Hace dos fines de semana, en España, una mujer, Paola Amilibia Puig (Barcelona, 1987), se proclamaba campeona de España absoluto de hípica en saltos por primera vez en 56 años. Su imagen junto a dos hombres (Primitivo Nieves y Luis Fernández, segundo y tercero respectivamente), sin embargo, apenas trascendió. Esta catalana que vive a caballo entre México y Bélgica es una completa desconocida a pesar de haber sido la primera mujer en acudir a un campeonato de Europa con España o de haber sido injustamente apartada de los Juegos Olímpicos de Río (la cuarta plaza se la dieron a un compañero suyo que no cumplía los requisitos, reconoce). Ahora, tras hacer historia, se para a charlar con EL ESPAÑOL para repasar, obviamente, sus logros, pero también para hablar de Cataluña, su tierra, o de feminismo.



Empezando por el principio... ¿Por qué le dio por la hípica?



Gracias a mi abuelo, que le gustaban mucho los animales, en especial los toros, y fue el que me empezó a llevar a montar a un club de caballos españoles donde la gente iba a pasar el domingo. Nada especial. Y mi madre también montó, pero nada importante… Mi primer contacto lo hice con una profesora alemana y un caballo español de doma, pero mi profesora se fue a Alemania y mis padres decidieron que tenía que estar en otro sitio con más niños donde aprendiera a montar, y fui al Open Sports Club.



Y ya no paró.



En la primera escuela estuve dos años y con 12 o 13 años me fui al Open Sports Club. Allí me entrenó Curro Goyoaga, hijo de Paco Goyoaga, que fue campeón del mundo… Me dio clases y luego, con 18 años, me fui a vivir a Bélgica e hice un año de Ingeniería Industrial. Entonces, decidí estudiar a distancia y me dediqué a montar, a montar y a montar… Fui dos veces campeona de España de joven jinete y luego estuve con un entrenador francés un año. Después conocí a mi marido y me fui a vivir a México. Ahora, pasamos el invierno en México y a Bélgica nos mudamos durante el verano.

¿En qué momento pensó que se podía dedicar plenamente a vivir de la hípica?



Bueno, yo soy semiprofesional. No me dedico a esto y no vivo de esto. El deporte sólo te da la opción de vivir de él si tienes un patrocinador y yo, estando entre dos continentes, lo tengo complicado. Yo lo que hago es comprar caballos, los desarrollamos hasta que son mayores y después intento guardar uno o dos para que se queden conmigo. Los otros los vendemos para poder costear la estructura.

El deporte sólo te da la posibilidad de vivir de él si tienes un patrocinador



El domingo se convirtió en la primera mujer en proclamarse campeona de España absoluto después de 56 años de supremacía masculina, ¿fue consciente en algún momento de que estaba haciendo historia?



No lo sabía. Me enteré el domingo. Pero bueno, también fui la primera mujer en ir a un campeonato de Europa con España… Es una pena. Tendría que haber más mujeres, pero en España el mundo de la hípica está predominado por hombres. En Estados Unidos es al contrario. De todas formas, creo que eso va a cambiar porque en las categorías inferiores hay más mujeres y la sociedad está cambiando.



Lo cierto es que también es de los pocos deportes donde compiten mujeres y hombres juntos.



Sí, y eso tiene sus ventajas y sus desventajas. Al ser mujer, eres mucho más fina, pesas menos, tienes mayor sensibilidad; los hombres, con la testosterona, tienen más fuerza y son menos sensibles… Y, por otro lado, el hombre es más fuerte, más pesado y monta mejor un caballo grande y pesado. Nosotras montamos mejor los caballos pequeños, eléctricos y que son más sensibles. Como es un tema de binomio, creo que tiene sus ventajas y sus inconvenientes.

Paola Amilibia monta a su caballo Gaudí.



¿Su victoria, en cualquier caso, es un avance?

Sí, lo es, y espero no ser la última. Hay muchas que vienen detrás como, por ejemplo, Leticia Rivas, que ha ganado el campeonato de España de jóvenes jinetes.

Esos avances del deporte, con las mujeres, por ejemplo, liderando a España en los Juegos, ¿toca trasladarlos a la sociedad?



Yo es que, a ver, en el tema de la mujer en lo laboral y lo deportivo, o como lo llamemos, creo que la mujer está ganando un poco más de terreno y antes estaba un poco más excluida porque se usaba, como se dice, de yegua de cría, para estar en casa, cuidar a los niños… Eso está cambiando. Hoy en día la mujer estudia igual que el hombre, está igual de preparada y tiene las mismas posibilidades… Y, obviamente, las mujeres van a aprovechar esas posibilidades. Hoy en día la mujer no tienen ninguna limitación con el hombre.

