El mundo, ese lugar dividido entre #mourinhistas, #guardiolistas, #torristas o #raulistas (por aquello de hablar de una parte representativa de la población), tiene un nuevo escenario este miércoles (21:00 horas) para extirpar el raciocinio del suceso deportivo. Se miden City y United en la Capital One Cup. Es decir, hay un Mou contra Pep. O lo que es lo mismo, las dos Españas (e Inglaterras), de nuevo, enfrentadas. Y los ‘odiadores’ profesionales de unos y otros preparados para la ocasión y con los tuits listos -por si acaso-. Pero, sin entrar en lo que supone la rivalidad de ambos, es necesario (por ser más evidente su crisis) analizar lo hecho por el técnico portugués en este principio de temporada.



¿QUÉ HA HECHO MAL?



No conseguir resultados. A día de hoy, exhibe peores números que sus dos antecesores. El United, en los 14 partidos disputados esta temporada, acumula ocho victorias, dos empates y cuatro derrotas. Es decir, Moyes (8V, 3E y 3D) y Van Gaal (10V, 1E y 3D) habían sacado más rendimiento al equipo en los mismos encuentros. Y, por si fuera poco, Mourinho, en la Premier League, suma cinco puntos menos que el técnico holandés y está séptimo, fuera de puestos de Champions League y a seis del liderato que ostenta el City.



Errores en los fichajes. El Manchester desembolsó 185 millones este verano en cuatro futbolistas: Pogba (105), Mkhitaryan (42), Bailly (38) e Ibrahimovic (0). Es decir, gastó mucho dinero en pocos jugadores. ¿Y lo hizo bien? Eso es lo que se cuestiona. Mourinho, ahora mismo, no tiene profundidad de banquillo. Por poner dos ejemplos: Zlatan -una vez ‘desterrado' Rooney- no tiene un sustituto natural y Valencia, a sus 31 años, sigue siendo el lateral derecho del United. El portugués, por tanto, dispone de pocas alternativas en una plantilla con carencias.

Pogba celebra un gol. Chema Martí



Su enfrentamiento con Rooney. No es la primera vez que Mourinho se mete en problemas. Terry, Mutu, Casillas… la lista es lo suficientemente contundente. Y esta vez, en el United, no iba a ser menos. Llegó y, a los pocos partidos, mandó al capitán al banquillo. ¿Con razón? Es posible que sí. Su fallo, en este caso, es no haber actuado en verano. Antes de que comenzara la temporada, a su llegada y con su bagaje, podría haber exigido su marcha. Así lo hizo, por ejemplo, Guardiola con Hart o con Touré, al que sacó del equipo. Sin embargo, el portugués no actuó. Cierto es que mandó a Schweinsteiger al retiro, pero se dio cuenta tarde de que su capitán no le servía, al menos, como titular.



Su empecinamiento en alinear a Fellaini. El belga fue uno de los grandes fichajes de David Moyes. Llegó a cambio de 32 millones de euros y avalado por su buena progresión en el Everton. Pero, poco a poco, ha ido demostrando que quizás es un buen jugador, pero que no está a la altura de lo que exige el United. O, al menos, así lo ha entendido la afición durante las últimas temporadas. Sin embargo, Mourinho no ha dudado en darle minutos en hasta 10 partidos, hasta el fin de semana pasado, cuando se lesionó en la derrota contra el Chelsea (0-4). Quizás sea lo mejor…



Escudarse en lo extradeportivo. En otro momento se alabó la capacidad del portugués para desviar la atención. Entonces, se dijo que le quitaba presión a los jugadores. Sin embargo, en las últimas ocasiones no ha funcionado. “A Mourinho, cuando las cosas le van mal, prefiere guerra a fútbol”, reconocía Xavi. Y quizás lleve razón. O, al menos, así lo dejó entrever el portugués tras la derrota ante el Chelsea (0-4). En dicho partido, le reprochó a Antonio Conte que animara a la grada tras el último gol. Y, claro, a estas alturas, suena más a excusa que a otra cosa, cuando la realidad es que el conjunto ‘blue’ le dio un baño a su equipo en Stamford Bridge.

Mourinho le susurra al oído a Antonio Conte. Captura de pantalla



¿QUÉ HA HECHO BIEN?



No arrinconar a Rashford. Mourinho no ha cortado la progresión del joven talento de la cantera del United. Podría haber fichado a otro jugador, pero no lo hizo. Confió en el canterano y le ha dado minutos esta temporada. En total, el delantero ha jugado once partidos y ha respondido con cuatro goles. Es decir, el portugués, en otro tiempo acusado de no valorar la cantera, ha querido esta vez cambiar la opinión que muchos tenían de él.



Rotaciones. Todos los jugadores de la plantilla han disputado algún minuto este curso con Mourinho. Unos, obviamente, más, y otros menos. Pero, incluso el segundo portero, Sergio Romero, ha estado presente en dos encuentros, sin que De Gea se vea afectado por dicha circunstancia. Con este sistema, aparte de aligerar las piernas de muchos de los titulares, también ha querido que todos se sientan partícipes de los éxitos (y los fracasos) del equipo.

Martial celebra un gol con el United. Reuters



Buena segunda parte contra el City. El United de Mourinho es, sin duda, y hasta el momento, el equipo menos sólido que ha entrenado. Puede que sea porque los jugadores todavía no se hayan adaptado a los métodos del portugués o quizás porque éste no les haya transmitido una idea clara de juego. Sin embargo, a ratos, se ha mostrado como un conjunto temible. Lo hizo, a pesar de la derrota, en la segunda mitad en el derbi de Manchester (1-2) o en sendas victorias contra Leicester (4-1) y Fenerbahçe (4-1).



Hacer las paces con Mata. Mourinho, a pesar de que diga lo contrario, fue el responsable de su marcha del Chelsea. Quiso prescindir de él entonces, pero no hizo lo propio al comenzar esta nueva etapa. Al llegar a Old Trafford, habló con el jugador español y le pidió que se quedara. Y, además, le ha dado minutos. Mata ha jugado once partidos y marcado dos goles, convirtiéndose en pieza fundamental del equipo y como parte activa en las victorias de esta campaña.

Juan Mata, en Old Trafford. Reuters

Noticias relacionadas