Esta semana han finalizado las declaraciones por el caso 'Barçagate' y la última en ofrecer su versión de los hechos es uno de los testigos claves en destapar la trama que ocurría en el FC Barcelona de Josep Maria Bartomeu. La contratación de Nicestream, la empresa detrás de la gestión de las redes sociales de las cuentas con las que se iniciaban supuestamente las campañas contra jugadores y otras personalidades, la ha calificado como "un esquema típico de corrupción".

Noelia Romero fue la responsable de cumplimiento normativo del Barça en la época de Bartomeu. No quiso acusar a nadie de cometer algún delito, pero sí ha explicado esas actitudes que se llevaban a cabo en la entidad. El expresidente culé la suspendió de empleo y sueldo tras su investigación interna y le despidió meses después, un despido que fue considerado una represalia y sentenciado como improcedente en un juicio laboral. Esto aún levanta más suspicacias sobre lo sucedido.

A lo que Romero se refería como una estructura de corrupción son las actividades de Nicestream cargando contra exdirectivos del club, a exjugadores, a exentrenadores, empresarios, periodistas y también contra futbolistas de la actual plantilla. Para eludir la vigilancia de la responsable de cumplimiento normativo, fraccionaron el contrato, superior a un millón de euros anuales, en subcontratos inferiores a 200.000 euros. De esta manera, los responsables del Barça hacían y deshacían a su gusto.

Noelia Romero, en un acto cuando formaba parte del FC Barcelona. FC Barcelona

Uno de los argumentos que ha recalcado la testigo es que los contratos evitaron los procedimientos habituales, puesto que la empresa Nicestream no pasó por el control de homologación previa que requiere la entidad antes de formalizar una relación contractual. Uno de los departamentos que ha citado como ejemplo de esta situación ha sido el jurídico.

La contratación efectuada por este departamento de la entidad azulgrana, dirigido en su día por Roman Gómez Ponti, nunca pasaba por los procesos de licitación. Según Romero, él era el interlocutor de las facturas con I3 Ventures, una tarea fuera de sus funciones habituales, así como Oscar Grau, exCEO del club durante el mandato de Bartomeu, era el encargado de enviar los contratos.

Sin preguntar a Bartomeu

La investigación interna de Noelia Romero, iniciada la mañana siguiente a la explosión del caso en los medios, no fue comunicada a Josep Maria Bartomeu. Cuando le han preguntado por esto en el juicio, la responsable de cumplimiento normativo explicó que por reglamento, si existe un potencial conflicto de interés entre un miembro del comité de Compliance y una investigación en curso, dicha persona se debe inhibir, tal y como explica el portal Goal.com. Es decir, que teniendo dudas sobre la actividad del presidente, no podía tener conocimiento sobre el estudio.

Romero denunció en el juicio presiones por parte de Marta Plana, afín a Bartomeu que ocupó el puesto de Noelia cuando fue despedida, hasta el punto de contratar a KPMG para encontrar deficiencias en la investigación que llevó a cabo la exresponsable de cumplimiento normativo y así justificar el despido. De esta manera queda constatado el comportamiento corruptivo del expresidente culé durante el final de su etapa en la entidad de la ciudad condal.

[Más información: El 2021, historia negra del Barça: el año que pudo caer en la bancarrota y empezó su época más dura]

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