La estrella de la selección holandesa, Lieke Martens, se proclamó este lunes mejor jugadora del mundo en los premios 'The Best', pero no pudo asistir a recoger el galardón. El motivo es que la FIFA, conocedora del calendario, situó esta gala apenas unas horas antes de que la mejor jugadora de Europa tuviese que guiar a su equipo en un partido de clasificación para el Mundial de Francia 2019 contra Noruega. La única solución posible era un vuelo privado de la FIFA para ella y su entrenadora, Sarina Wiegman. Un vuelo que nunca llegó.

Mientras Cristiano Ronaldo y Zidane recogían sus respectivos galardones a los ojos del mundo, el fútbol femenino no solo estaba en el habitual segundo plano mediático, limitado a las galerías de fotos, sino que además se veía condenado al ostracismo. ¿Habría celebrado la FIFA una entrega de premios si supiera que el ganador masculino no puede asistir? "Está claro que no les importamos", dijo horas antes una de las mejores futbolistas de la última década, Megan Rapinoe. La FIFA, una vez más, se olvida de la igualdad y da otra patada a las mujeres.

Martens hizo méritos propios para ganarse el respeto del fútbol mundial, con una Eurocopa espectacular y siendo una de las jugadoras más destacadas del continente, lo que le llevó a ser reconocida por la UEFA como mejor jugadora de Europa. Martens merecía recoger el premio como Cristiano Ronaldo, pero nadie pensó que no podría hacerlo. Tampoco se pensó en Sarina Wiegman, entrenadora de Holanda y en las mismas circunstancias que su jugadora. Aunque la FIFA tuvo el detalle de mandarle al entrenamiento a un hombre, Marco Van Basten, para hacerle llegar el galardón.

Sarina Wiegman, premio 'The Best' a mejor entrenadora

Sus ausencias no fueron la única polémica de una noche nefasta. Martens estaba nominada junto a la estadounidense Carli Lloyd y la venezolana Deyna Castellanos. Precisamente esta última fue el objetivo de las críticas de las estrellas del fútbol femenino mundial. La estadounidense Rapinoe se encargó de expresar públicamente lo que pensaban sobre la presencia en el Top 3 de la venezolana, una joven promesa de 18 años que no es profesional y cuyo único éxito en el último año se reduce a un golazo en el Mundial sub-17 que también le valió para ser nominada al Premio Puskas, que finalmente ganó Giroud. "La FIFA es un organismo viejo, masculino y pasado", dijo Rapinoe a la BBC.

Capitanas, seleccionadores, medios de comunicación y aficionados fueron los encargados de elegir a las tres favoritas para este trofeo. La FIFA se excusó en que nada podía hacer ante los deseos de quienes lo decidieron así, asegurando que tomarían nota para futuras ediciones. "Estoy segura de que si un jugador desconocido optara a un premio tan importante, la FIFA actuaría. Este premio no tiene fuerza si opta a ganarlo una chica de la que nunca hemos oído hablar". Joven con calidad y gran proyección pero lejos del nivel profesional que se presume en estos premios, de momento vive del gol finalista al Premio Puskas.

Varias jugadoras señalaron la injusticia de dejar fuera de este podio a la delantera australiana Sam Kerr, máxima goleadora de la liga norteamericana, o la delantera inglesa Jodie Taylor, goleadora de la pasada Eurocopa. "No estoy nada sorprendida, es la FIFA", dijo en su momento Kerr. Tampoco se entiende la ausencia de la danesa Pernille Harder o la alemana Dzsenifer Marozsán.

Lisa De Vanna, capitana de 'las matildas' y compañera de Kerr, ironizó: "Enhorabuena a Barbara Streisand, Julia Roberts y Donald Trump por ser los tres nominados de la FIFA a mejor jugadora del año".

Tampoco lo entendía la estadounidense Kelley O'Hara:

No son los únicos casos en los que la FIFA se olvida de las mujeres. Mientras se selecciona el mejor once del mundo (masculino), con Cristiano Ronaldo y Messi al frente, ¿qué se hace para mejorar la presencia femenina? O, de otro modo, ¿para cuándo un once ideal femenino? Se lo pregunta, por ejemplo, Kelly Smith, jugadora del Arsenal:

Una gala más, las mujeres ocuparon más espacio en la alfombra previa que en la gala que debería premiar a los mejores y a las mejores. Una vez más, solo se reconoció al mejor.