En cualquier caso, ¿la existencia del feminismo es necesaria para que se siga avanzando?



Yo es que esto del feminismo… No veo ninguna diferencia entre una mujer y un hombre en ningún aspecto. Creo que tiene que ver más con los complejos que se ponga una mujer por el hecho de ser mujer. El feminismo no va a ningún lado. En esta vida hay que competir con los hombres y competir para ser la mejor seas hombre o mujer.

El feminismo no va a ningún lado. En esta vida hay que competir con los hombres y competir para ser la mejor

Entonces, ¿usted no es feminista?



No, no. Creo que el feminismo es un poco pérdida de tiempo, como el independentismo. O sea, ¿no hay cosas que hacer, de verdad, que perder el tiempo en este tipo de cosas? Simplemente, creo que hay que echar para adelante, trabajar como cada uno quiere y punto.



¿Nunca se ha visto perjudicada por ser mujer?



No conscientemente, la verdad. No creo que el haber sido mujer… Hombre, sí, fui la primera en ir a un campeonato de Europa, pero no sé si antes hubo mujeres que lo intentaron y no fueron por algún motivo o no, porque yo fui. Y después han ido muchas otras. Creo que el tema del machismo está un poco anticuado. Cualquiera que tenga dos dedos de frente…



Volviendo a la hípica. ¿Está mejor en otros países que aquí?



Seguro que sí, por eso no estoy aquí. Yo puedo contar cómo está fuera y cómo estaba aquí hace once años, cuando me fui. Yo decidí irme por el tema de aprender, de profesores… Tenía ganas de vivir el mundo del caballo de otra manera. Aquí en España sigue siendo un deporte un poco elitista y un poco como de club social. Aunque, más que elitista, social. En Europa monta todo el mundo: el hijo del electricista, el rico, el pobre y el medio. Todo el mundo va a los concursos, todo el mundo salta. Y el tema social es menos notorio. En México sí es más como aquí en España, pero a nivel nacional la competición es increíble, y siento que el nivel es mucho mayor en México a nivel de público y participantes.

Paola Amilibia, en otro concurso de salto con su caballo.



¿Qué es distinto fuera de España?



En Europa, en muchos sitios miras el jardín y tienen un caballo, y ahí montan. La gente tiene el caballo en el club, en casa... En Bélgica, por ejemplo, el tema de los concursos es como la fiesta del pueblo. La otra diferencia es la cría. En Bélgica, en Holanda, en Alemania… se cría mucho. Hay criadores profesionales que crían hasta 1.000 yeguas al año. Eso no pasa en España, donde los que crían caballos de deporte lo hacen como hobby.



Entonces, ¿no ha cambiado nada la hípica en España desde que usted se fue?



La verdad, no demasiado. Ha sido un regreso al pasado. Creo que la crisis evitó que se desarrollara el deporte. Espero que eso cambie.



¿Y cómo se cambia en España esto?



Yo no soy muy experta en cambiar costumbres, pero volvería al deporte como algo más común. Igual que cuando vas a la escuela das clases extraescolares, pues que te lleven a montar. Pero eso tiene que ser cuando los niños son pequeñitos, porque si te apasiona, no lo dejas. Y luego impulsar el tema de la competición nacional.



¿Jamás se ha arrepentido de irse?



No, no creo que en la vida uno tenga que arrepentirse de nada. En la vida, cada uno sigue su camino y si hubiera tomado otro camino tampoco me hubiese arrepentido. Hago lo que más me gusta en el mundo. Mi vida son los caballos y tengo la suerte de competir a este nivel. Y el día que no esté así, pues seguiré luchando. Pero este deporte, si luchas cada día y trabajas bien, es agradecido.

No creo que en la vida uno tenga que arrepentirse de nada



A pesar de estar a buen nivel, la Federación no la eligió para ir a los Juegos Olímpicos. ¿Qué pasó entonces?



Sobre el tema de los Juegos… Hubo una calificación por parte de la Federación. Había ciertos concursos a los que había que ir y ciertos resultados que obtener. Entonces, fuimos todos los que queríamos optar a los Juegos y a uno de los integrantes del equipo lo metieron sin cumplir los requisitos. Yo no estuve de acuerdo con la decisión, pero hubiera ido de todas formas. Pero el dueño de la yegua decidió que no quería que la yegua pasara por eso. Decidimos pasar todo el año saltando y al final nos dijeron que iba en la reserva y que el cuarto integrante era otro. Esa fue la decisión.

Paola Amilibia salta con su caballo.



¿Renunció a ir en la reserva?



Bueno, yo no. El propietario de mi yegua dijo que no iba como reserva.



