El fútbol es el deporte rey por partidos como este. No se ha visto un espectáculo igual hasta el momento en Qatar, nada parecido a lo que protagonizaron en el último partido de los cuartos de final Inglaterra y Francia. Ritmo, intensidad, detalles individuales y goles, lejos de las peleas, los roces y la competitividad mal entendida que han marcado otros encuentros anteriores. [Inglaterra 1 -2 Francia: narración y goleadores]

Otra de las cosas que hacen mágicas a este juego es que no siempre gana o triunfa el equipo que más lo merece. Esto es precisamente lo que sucedió en este enfrentamiento entre británicos y galos. Los de Southgate no solo merecieron algo más, sino que seguramente por ganas, juego y ocasiones deberían estar en las semifinales midiéndose a Marruecos, pero en su lugar estará Francia.

Una de las peores versiones del combinado galo, por cierto, de todo el Mundial. Sometido durante casi los 90 minutos a la voluntad inglesa, pero que encontró el momento adecuado para dar dos zarpazos definitivos. Eso, y algo de suerte, porque Harry Kane erró un penalti a falta de 8 minutos para el final, y en todo esto también tuvo su parte de responsabilidad un árbitro que seguramente haya firmado la peor dirección de un partido de los cuartos de final.

Mbappé, felicitado por el pase de Francia. REUTERS

El partido del Mundial

Este era un partido de los de verdad, de los que el aficionado está esperando ver casi desde el día en el que arranca un Mundial de fútbol. Dos equipazos frente a frente, dos de las mejores selecciones de la competición batiéndose por un puesto en semifinales y viendo su camino allanado tras las sorpresas que se habían producido en otros partidos. El espectáculo respondió a lo esperado y nadie puede decir que se aburrió. 

La intensidad marcó el arranque del encuentro. Lejos de las especulaciones que se habían visto en otros encuentros de los cuartos de final, o del juego bronco y trabado, Inglaterra y Francia regalaron un partido de fútbol. Mbappé metió el miedo a los ingleses con un par de arrancadas desde la banda izquierda marca de la casa, mientras que los Three Lions avisaron con algún robo y su posterior contraataque.

El primer remate entre los tres palos lo pusieron los galos. Fue Giroud, un hombre muy en forma en este Mundial, después de un centro de Dembélé desde la banda derecha. Su remate, sin embargo, fue en posición muy forzada y apenas representó algún problema para Pickford. Francia robaba y era vertical, normal cuando tienes un equipo de atletas como las puntas con las que cuenta en el ataque. 

Tchouameni, felicitado por su gol en el Inglaterra - Francia REUTERS

Sin embargo, el primer gol del partido no llegó en un alarde de condiciones físicas o aprovechando espacios, como tanto daño suelen hacer los bleus. Fue gracias a un impresionante derechazo desde más de 25 metros que se sacó de la chistera Tchouameni. Colocado, abajo y lejos del alcance de Pickford, un tiro imparable que además estuvo precedido de una gran jugada que arrancó por la izquierda y terminó por el lado contrario. De libro.

Más o menos hasta ahí llegó el balance ofensivo de Francia en la primera mitad. El torrente de juego ofensivo que se había visto en otros partidos fue perfectamente frenado por una Inglaterra que firmó uno de los mejores partidos de una selección en todo el Mundial. Los de Southgate pusieron el juego y las ocasiones, aunque sin premio. 

Primero fue Shaw el que, a balón parado, se encontró con Lloris, y acto seguido fue Harry Kane el que tuvo la más clara. Le ganó la espalda a Upamecano, se plantó mano a mano ante el portero francés y este se hizo gigante para desviar el balón. Estaba Inglaterra completamente desatada y a Francia cada vez se le nublaba más la vista. Incluso le temblaron las piernas cuando el colegiado y el VAR no señalaron un penalti de Upamecano sobre Harry Kane que parecía bastante claro. El colegiado contribuyó a desesperar a los ingleses. Hubo revisión arriba, pero incomprensiblemente Sampaio no acudió a la pantalla.

