A pesar de que en los últimos tiempos La Masía parece más olvidada que de costumbre por el FC Barcelona, hubo varias épocas en las que el primer equipo se cimentó en la cantera. La última, cuando Guardiola ascendió a esa genial camada que terminaría ganándolo todo en España y en Europa. De aquellos Busquets, Pedro -cuando era Pedrito-, Bartra, Fontàs o Dos Santos, poco queda. La mayoría triunfa lejos del Camp Nou. Como en el caso de Oriol Romeu, que ha terminado encontrando su sitio con 25 años en el Southampton inglés.

Tras varios años deambulando por Europa, Romeu aterrizó el pasado verano en Southampton, donde disputó su temporada más completa hasta la fecha: 35 partidos, muchos de ellos de titular, y un sitio en la medular. Junto a Victor Wanyama, Jordy Clasie y James Ward-Prowse, conformó en su primer año un centro del campo de lo más competitivo en la Premier.

La marcha de Wanyama le ha dado todavía más peso en el equipo en la presente temporada. Además de las tareas defensivas, en las que el catalán destaca sobremanera, su evolución en la construcción del juego ha sido fulgurante y, a día de hoy, es uno de los centrocampistas más completos de la Premier: en tres años, ha pasado de tener un 83% de precisión en el pase en el Stuttgart, al 85% del año pasado y hasta un 89% en lo que va de campeonato inglés.

Oriol Romeu dispara a la portería. Reuters

Sin sitio con Guardiola

Su particular travesía por el fútbol ha sido, por momentos, desesperante. Creció en las categorías inferiores del Barcelona junto a los mayores talentos del club, pero nunca llegó a ganarse la confianza del técnico de Santpedor. Y no por falta de talento: sobre Romeu pivotó el juego de todos los equipos juveniles del club azulgrana, incluido aquel Barça B que dirigía el hoy técnico de la primera plantilla, Luis Enrique.

Sin embargo, el principal problema al que se enfrentó Romeu fue al sistema que impuso Guardiola y que a la sazón se enseñaría en cada categoría inferior del club. La apuesta por centrocampistas creativos para monopolizar la posesión durante los partidos tuvo un claro perjudicado en el esquema táctico: el pivote defensivo. Con Guardiola, sólo había sitio para un hombre en esa posición. Y la fulgurante irrupción de Sergio Busquets, que alternaba con Keita y Yaya Touré, dejó sin espacio a Romeu en la primera plantilla.

Terminó aceptando la suculenta oferta que el Chelsea le puso encima de la mesa en 2011. Mascherano -que con el tiempo terminaría supliendo a Puyol en el centro de la defensa- se había convertido en indiscutible, ya fuese en la zaga o como pivote, y no hubo manera de encontrarle un hueco a Romeu. Había logrado debutar como azulgrana en la Supercopa de 2010 ante el Sevilla y el único partido de Liga que disputó fue el 15 de mayo de 2011 ante el Deportivo de La Coruña. Jugó nueve minutos, algo escasos para una de las más firmes promesas de La Masía.

El turbulento paso por el Chelsea

Llegó a Londres a cambio de cinco millones de euros. Fue una apuesta a largo plazo de Andre Villas-Boas, que acababa de aterrizar en el Chelsea y quien consideraba que el español tenía un “futuro brillante”. Y un presente: Romeu disputó 24 partidos con el primer equipo -16 de ellos en la Premier- y jugó más minutos que nunca en Stamford Bridge.

Con apenas 20 años, llegó a ser titular durante buena parte de la temporada. Sin embargo, en marzo de 2012 el Chelsea despidió a Villas-Boas debido a los malos resultados del equipo y contrató en su lugar a Roberto Di Matteo. Sólo jugó un par de partidos con el italiano, que se encomendó a los más veteranos para remontar en el tramo final de la temporada. Y lo hizo: dos meses después, John Terry levantaba la primera Champions de la historia del Chelsea. Y la primera de Oriol Romeu.

Abrámovich se encomendó al ángel de Di Matteo en la siguiente temporada. Pero en noviembre cambió de opinión, también debido a los malos resultados. Romeu, tras año y medio en Londres, esperaba que la llegada al banquillo 'blue' de Rafa Benítez supusiese disponer de más minutos, pero una lesión truncó su progresión: jugó un total de seis partidos en el curso 2012-2013.

El Valencia y las cesiones

La llegada de Mourinho al Chelsea en el verano de 2013 terminó por forzar la salida de Romeu del club. El primer año, al Valencia en forma de cesión. Mestalla lo recibió con ilusión e incluso dispuso de bastantes minutos en el inicio del curso con Miroslav Djukic en el banquillo. Sin embargo, las lesiones y los malos resultados hicieron que Juan Antonio Pizzi dejase de contar con él desde que se hiciera cargo del equipo.

En su segunda cesión, Romeu volvió a jugar con asiduidad en el Stuttgart, con el que disputó 27 partidos en la temporada 2014-15. Su buena actuación en Alemania hizo que varios equipos volvieran a interesarse por él. Especialmente en la Premier, donde el Southampton vio en él al recambio ideal a largo plazo para Wanyama. Dos años después, parece que lo ha encontrado.

Oriol Romeu disputa una pelota en la Premier League. Reuters

Noticias relacionadas