La primera vez que el campeonato del mundo de MotoGP recaló en Termas de Río Hondo, en 2014, Valentino Rossi necesitó de la ayuda de la policía local para poder salir del restaurante donde se encontraba cenando con sus personas de confianza porque era tal el caluroso recibimiento de sus seguidores que llegó a sentir miedo.

Desde entonces, se recluye en el hotel que está pegado al trazado argentino y sólo sale para ir al circuito. “Tengo muchísimos aficionados aquí, pero eso hace que sea difícil salir del hotel y entrar en el circuito. Me siento como la princesa dentro del castillo, porque estoy encerrado en el hotel. Se respira la pasión de la gente y sería genial hacer un buen fin de semana”, bromea el piloto italiano, que la pasada temporada se metió a la afición argentina en el bolsillo cuando subió a lo más alto del podio con la camiseta albiceleste de Maradona.

Il Dottore tiene seguidores a lo ancho y largo del planeta, por eso cuando Jorge Lorenzo y Marc Márquez subieron al podio en el GP de Qatar fueron pitados y abucheados por parte de los 11.737 espectadores que se instalaron en la grada principal de la recta de meta de Losail. “No creo que en Qatar hubiera tantos italianos [risas]. Veremos qué pasa en las próximas carreras. Los pitos a Lorenzo y Márquez no son culpa mía y no tengo nada que ver”, argumentó el piloto italiano tras una rueda de prensa en la que se lavó las manos ante una situación que sólo él puede parar y que irá in crescendo cuando el campeonato del mundo de MotoGP llegue a Europa.

Los dos pilotos españoles no van a disponer de seguridad adicional en el GP de Argentina, pero ante el menor conato de agresividad por parte de algún aficionado pedirán a los organizadores más medios para evitar males mayores. “Si no he salido del hotel desde que he llegado es porque he estado entrenando. No tengo miedo y no estoy preocupado. Tampoco voy a aumentar mis medidas de seguridad”, aseguró Lorenzo, que mandó un recadito a su compañero de equipo. “Todo el mundo sabe quién puede solucionar esto o se lo puede imaginar, pero igual no le interesa…”, añadió el vigente campeón del mundo de MotoGP en una clara alusión a Rossi.

Márquez tiene claro que los pitos y los abucheos van a ser la tónica general de la temporada cada vez que suba al podio, como ya pronosticó hace dos semanas tras la carrera de Qatar. “No me gusta que se haga en el fútbol y menos en MotoGP. No soy tonto y será la tónica de todo el año. El ambiente que se creó tras lo de Sepan dio pie a que todo el mundo opinara, aunque no fueran seguidores de las motos. Yo me centro en mi trabajo. Lo importante es que el aficionado disfrute y que el espectáculo gane a todo lo demás”, argumentó el piloto de Honda.

Aleix Espargaró fue más duro y lanzó un mensaje que algunos aficionados deberían escuchar para reflexionar. “Es lo más lamentable y cutre que he visto. Venimos a hacer que la gente se divierta y desde el primero hasta el último de los pilotos se merece un respeto. Está muy bien que se apoye a diferentes colores, pero hay que ser respetuoso. Si quieres no lo aplaudas, pero no hay que abuchear porque no te gusten sus colores. En la parrilla de MotoGP ningún piloto se merece pitos ni abucheos. Hay que ser respetuoso”, sentenció el mayor de los hermanos Espargaró.

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