Quién le iba a decir a Red Bull hace unos meses, cuando soñaban con derrocar a Mercedes como el mejor equipo de la Fórmula 1, que tan solo un tiempo después se iban a ver en una situación tan complicada como la que tienen hoy en día a su alrededor. El panorama de la escudería de la bebida energética es realmente desolador, ya que su futuro en la Fórmula 1 está totalmente comprometido.

Afirmar que el fin de Red Bull está cerca no es ni mucho menos descabellado ahora mismo. Dejar la F1 no es la opción preferida en la cúpula del equipo austriaco, sin embargo, es una opción que se está barajando en el abanico de posibilidades. Otra de esas opciones es hacer las paces con Renault, algo a lo que de momento parecen no estar dispuestos. 

No obstante, la necesidad comienza a apretar y de qué manera, ya que su principal baluarte, Max Verstappen, ya ha lanzado el primer órdago a la escudería con la que renovó, precisamente, a principios de año. Sin Verstappen no hay aspiraciones y sin aspiraciones no hay futuro, por lo que tanto Christian Horner como el equipo formado por Guillaume Rocquelin, Adrian Newey y Pierre Waché, están obligados a buscar soluciones que sean de garantías. 

Red Bull y su rechazo a Renault

La salida de la marca Honda, proveedor de motores del equipo Red Bull, ha dejado al conjunto austriaco al borde del abismo. Lo cierto es que el futuro pinta muy negro, a pesar de que en Red Bull se nieguen a verlo. La realidad es que en la casa de la bebida energética están pecando de soberbios y amenazan con irse incluso antes que rectificar. Habrá que ver si en el momento de la verdad, continúan con su órdago o deciden recular. 

Esa marcha atrás sería reconocer que necesitan al equipo Renault como el comer. Las relaciones entre ambas casas, que un día estuvieron fuertemente unidas, se rompieron para siempre. Sin embargo, es Red Bull quien rehúsa de nuevo ese acercamiento que tanto necesita, sobre todo si no encuentra una alternativa fiable. Hoy por hoy, es lo que tiene, e incluso la normativa de la FIA así lo 'recomienda'. Sin embargo, no ceden. 

Ricciardo en el GP de Rusia Renault F1

El último en echar más leña a un fuego que amenaza con deborar al equipo ha sido Helmut Marko. El polémico asesor de Red Bull ha asegurado que, a pesar de que necesitan un motor, no será ni cualquiera ni a cualquier precio, en clara alusión a Renault. Lo que teme el gran Marko es montar un motor diseñado para otras necesidades y otro chasis, el del equipo francés, y no ser capaz de implementarlo, lo que provocaría el adiós irremediable de Verstappen. 

Esta reflexión, incomprensible a todas luces teniendo en cuenta la situación actual, podría volverse en contra de Red Bull y del propio Marko, ya que el nuevo equipo de Fernando Alonso, para quien ya trabaja el asturiano en intentar crear el mejor coche posible para 2021 y 2022, es la mejor opción que tienen en estos momentos. 

Sin embargo, Red Bull prefiere rechazar la reedición del pacto con Renault de momento e incluso ya se deja querer por otros nuevos desafios. Uno de esos desafíos sería unirse al equipo Ferrari, un cojunto histórico que atraviesa su peor crisis de siempre y que ya ha transmitido por activa y por pasiva que la situación no mejorará próximamente, algo que afectará directamente al otro piloto español, Carlos Sainz.

Ferrari en el Gran Premio de Austria F1 Instagram (scuderiaferrari)

No obstante, parece que hasta el momento, la unión con el Cavallino Rampante le parece mejor opción a Red Bull que recular y aceptar su unión con un coche en claro crecimiento con Renault, por eso afirman que la Fórmula 1 no se puede permitir que un equipo como Ferrari esté en la parte de atrás de la parrilla, como sugiriendo que deberían recibir un impulso y una ayuda que les permita recuperar el lugar que merecen. De ser así, en esa hipotética alianza, Red Bull saldría reforzado del posible empujón que reciba Ferrari. 

