"No es que la BBC sea innegociable, es que son los mejores". Las palabras son de Zinedine Zidane en la sala de prensa del José Alvalade, estadio del Sporting de Portugal, donde el Real Madrid selló su pase para los octavos de la pasada edición de la Champions League, la misma que acabaría ganando más tarde.

Por aquél entonces el debate sobre la idoneidad de jugar con Benzema, Bale y Cristiano ya estaba en todos los corrillos madridistas. Algunos aseguraban que la entrada de Isco daba al equipo más dinamismo y una forma de jugar más 'alegre' mientras otros seguían defendiendo que la BBC era la tripleta de ataque que tan buenos resultados había dado al Real Madrid.

En el minuto 57 de aquél partido, que los blancos acabaron ganando 1-2 y en el que Zidane finalmente sacó a Isco junto a Bale y Cristiano (Benzema era suplente por tercer partido consecutivo), el galés sufrió una de sus tantas lesiones en los últimos tiempos. Bale se rompió su tobillo derecho y acabaría definitivamente con la BBC, que desde entonces no ha vuelto a jugar junta de forma continuada: Bale se volvió a lesionar, cuando se recuperó Cristiano estuvo sancionado y Benzema después también cayó en la enfermería. 

El momento en el que Bale se lesionó en el Alvalade hace ahora un año. REUTERS

De aquél partido en Lisboa se cumple un año este martes, día en el que el Madrid juega en Chipre buscando lo que también buscaba en el Alvalade: pasar a octavos de la Champions. Si gana al APOEL de Nicosia (20:45 horas) sellará su pase. El empate e incluso la derrota ante el quinto clasificado de la liga chipriota podrá valer si el Dortmund no gana al Tottenham.

Desde que llegó al Real Madrid, Zidane siempre ha mantenido su predilección por la BBC, a la que elogió y catalogó de innegociable e intocable, aunque con el paso de los tiempos fuera frenando su predilección por sus tres jugadores de ataque. Las circunstancias, no contar con los tres a la vez, le obligaron a cambiar y fue ahí cuando emergió la figura de Isco, hoy indispensable en el once del francés y el mejor jugador del Real Madrid.

Isco es ahora Cristiano, Benzema, Bale y hasta Modric a la vez. El malagueño está en todas partes, prácticamente lo hace todo bien e incluso ya ha corregido aquello que antes le faltaba, su trabajo defensivo. El derbi del pasado sábado en el Metropolitano elevó a categoría de imprescindible y líder a Isco. El Madrid actual vive por y para él.

Ante el mal momento de Kroos, Modric, Cristiano y Benzema, el andaluz hace de todos, pero a todo es imposible llegar. La baja de Bale en el último tramo de la pasada temporada le abrió la puerta a un once en el que no tenía sitio. Isco pertenecía al 'Madrid B' que ganó la Liga al vencer en campos como Riazor, Los Cármenes, Butarque o El Molinón. 

Isco controla un balón en el Metropolitano en el Atlético - Real Madrid. REUTERS

Clave en el doblete, en el actual estado de forma del Real Madrid él es el único que ha dado la cara y no ha bajado su nivel. Zidane tardó pero le dio galones, aunque lo que le falta todavía al equipo blanco es encontrar el encaje perfecto del malagueño en el once. Con el centro del campo inamovible formado por Casemiro, Kroos y Modric, Isco utiliza la teórica figura de Bale, pero él no es el galés.

En Nicosia estarán todos ellos, aunque no se descarta que Zidane modifique con la entrada de los 'olvidados' Asensio o Ceballos o Theo en el lateral. En el APOEL esperan tres españoles (Nauzet, Roberto Lago y Jesús Rueda), casi los mismos de los que podría alinear el Madrid.

El trámite debería dejar al Madrid en octavos de Champions porque todo lo que no sea una victoria será alargar la agonía de un equipo que mira a la Champions como quien mira a su gran amor. No le conviene a los blancos una infidelidad de su querida Champions.

Zidane, con algunos de sus jugadores detrás, en el entrenamiento del Madrid en Nicosia. REUTERS

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