Kane cae en el área en una acción en la que el árbitro no pita penalti. REUTERS

Otra ocasión más para Inglaterra antes del descanso, dejó más que evidente la superioridad de los Three Lions en los primeros 45 minutos... salvo en el marcador, lo que realmente importante en el fútbol.

Inglaterra lo consigue

El arranque de la segunda mitad fue de nuevo una demostración de las cualidades de Inglaterra. Para muestra, que a los dos minutos de la reanudación Bellingham bordeó un golazo con un lanzamiento desde la frontal del área, duro y potente, ante el que Lloris sacó unas manos milagrosas. En el posterior córner, el balón se quedó muerto dentro del área sin encontrar rematador.

Era un acoso de Inglaterra sobre una Francia absolutamente sobrepasada y, al fin, llegó el premio. Muy merecido, por otra parte. Saka arrancó desde la banda derecha, comenzó a sortear rivales, se internó en el área y por allí llegó Tchouameni pasado de rosca. Penalti claro, este sí que lo vio el colegiado brasileño. Harry Kane asumió la responsabilidad, no se puso nervioso y dio una clase de cómo tirar un penalti. Duro, arriba y lejos del alcance del portero. 

Kane celebra el gol del empate ante Francia. REUTERS

Al fin, Inglaterra había encontrado el camino del gol, que tanto tiempo llevaba mereciendo. Eso no frenó el ritmo de ataque de los de Southgate, claro merecedor del pase a las semifinales. Maguire estuvo muy cerca de hacer el segundo con un remate de cabeza, tras el saque de falta de Henderson, que se estrelló en la cara externa del poste. Otra más para los de Southgate.

Pero Francia tiene eso que ya prácticamente nadie más tiene en el Mundial, genialidad arriba. De la nada, surgen goles como por generación espontánea. Y eso es lo que volvió a pasar. Fue en una segunda jugada en la que el balón le cayó a Griezmann en el costado izquierdo, puso el centro al área y allí Giroud hizo valer sus centímetros. Se anticipó a Maguire y el remate, tras tocar en el central, fue para dentro. Nada pudo hacer Pickford ante un cabezazo tan cercano.

Era increíble, pero de nuevo estaba Francia por delante. La cara más ramplona de todo el Mundial, quitando el partido de Túnez, del equipo de Deschamps. Parecía que el fútbol iba a ser justo de nuevo porque a falta de 8 minutos para el final llegó otro penalti a favor de Inglaterra, tan claro de Theo Hernández como absurdo, que empujó sin necesidad a Mount dentro del área. 

Momento en el que Kane falla el penalti. REUTERS

Otra vez al lanzamiento Kane, otra vez bajo palos Lloris, y otra vez los Tres Leones queriendo empatar. Le pegó el delantero del Tottenham con el alma, quizás demasiada porque el lanzamiento se fue a las nubes. Arriba, directamente fuera, como las esperanzas de los ingleses.

Aquí murió la mejor Inglaterra del Mundial. De una manera cruel, los Three Lions se marcharon como casi siempre con la cabeza gacha para casa y sin poder levantar la Copa del Mundo, algo que solo hicieron en 1966. Francia y Mbappé, que se quedó sin marcar, ya están en semifinales y vuelven a oler de cerca el aroma de la final de un Mundial.

Inglaterra 1 - 2 Francia

Inglaterra: Pickford; Walker, Stones (Grealish, m.98), Maguire, Shaw; Henderson (Mount, m.79), Bellingham, Rice; Saka (Sterling, m.79), Kane y Foden (Rashford, m.85)



Francia: Lloris; Koundé, Varane, Upamecano, Theo Hernandez; Tchouaméni, Rabiot; Griezmann; Dembelé (Coman, m.79), Giroud y Mbappé



Goles: 0-1, m.17: Tchouaméni; 1-1, m.54: Kane (p)



Árbitro: Wilton Sampaio (BRA), amonestó al inglés Maguire y a los franceses Griezmann, Dembelé y Theo Hernandez.



Incidencias: Partido de cuartos de final del Mundial de Qatar disputado en el estadio Al Bayt de Al Khor ante 68.895 espectadores.