Alemania, eliminada en la primera fase del Mundial. En el torneo de las sorpresas, no hay ninguna que supere a esta. La actual campeona del mundo, a casa a la primera. Como España en 2014. Como Italia en 2010. Como Francia en 2002. De las últimas campeonas, solo Brasil en 2006 no cayó en la primera ronda.

La selección alemana perdió este miércoles ante Corea del Sur (2-0) y se despeñó de una manera histórica. Puede ser el mayor fracaso de Alemania en su historia. Nunca cayeron los teutones en la primera fase de grupos de un Mundial y la última vez que quedaron eliminados a la primera fue en el Mundial 1938, cuando el primer partido ya era una eliminatoria.

La debacle alemana se parece mucho a la española en 2014, cuando 'La Roja' también cayó en primera fase cuatro años después (es decir, en el primer Mundial) de ser campeón. Entonces, España perdió ante Holanda en el primer partido (5-1) y contra Chile en el segundo (2-0). Ganó a Australia (3-0) en el tercer encuentro, pero ahí ya estaban eliminados.

Low, en primer plano, con Özil al fondo. Julio Muñoz Agencia EFE

En esta ocasión, Alemania sí llegó con opciones al último duelo, pero dejó las mismas malas sensaciones durante todo el torneo que España hace cuatro años. Ganaron a Suecia en la segunda jornada, con el gol de Kroos en el 95', pero eso acabó sirviendo para alargar una agonía. Con la eliminación en primera ronda, es indudable las similitudes de la España de 2014 con la Alemania de 2018. Y, con ello, Joachim Low repitió los errores de Vicente del Bosque.

El técnico español se presentó en el Mundial de Brasil 2014 con un equipo que lejos de adaptarse a la realidad de aquél año premiaba a los del pasado. El equipo se parecía mucho al de los años anteriores y no se actualizó, como tampoco lo hizo Del Bosque en su forma de entrenar al grupo. El equipo ya daba sensaciones de caída, de estar ante el fin del proyecto, pero no se modificó nada. Se prefirió morir antes que cambiar para seguir viviendo.

Y eso es lo que hizo Alemania en este Mundial. Es verdad que Low hizo algún que otro cambio, pero aún así siguió jugando igual y con la misma columna vertebral que en los últimos años. Volvió a tirar de galones y llevó a jugadores por nombre. El caso más claro, el de Neuer, un portero que ha estado lesionado prácticamente todo el año y que llegó a Rusia sin ningún ritmo. Aún así, y como capitán que es, Low le dio la titularidad y Neuer hizo lo esperado en su situación: inseguro, fallando al atajar balones, lejísimos de su nivel. Ter Stegen, a su vez y tras su gran temporada, en el banquillo.

Low, en uno de los partidos del Mundial. REUTERS

Alemania acabó recurriendo siempre a Mario Gómez, un delantero ya de 32 años que actualmente milita en el Stuttgart y que es de sobra reconocido: un fútbol aéreo para que Gómez remate de cabeza. No funcionó. Como tampoco valió apostar por Özil, al que le dejó fuera en el segundo partido pero titular en el primero y tercero, un futbolista muy venido a menos en su etapa en el Arsenal.

En el mismo camino estuvo Boateng, Khedira o Reus, futbolista de otra etapa, que no renovaron a una selección que ya ganó en 2014 y que se presentaron en 2018 a un nivel muy inferior. En el banquillo, jugadores como Goretka, Gündogan o Draxler, que han ido jugando a cuentagotas. Y en casa, sin haber sido convocado, Leroy Sané, un futbolista siempre diferente para circunstancias novedosas, como las que se encontró en esta primera fase en los duelos ante México, Suecia y Corea del Sur.

"Es una gran decepción", comentó Low sin ocultar el gran fracaso. "Creo que nos preparamos bien para el Mundial y vinimos con la intención de defender el título y romper esa maldición del campeón", añadió a la vez que reconoció "estar en shock". En eso sí tuvo una diferencia con Del Bosque, ya que el técnico español a pesar del fracaso en Brasil continuó dos años más, alargando así el desastre en la selección española con otra horrible Eurocopa 2016.

Low, en el encuentro ante México del Mundial. REUTERS

Low, que hizo una renovación para la Copa Confederaciones que podría avanzar que sí aprendió la lección del desastre de España en 2014, al final no la llevó a cabo y se presentó en el Mundial con una idea caduca, un mensaje de antigüedad y un homenaje a los que habían ganado el Mundial.

Y el fútbol siempre castiga a los que miran al pasado. Este deporte, como prácticamente todos, no vive de lo que se hizo ayer. El fútbol está en continua renovación y se basa en el presente. Esa idea de "nos ha dado mucho" vale para homenajear y reconocer a un jugador, no para que siga jugando. El fútbol, para bien o para mal, no perdona y sigue. Y no darse cuenta condenó a España y a Alemania. A Del Bosque y Low.

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