En McLaren siguen confiando en que el trabajo y las mejoras que prometieron renovar el MCL32 casi al completo de cara al primer Gran Premio les permitan remontar las pésimas sensaciones de fiabilidad que están demostrando en las dos semanas de test de Montmeló. De hecho, aunque desde la escudería reconocen "problemas" con el monoplaza, se niegan a hablar de "crisis".

"Claramente, tenemos problemas, pero hablar de crisis es un poco fuerte", comentaba Zak Brown -director ejecutivo del Grupo Tecnológico de McLaren- el jueves en declaraciones a 'Sky Sports'. Justo después de que la jornada hubiese situado a McLaren a la cola de la parrilla en número de vueltas completadas y en la que Vandoorne provocó dos banderas rojas después de que el motor Honda de su MCL32 le dejase 'tirado' en mitad de pista en sendas ocasiones.

Un optimismo a medio plazo que, sin duda, requerirá de un esfuerzo extra por parte de todos, tal y como reconocía Fernando Alonso el miércoles después de rodar con un McLaren repleto de fallos de fiabilidad. "Me sorprendería que estuviéramos donde necesitamos estar o donde queremos estar en Melbourne, así que será un comienzo difícil de año", reconocía el jueves Brown.

En esta línea, Brown concede que los fallos detectados en la unidad de potencia del MCL32 son preocupantes, si bien son subsanables. Por ello, le quita presión a Honda: "Nos han dado garantías de que harán todo lo posible para darnos la mejor unidad de potencia. Sabemos cuáles son los problemas y sabemos cómo abordarlos. Hemos visto mejoras todos los días y eso es lo más importante".

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