El pasado martes Carolina Marín era operada con éxito del cruzado de su rodilla. Una de las jugadoras más laureadas de la historia no ha querido venirse abajo, y tras siete días y sin escayola ha comenzado a andar con muletas, lo que muestra que desde el primer día ya se está preparando para volver de la mejor manera posible, aunque quede una larga y dolorosa recuperación por delante. 

La campeona olímpica vio como el 27 de enero llegaba el peor día de su carrera deportiva, un mal apoyo en su rodilla en un partido del Masters de Indonesia ante la india Saina Nehwal, que estaba dominando sin problemas. La lesión ha llegado en el peor momento posible, ya que esta semana ha subido al número 2 del ránking mundial. No estaba entre las tres primeras desde el 29 de junio de 2017 y en julio del año pasado llegó a ser octava del mundo.

Nadie puede negar la garra y la entrega de la campeona del mundo, que tiene como misión empezar a recuperarse cuanto antes y ya dio un mensaje de optimismo nada más recibir el alta hospitalaria: "Empezaremos a trabajar la rehabilitación y volveremos más fuerte que nunca". En el momento de la caída, ya sabía que había una lesión muy grave en su rodilla, que no aguantó el apoyo. 

Una lesión complicada

Tras la operación, el doctor explicó que la rotura fue aislada, es decir que no tenía afectado ni el cartílago ni algún fragmento de cartílago. El tiempo de lesión se establece en los siete meses, pero al no tener afectado más partes de la rodilla, los plazos podrían acortarse y volver antes de lo previsto a las pistas, ya que recuperará la fuerza en la rodilla antes de lo esperado. 

[Más información: Carolina Marín, tras pasar por el quirófano: "A por todas, volveré pronto"]

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