Romain Grosjean se encuentra bien y únicamente luce una abultada venda en su mano izquierda. Un mes después de estar a punto de morir entre llamas, el piloto de Fórmula 1 se muestra agradecido por no haber protagonizado un desenlace fatal que hubiera dejado en shock al mundo del deporte, especialmente del motor. Sin embargo, el galo ha tirado de humor para mostrar a todos sus seguidores el estado de las heridas que le provocó el accidente del pasado 29 de noviembre.

En unas imágenes publicadas en sus redes sociales, el propio Grosjean ha desvelado cómo su mano derecha está en perfecto estado. El piloto apenas cuenta con alguna pequeña herida que le recuerda lo sucedido en Bahrein. "¿Podéis imaginaros que estuve en llamas casi hace un mes?", ha escrito junto a la imagen compartida en Instagram. Su evolución es tan positiva que hasta Grosjean se ha sorprendido. "La mano izquierda está mejor también", aunque no para ser fotografiada como la mano derecha. 

Poco después también la ha mostrado, aunque con un vendaje que apenas dejaba ver dos de sus dedos completos y que reflejaba las duras quemaduras sufridas en el accidente. Ya hace unas semanas, en una entrevista, Grosjean confesó que cuando se produjo el golpe se quitó inmediatamente los guantes para que no se le pegaran a la piel por culpa del fuego.

Mano derecha de Grosjean

Mano izquierda de Grosjean, vendada por las quemaduras

El piloto de 34 años sigue recuperándose y, poco más de 15 días después, ha vuelto a exhibir lo bien que están mejorando sus heridas. Su gran preocupación está en qué hará en el futuro. Haas no le ha renovado y se espera que en el mes de enero se suba a un nuevo coche para comprobar si está en condiciones de seguir pilotando o si su etapa en la élite de la Fórmula 1 ha llegado a su fin. Desde el duro accidente no ha vuelto a competir y se despidió de la temporada lejos de los circuitos.

Su propio relato

Era 29 de noviembre. El GP de Bahrein se paralizaba por completo. Grosjean había chocado contra la barrera tras salirse de una curva y su coche se convertía en una gran llamarada de fuego. Pasados 20 segundos, el piloto no había salido del coche. Antes de llegar al medio minuto, Grosjean logró abandonar por su propio pie el automóvil de Haas. Todo apuntaba a que no tenía lesiones graves y horas después se confirmarían las noticias más optimistas. Algún golpe y quemaduras en las manos, pero nada más.

El propio Grosjean, en unas declaraciones, confesó que llegó a pensar en la muerte. Con Niki Lauda en el recuerdo, el piloto francés nacido en Suiza detalló todo lo que pasó por su cabeza. "El momento menos agradable fue cuando mi cuerpo empezó a relajarse, estaba en paz conmigo mismo y me dije: 'Voy a morir. ¿Será doloroso? ¿Por dónde va a empezar?'". Unos "milisegundos" que, un mes después, ya son cosa del pasado. 

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