Quien ya ha rechazado su unión con Red Bull es Mercedes, ya que en palabras de su CEO, Toto Wolff, la fábrica alemana no tiene capacidad para suministrar más motores en el mundial, cerrando así otra de las posibles puertas que el equipo austriaco podría tocar en caso de necesidad extrema, algo que parece tener ya. 

Red Bull y un futuro incierto

Más allá de elucubraciones sobre las opciones que tiene Red Bull para permanecer en la Fórmula 1 a partir del año 2021, la realidad es que en la casa austriaca todavía no han tomado una decisión y barajan opciones de lo más variopintas. Algunas de ellas, absolutamente dramáticas. Los dirigentes de la escudería, los que pisan y testan el paddock en cada Gran Premio, no descartan incluso la desaparición. 

La realidad en estos momentos es tan cruda que Red Bull no tiene un camino claro que seguir. La marcha de Honda no solo provoca la ausencia de un motor, sino un gran vacío económico que ata de pies y manos la movilidad de la escudería. Sin el aporte económico de los japoneses, las opciones se reducen y volar en solitario no parece una opción clara. 

Christian Horner, pensativo Instagram (redbullracing)

La posibilidad de que Red Bull cree, o mejor dicho, evolucione su propio motor, el que le dejaría Honda, abriría un foso económico que podría enterrar al equipo de un plumazo. Mantener un motor y un coche de Fórmula 1, con opciones de pelear por grandes retos y que este consiga evolucionar puede tener un coste cercano a los 400 millones de euros, lo que resulta inabordable ahora mismo para Red Bull.

Incluso aunque Honda les ceda su propio motor e intenten mejorarlo a través de empresas externas, se trataría de un coste demasiado elevado, especialmente teniendo en cuenta que los motores de Fórmula 1 cambiarán mucho en los próximos años si se materializa la llegada de los biocombustibles y de la gasolina sintética, no procedente del petróleo sino sintetizada en laboratorios. Esos nuevos motores híbridos podrían terminar siendo el volcán que devore con sus llamas al equipo que tocó el cielo con Sebastian Vettel

El coche de Albon, con problemas en boxes Instagram (hondaracingf1)

Otra de las opciones, igualmente remota, es la de encontrar un nuevo fabricante que supla a Honda y que esté dispuesto a desembolsar la enorme cantidad de dinero que necesita ahora mismo un Fórmula 1. Se ha rumoreado con que ese nuevo fabricante sea Volkswagen, que guarda gran relación con el equipo dirigido con Horner y que ha coqueteado varias veces con llegar a la Fórmula 1, sin embargo, por el momento también parece una opción remota, aunque no descartable. 

Las hipotecas de Red Bull

En estos momentos, Red Bull mira hacia adelante, hacia su futuro más cercano, basicamente porque a largo plazo todo es incertidumbre. Sin embargo, existen dos vínculos que atan a Red Bull a ese futuro que va más allá de 2021 y que podrían ayudar a que la escudería austriaca no hiciese las maletas. En realidad, son dos hipotecas de gran responsabilidad, pero que podrían romperse llegada la ocasión. 

La primera de esas hipotecas es el Pacto de la Concordia, el gran acuerdo que todos los equipos de la Fórmula 1 firman para garantizar la continuidad de la competición en el futuro, en este caso, hasta 2025. En teoría, la firma de Red Bull en ese pacto impediría a la escudería abandonar y les obligaría a buscar una salida a su problema, pero la realidad es que pueden romper ese pacto al final de cada temporada. 