¿Y cómo le sentó aquello?



La verdad, en el momento me sentó muy mal porque luché mucho durante el año para ir y la yegua sacó unos resultados maravillosos. Es más, creo que hubiera saltado bien. Pero si algo he aprendido en la vida es que lo que no depende de ti al 100%… Tienes que aprender que no está en tus manos y es lo que hay. No puedes torturarte si no depende de ti.



La realidad es que más de uno se habrá echado las manos a la cabeza cuando la haya visto ganar el campeonato de España absoluto.



Son momentos diferentes. Ahora tengo otro caballo diferente y, bueno, sobre el tema del equipo nacional, estamos un poco en stand by, pero voy a hacer todo lo que dependa de mí.



Lo que tampoco depende de usted es lo que pasa en Cataluña. Usted, que nació en Barcelona y vive fuera, ¿cómo está viendo España desde la distancia estos días?



Muy triste. Me da una tristeza enorme ver lo que estoy viendo. No entiendo cómo un país tan increíble como España se está deteriorando y se está yendo por este tipo de caminos. España es España y punto. Que yo sea catalana, que el otro sea gallego, que el otro sea vasco… ¡Pues muy bien! Pero creo que el independentismo es una pérdida de tiempo, una pérdida de fuerza y una pérdida de todo… Yo entiendo perfectamente que los catalanes defiendan lo que quieran defender. Pues te sientas en una mesa, negocias y pones a alguien que sepa negociar, ¿no? Porque al señor Puigdemont, capacidades negociadoras no le veo muchas… Y, pues oye, que los catalanes no están de acuerdo, pues no están de acuerdo, pero meterle a la gente ideologías de hace 500 años…

No entiendo cómo un país tan increíble como España se está deteriorando y se está yendo por este tipo de caminos



¿Pero separarse de qué? Pero si vamos a un mundo global, todos, ¡todos! Ahora ya somos europeos, españoles, catalanes… Vamos hacia un mundo global y Cataluña, con el independentismo, quiere un retroceso. Entonces, ¿qué está consiguiendo todo este rollo? Que las empresas se vayan, que se cree inestabilidad económica, que la gente se amargue más y que se saque el rencor, la ira y todo ese sentimiento negativo que está sacando toda esa gente… Creo que es una pérdida de tiempo. Más vale que la gente se centrara en cosas más importantes. Es como cuando sales al patio a chillar y liarla, y eso me da mucha tristeza. Siendo España el país que es, o sea, no puedo creer lo que estoy viendo. Me he ido por motivos deportivos, porque era la mejor opción, pero España es uno de los mejores países para vivir, para ir de vacaciones… Es de los mejores países en millones de cosas. Y ahora miras las noticias, hablas con la gente y piensas: “¿Pero qué os está pasando, os estáis cerrando en el circulo este de los ratones a dar vueltas a ver quién quema antes la rueda?”. Muy triste. Espero que entre un poco de conciencia en cada uno de ellos.



También en el resto de España.



Sí, porque es un tema de España, no sólo de Cataluña. Que algunos estén más tranquilos, pues bien. Pero España es España. Y el problema de Cataluña es de los españoles, y el de Galicia es de los españoles… Eso lo tengo claro.

¿Cómo le explica la situación de España a los que viven fuera?



Yo les digo que no entiendo cómo España puede estar parada en esta situación, a mí no me entra en la cabeza. ¿Que a los catalanes les apetece ponerse la bandera?, pues me parece fenomenal. ¿Que alguien se sienta más catalán y menos español?, pues me parece bien. Pero, al final, una cosa no quita la otra. El ser catalán no implica tener que dejar de ser español. Ahora que he ido a Madrid, cualquier persona me atacaba con el tema. Y yo decía: ‘¡Pero si yo soy española!’. ¿Qué tengo yo que ver con todo esto? Es que yo no quiero separarme de España, estoy corriendo el campeonato de España… El otro día, mi compañero, en el podio, me decía: ‘¡Ostras, Paola, que nos van a silbar porque somos catalanes!’. Y yo decía: ‘¡Pero tío, que hemos corrido el campeonato de España, no el de Cataluña!’. Lo que no puede ser es que subas al podio y pienses…



Cambiando, por último, de tercio. Ganado el campeonato de España, su objetivo son los Juegos, ¿no?



El plan deportivo es que el caballo descanse después de la competición. Después vamos a Jerez, luego al Madrid Horse Week y el año que viene haremos un plan para el Mundial, porque si no clasificamos para el Mundial o para el Europeo, no sirve de nada pensar en Tokio.

Leticia Rivas, campeona en la categoría de jóvenes jinetes, posa junto a Paola Amilibia.

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