancy Bears desveló el lunes que Nadal pidió permiso para utilizar Betametasona (dos días, en septiembre de 2009) y Corticotropina (ocho días, en agosto de 2012). El uso de las sustancias, dos corticoides (antiinflamatorios) para tratar sus problemas crónicos en las rodillas, fue aprobado por la Federación Internacional de Tenis (ITF) y por la Agencia Mundial Antidopaje (WADA) después de que los médicos del mallorquín concluyesen que era la mejor solución para recuperarse de una lesión complicada.



“Nunca en mi vida he tomado una sustancia que mejore mi rendimiento”, insistió Nadal, que en más de una ocasión aseguró que colgaría la raqueta antes de hacer trampas. “Yo soy el primero que está limpio. Si he tomado algo alguna vez es porque los médicos creían que era lo mejor. Cuando uno pide un permiso y se lo dan deja de ser algo prohibido”, apuntó el mallorquín, con total lógica. “Tenemos el mejor control antidodoping en el mundo del tenis. Confío 100% en que mis rivales están limpios”.



APOYO DE LAS INSTITUCIONES



"La ATP condena la publicación de cualquier información médica privada que pone en duda la integridad de nuestros jugadores”. Así de tajante se mostró Chris Kermode, presidente de la organización que rige el deporte de la raqueta, a través de un comunicado emitido el martes por la mañana. “Las TUE son todas procesadas de acuerdo a las reglas del programa antidoping de tenis, llevada por la WADA”, prosiguió el mandatario, que salió en defensa del español y de cualquier otro jugador que pueda verse afectado. “La publicación de esta información constituye una violación de su privacidad, donde ninguna regla ha sido violada”.



Casi a la vez que Kermode ofrecía su opinión, la Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte (AEPSAD) decidía hacer lo propio para apoyar a los deportistas afectados. “Una autorización de uso terapéutico (AUT) es un certificado que garantiza la normativa nacional e internacional y que permite al deportista el uso de medicamentos o métodos prohibidos, siempre que esté justificado por razones médicas y cumpla los requisitos formales establecidos por la normativa vigente”, rezó el primer punto del comunicado de la AEPSAD.



“Los deportistas españoles mencionados han cumplimentado de manera correcta los procedimientos exigidos por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) para la obtención de la autorización de uso terapéutico correspondiente. En los casos de los deportistas mencionados, las autorizaciones de uso terapéutico fueron concedidas por las respectivas Federaciones Internacionales. Los deportistas no han infringido ninguna ley antidopaje”, siguió el organismo en el segundo punto.



“La AEPSAD condena estos ataques que tratan de desautorizar el sistema antidopaje e intentan sembrar sospechas sobre deportistas que han actuado conforme a la normas”.



Así, y mientras los organismos le apoyaban, Nadal seguía defendiendo su postura de la claridad utilizando los pasos para pedir una exención como ejemplo. “Es un proceso simple”, aseguró el mallorquín. “Mandas una carta a la ITF pidiendo autorización para tomar ese producto y mejorar la lesión que tienes”, reveló. “La ITF manda la carta a la WADA. Y algún doctor de la WADA te da el visto bueno o no te lo da”, cerró Nadal, llevando a cabo un perfecto ejercicio de transparencia con el proceso. Lo mismo que pide a escala mayor.

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