Mattia Binotto en el GP 70 Aniversario Instagram (mattia.binotto)

Sin embargo, el hecho de estar presentes en el acuerdo les obliga a tener una serie de responsabilidades que sin duda les empujan a permanecer en la Fórmula 1 hasta agotar todas las posibles vías de continuidad, muchas de las cuales pasan ahora mismo por Renault y por reconstruir esa relación de amor y odio que podría marcar el futuro de la Fórmula 1 de manera significativa. 

La otra de sus grandes hipotecas es el contrato con su piloto estrella, Max Verstappen. El piloto neerlandes renovocó con la escudería austriaca este mes de enero en lo que supuso un contrato récord para un piloto de su edad. Esa renovación se amplió por tres temporadas, hasta 2023, el segundo contrato más duradero de la Fórmula 1, solo superado por el de Leclerc hasta 2024. 

Además, diversas informaciones apuntan a que la renovación se cerró por una cantidad elevadísima, en torno a 40 millones de euros, lo que fue un claro síntoma de miedo del equipo, que pretendía blindar a su piloto debido al acecho de Mercedes y Ferrari. En enero, ese contrato fue una declaración total de intenciones: un piloto de futuro y un coche para luchar por el mundial. Sin embargo, en octubre, se trata de un problema y de una carga económica terrible, ya que ni el coche lucha por el mundial ni la escudería tiene garantizada su supervivencia. 

Verstappen celebra un triunfo con Red Bull Instagram (maxverstappen1)

Sin embargo, lo que no ha cambiado es que ese contrato es el único lazo que ata a Red Bull a la Fórmula 1, ya que sin Verstappen se acabarían las opciones de luchar por el título, y sin aspiraciones, no habría futuro en el 'Gran Circo' que mantener ni que costear. El equipo estaría abocado a la extinción. 

Renault, seducido por Alpha Tauri

Mientras Red Bull sigue deshojando la hoja de su futuro, un futuro que puede marcar profundamente el devenir de la Fórmula 1, Renault sigue a lo suyo, trabajando en silencio y manteniéndose a la espera de lo que suceda. Los acontecimientos se desarrollarán, más tarde o más temprano, y ellos encontrarán su momento para poder hablar y expresarse, pero con la diferencia de que tendrán poder de decisión. 

Lo que no ha detenido Renault es su trabajo, tanto en la pista, donde Ricciardo sigue haciendo soñar a la afición francesa con su rendimiento, como en la fábrica de Enstone, donde mecánicos e ingenieros siguen emocionados con cada hora que Fernando Alonso pasa en la casa de rombo dándole vueltas al nuevo coche y quemando plazos en el simulador a la espera de poder volver a subirse a un Renault, concretamente al RS20

Y en ese futuro que se dibuja todavía incierto, Renault ha divisado un objetivo que le ha gustado. Se trata del equipo Alpha Tauri, el filial del equipo Red Bull que hasta este momento ha dado un rendimiento sobresaliente, especialmente en las manos de Pierre Gasly. El Alpha Tauri del piloto galo privó al McLaren de Carlos Sainz de sumar su primera victoria en la Fórmula 1, algo que marcó y mucho en la parrilla. 

Gasly con su Alpha Tauri Instagram (alphataurif1)

De esta forma, en ese hipotético pacto que podrían cerrar Renault y Red Bull, el gran interés del equipo galo se centra en su filial, un equipo competitivo en un escalón inferior a los franceses, lo que implica no hacerles sombra, pero que podría aportarles datos e informaciones muy valiosas para seguir evolucionando su monoplaza del futuro. Está claro que en el equipo francés ven con mejores ojos que su otro banco de pruebas sea un equipo que no esté destinado a hacerles sombra ni quitarles puestos de honor en la clasificación. 

Sin embargo, el único inconveniente que presenta Alpha Tauri es que su continuidad depende principalmente de la supervivencia de Red Bull. Por ello, Renault de momento no ha rechazado esa opción, y se mantienen a la espera de ver qué decisión toma Red Bull y de si en esa decisión, pueden pescar en su equipo filial.

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