Alcañiz (Enviada especial)

Al manillar de su propio scooter, portando una muleta y con un vendaje compresivo que le subía más allá de la rodilla derecha. De esta forma, Valentino Rossi recorrió los escasos 500 metros que separaban su motorhome del centro médico del circuito MotorLand donde, a las 14.00 horas, fue declarado apto para disputar el Gran Premio de Aragón después de fracturarse la tibia y el peroné de su pierna derecha hace sólo 22 días. El piloto italiano recibió el visto bueno después de ser sometido a un examen supervisado por Clemente Millán, director médico del circuito ubicado a las afueras de Alcañiz, y Ángel Charte, director médico de MotoGP.

“La lesión hay que ir controlándola, pero tras la excelente operación la evolución ha sido muy buena. La pierna de Valentino no está al 100%, evidentemente, pero sí a un nivel elevado. Está bien para correr, si no nosotros no hubiéramos tomado ningún riesgo”, valoró el doctor Charte, quien reveló que Il Dottore no sufre un dolor intenso pero sí tiene algunas molestias en la zona donde se colocó el clavo intramedular: “Le someteremos a tratamiento antiinflamatorio para estar más seguro encima de la moto. El único riesgo es el vascular, que está controlado. El riego sanguíneo fluye perfectamente”.

Tras superar la revisión médica, en la que los doctores le sometieron a ejercicios de flexión, extensión y compresión para comprobar el estado de su pierna derecha, Rossi regresó a su motorhome. Allí comió y descansó rodeado de su equipo personal hasta que, tres horas después, volvió a hacer acto de presencia en la rueda de prensa oficial del Gran Premio de Aragón.

“No me puse límites de tiempo porque pensaba que hasta Japón no podría volver, pero cuando 10 días después de la operación comencé a mejorar rápidamente me dije: ‘¿Por qué no?’. Las ganas hacen mucho y ser piloto es lo que más me gusta. Para mí, si te falta el hambre que me ha hecho volver, es mejor dejarlo y quedarse en casa”, afirmó el piloto italiano, quien aseguró que esta carrera es muy importante para comprobar el estado de su pierna de cara al triplete asiático, que comenzará el próximo 15 de octubre en Japón para después viajar hasta Australia y Malasia.

Tras perderse sólo la carrera de Misano, Rossi ocupa la cuarta plaza de la general, a 42 puntos del liderato que comparten Marc Márquez y Andrea Dovizioso. Entonces, ¿por qué arriesgarse tan pronto? “Yo estoy aquí para volver a estar a tope en mi estado de forma lo antes posible. Haberme quedado otra carrera en casa significaría que habrían pasado otras tres semanas. Seguramente, la primera carrera habría sido Motegi, que habría sido sólo una reaparición. En cambio, reapareciendo aquí, espero llegar a Japón más en forma. No vuelvo para pelear por el Mundial, sino para estar a buen nivel lo antes posible”, recalcó Il Dottore.

Rossi de camino a la rueda de prensa. MotoGP

El piloto italiano sufrió un accidente el pasado 31 de agosto mientras practicaba enduro en unas pistas montañosas cercanas a Urbino a las que acude desde hace 20 años. “Vamos, que es algo que he hecho 200 veces. Sólo nos faltaban 400 metros para acabar el giro”, se lamentó tras el percance en el que se fracturó la tibia y el peroné de su pierna derecha. Una lesión similar a la que padeció en 2010, cuando sufrió una dura caída en el segundo entrenamiento libre del Gran Premio de Italia, aunque en aquella ocasión la fractura fue abierta y le obligó a perderse tres carreras hasta reaparecer 41 días después en el circuito alemán de Sachsenring.

Rossi fue operado en el hospital Riuniti de Ancona por el doctor Raffaele Pascarella, que le colocó un clavo intramedular fijado con tornillos, y le recomendó inactividad física durante un periodo comprendido entre 30 y 40 días. Según estos cálculos aproximados, Il Dottore no podría volver a correr hasta el Gran Premio de Japón, el próximo 15 de octubre. Sin embargo, al final únicamente se ha perdido una carrera, la disputada en Misano hace dos semanas, y volverá a subirse a su Yamaha YZR-M1 22 días después de la operación.

Una recuperación de récord después de que Randy de Puniet tardara 26 días en volver a subirse a la Honda del equipo LRC tras fracturarse la tibia y el peroné en el Gran Premio de Alemania en 2010. El piloto francés acortó al máximo los plazos gracias al tratamiento recibido en una cámara hiperbárica y regresó en el Gran Premio de la República Checa, donde finalizó décimo.

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