Los surfistas también son humanos y, a veces, no se puede luchar contra la madre naturaleza. Una ola de 18 metros, equivalente a un edificio de cuatro pisos, se llevó por delante al británico Andrew Cotton en Nazaré, Portugal. "El peor impacto" de la carrera del deportista de 36 años ocurrió este miércoles, cuando se rompió la espalda engullido por el mar.

Andrew Cotton at Nazaré - 2018 Wipeout of the Year Award Entry - WSL Big Wave Awards

En el vídeo que recoge el incidente se puede comprobar cómo el surfista sale literalmente despedido por los aires tras entrar en contacto con la ola. Cotton fue rescatado rápidamente del agua y trasladado a un hospital cercano, con la ayuda inestimable de una tabla espinal.

Ya se había enfrentado previamente a la ola más grande del mundo, pero no con estas consecuencias. La excitación que inundaba su cuerpo por la mañana, antes de echarse a la mar y surfear, se transformó en una sensación totalmente distinta horas después: no puede sentirse más afortunado de haber sobrevivido a tal golpe.

En la zona todavía se han visto olas más grandes, hasta de 24 metros. De hecho, ha habido compañeros de profesión de Cotton que casi se matan en las aguas de Nazaré, con motos de agua cayendo justo encima de ellos. Los peligros de la zona, causante de numerosas lesiones y de posibles desapariciones que se solventaron a tiempo, son indudables.

"No supe leer la ola de forma ideal y demostrarle quién manda", reconoció Cotton tras su accidente. "No estoy muy mal ahora mismo. Obviamente, la espalda me duele un poquito, pero todo se andará y estoy deseando volver allí", añadió también. Un compañero surfista ayudó en su rescate y le acompañó al hospital: sin ayuda de una moto de agua, tampoco habría podido salir del mar.

A pesar de todo, Cotton quiere volver a la carga cuanto antes: "Me he roto la espalda, pero me siento muy afortunado. Ya miro para delante y concentro mi energía en recuperarme y volver ahí fuera para enfrentarme a más de esos grandes rodillos". Si hacemos caso al parte médico, lo conseguirá.

"Estamos esperando a ver cuánto tiempo estará en el hospital antes de que podamos llevárnoslo a casa. Le han hecho una resonancia magnética y rayos X, tiene una rotura en la parte baja de la espalda", declaró su mujer, dejando claro que los pronósticos para su marido son buenos.

"A pesar de que lo que le ha pasado es lo peor que podría sucederle a mucha gente, para él sólo es una parte más de lo que hace. Es realmente increíble, se entrena muy duro", sentenció la señora Cotton. Le guste o no, Andrew volverá a coger la tabla, sin miedo a no contarlo, muy pronto.