El United, decía la prensa británica, estaba en crisis. Y realmente, merced a sus últimos resultados -como la derrota ante el Chelsea (4-0)- y su séptimo puesto en la Premier League, así era. Sin embargo, resucitó cuando más falta le hacía: ante el eterno rival y en la Capital One Cup, clasificándose para cuartos de final y pasando por encima del City (1-0). Sin deslumbrar -tampoco se vayan a pensar-, pero, definitivamente, leyendo mejor el partido que su rival y golpeando cuando el encuentro lo pedía con un tanto de Mata a pase de Ibrahomovic. Y sí, también dejando a Guardiola muy tocado. Eso es evidente.



En primera instancia, lo que deja patente el derbi de Manchester es que ambos están mal. Así se pudo ver en un enfrentamiento por momentos aburrido, sin muchas ocasiones y con dos rivales que, más allá de tenerse respeto, lo que tuvieron fue mucho miedo durante buena parte de los 90 minutos. Nada de irse al ataque o convertir -como en el anterior choque en la Premier League- el encuentro en un ida y vuelta. Eso no fue posible. Ni para el peor United de los últimos años ni para un City que todavía busca asimilar -sin mucha suerte- el sistema de Guardiola.



Hablando de fútbol. En el United ya se puede atisbar algo de lo que busca Mourinho. Su equipo, sin ser brillante, buscó dar el golpe a la contra. Y lo hizo a la perfección. Se escondió en la primera mitad y encontró su momento al comienzo de la segunda. Y, como lleva sucediendo en los últimos tiempos, lo hizo gracias a un fallo defensivo del City. Ibrahimovic, al que se le ha acusado en muchas ocasiones de no aparecer en los partidos importantes, aprovechó una cantada de la defensa para controlar la pelota, meterse en el área y colocarla atrás. Y por allí apareció Mata para colocarla en el palo largo. Y a partir de ahí, a resistir.



Con el United escondido, el City se cansó de tocar, pero sin suerte. Guardiola, de nuevo, volvió a chocar contra el planteamiento que le lleva dando dolores de cabeza desde que comenzó a ser entrenador. Cuando los equipos se le encierran, a menudo, su equipo no sabe qué hacer. Le ocurrió en Champions contra el Inter de Milán de Mourinho, ante el Real Madrid de Ancelotti y en última instancia frente al Atlético de Simeone. Y, este miércoles, los ‘Red devils’ volvieron a hacer lo propio.



“Tengo que saber qué pasa”, reconocía Guardiola tras empatar contra el Southampton (1-1) el pasado fin de semana. Pues bien, el técnico español va a tener que darse prisa. No le queda otra si no quiere que su equipo siga cayendo. Porque el City, a día de hoy, lleva casi un mes sin conocer la victoria. O lo que es lo mismo, en los últimos seis partidos acumula tres empates y tres derrotas (Tottenham, Barcelona y United). En definitiva, y por resumir, el peor Mourinho fue capaz de dejar patentes todas las vergüenzas deportivas -la mayoría de ellas en defensa- del City de Guardiola.

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